La Virgen de Acá regresa a su hogar

Calor y fervor religioso. Atardece y, con los últimos rayos de sol, a las 20:00 en punto, acompañando un paisaje solitario en pleno centro cordobés, apareció ayer la Virgen del Tránsito rodeada de multitud de vecinos que veneraban la figura al presenciar un acto diferente en plena época estival. Como cada 15 de agosto, pero con extraordinario recorrido: ayer no salió de San Basilio.

La Virgen de Acá protagonizó ayer una salida inusual en el calendario cofrade, al volver a su casa tras permanecer un día en la Catedral con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que este año ha contado con miles de jóvenes, los cuales presenciaron, con alegres cánticos y banderas procedentes de numerosos países, este momento tan especial para la liturgia cristiana. Sin embargo, ayer, tras la partida de estos miles de devotos hacia Madrid para protagonizar el encuentro con el Papa, fueron los vecinos del barrio del Alcázar Viejo los que abrazaron a esta Virgen, bajo la cual 40 costaleros portaban su figura. Se divisaba el manto de un atardecer soleado y deslumbrante junto a la Catedral, desde la que comenzó un sinuoso recorrido por las callejuelas del centro histórico cordobés. Con un ritmo lento y acompasado, la banda de música de Tubamirum, originaria del municipio cordobés de Cañete de las Torres, regaló unas notas musicales a este acontecimiento religioso que cada verano recuerda a los más devotos, y a los curiosos que se acercan a ver a la Virgen, el trabajo propio de la Semana Santa.

Los balcones son adornados para la ocasión y el olor a incienso invadieron las calles por las que pasó la Virgen de Acá. A pesar de las elevadas temperaturas y la desoladora imagen de una ciudad vacía y silenciosa, la Virgen del Tránsito, entre nardos blancos y azucenas, enfiló desde la bella estampa de los alrededores de la Mezquita hacia San Basilio, antes de su ascensión al cielo, para resguardarse, a las 23:40, de nuevo en su hogar. Un acto fervoroso en plena época estival.