Un mosaico de elaboración propia

Es como una pequeña factoría de arte en la que cualquier persona puede entrar, diseñar su propio mosaico, elaborarlo con sus manos y llevárselo a casa después de unas cuantas horas en un taller. Se trata de la tienda El collar de la paloma, ubicada justo en frente del conservatorio superior de música Rafael Orozco y que abrió sus puertas el pasado 26 de marzo. La creadora de este coqueto establecimiento es la arqueóloga cordobesa Ana Valdivieso, a quien la crisis no le amedrenta y que ha decidido apostar por este negocio a pesar de la difícil situación económica actual.

El objetivo, explica, es ofrecer a los turistas y a los vecinos de la zona "una tienda-museo y recopilar la cultura de Córdoba con los materiales más representativos utilizados desde la Prehistoria hasta el Califato". Joyería hecha en la capital, cerámica de España e Italia y también escultura son sólo algunas de las piezas que se pueden adquirir en el local.

Eso sí, lo verdaderamente distintivo de esta tienda es que ofrece la posibilidad a sus clientes de confeccionar su propio mosaico. Para ello, continúa Valdivieso, se imparten clases particulares en horario de tarde. Para su elaboración, el establecimiento cuenta con un variado catálogo romano de mosaicos, aunque el cliente puede elegir cualquier combinación que quiera. Como muestra de lo que se puede hacer en estas clases sólo hay que detenerse en la entrada de la tienda, donde hay una pieza elaborada en 20 horas y cuyo coste es de 160 euros. "Utilizamos la técnica y los materiales romanos y ponemos las herramientas", añade la arqueóloga, quien destaca que para su elaboración utilizan la técnica de la escuela italiana de Rávena.

"Lo que buscaba era una alternativa a la crisis, otra vertiente del campo de la arqueología y difundir nuestro trabajo", expone. Considera que una tienda de estas características "hacía mucha falta en Córdoba".

La tienda también se encarga de elaborar piezas por encargo para sus clientes, como capiteles o columnas. Para ello, Valdivieso utiliza como material principal la resina y consigue dar un efecto parecido al mármol o, incluso, al bronce. Todo un placer para la vista.