El gran reto de la vuelta al trabajo
El famoso síndrome post-vacacional puede evitarse de múltiples formas con el fin de recuperar la rutina cotidiana y no sufrir importantes síntomas psicológicos
Qué difícil resulta deshacer los bártulos y, a renglón seguido, programar el despertador para volver al trabajo a la mañana siguiente. Un proceso que se repite cada año al tachar los últimos días de agosto en el calendario y que, por otra parte, puede despertar el ya conocido síndrome post-vacacional. Una patología que ya está registrada en el Manual de Trastornos Mentales y que provoca múltiples síntomas relacionados con el malestar físico y mental, entre ellos, ansiedad, taquicardia, dolores de estómago, tristeza, insomnio o incluso sensación de ahogo.
No obstante, para combatir estas dolencias, "es muy importante volver unos días antes a casa y adaptarse al ámbito cotidiano para evitar un choque brusco, de la playa al trabajo", explica el psicólogo cordobés, Francisco Lara. La disminución de rendimiento está relacionada con la sensación de desbordamiento emocional que provoca el choque de hábitos veraniegos con la rutina laboral, por eso Lara aconseja "no dejar tareas pendientes antes de las vacaciones ni enfrascarse en funciones que requieran excesiva responsabilidad". Por otro lado, la situación laboral puede haber cambiado en el lugar de trabajo, " por lo que se recomienda llamar a algún compañero para obtener información sobre las modificaciones que se hayan podido producir", relata el experto. Sin embargo, el propio ritmo -más agilizado- de los demás empleados que ya se hayan incorporado puede despertar cierta incomodidad y nerviosismo a la hora de enfrentarse de nuevo a la jornada laboral, "así que lo más inteligente es no dejarse llevar por la situación de los que se encuentran en el entorno laboral, ya que puede afectar a las capacidades de uno mismo", aconseja Lara.
El cambio de hábitos de horario, actividades, comidas o salidas nocturnas es uno de los factores que más dificulta la vuelta al trabajo, por ello, la psicóloga Charo Villegas afirma que "se necesitan unos días, entre tres y cuatro, de readaptación en los que se ponga el despertador, buscar una hora razonable para ir a la cama y hacer las comidas tal y como se hacen el resto del año". Asimismo, para instaurar la rutina "se necesita mucha capacidad tanto mental como física y una buena ayuda para ello es disponer del ambiente cotidiano lo antes posible", asegura Villegas, a lo que también añade que "para irse de vacaciones hay que trabajar, así que lo más fácil es aceptarlo sin más", bromea la psicóloga.
Lo que sí es cierto y altamente recomendable para estos días que se avecinan es, según los expertos, no darle la mayor importancia con el fin de evitar una patología, ya que si, pasado un mes, no se ha producido una adaptación correcta al ámbito laboral, se requerirá de un tratamiento psicológico. No obstante, el seguimiento de estos consejos puede facilitar el retorno de septiembre y hacer más llevadero el efecto "depresivo" de la época post-vacacional, aunque cueste mucho coger el despertador y programarlo para la mañana siguiente.
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