Un proyecto rescatado del olvido

La Biblioteca Pública Estatal -conocida popularmente como de los Patos- ha formado parte de ese grupo de infraestructuras culturales que cayeron en el olvido a causa de la crisis económica y que de manera sorpresiva ha recuperado el Gobierno central. En cualquier caso, se trata de una iniciativa llena de vicisitudes, como casi todo lo que se hace en Córdoba. De hecho, fue en 2005 cuando se empezó a hablar de este proyecto e incluso fue presentado oficialmente por la entonces titular de Cultura en el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, la cordobesa Carmen Calvo, que quiso así encabezar una iniciativa emblemática en su ciudad. A partir de ahí se inició un proceso administrativo complejo y, casi a achuchones, se consiguieron algunos avances importantes, como la redacción del proyecto y otra serie de estudios previos necesarios para su ejecución.

Todo lo contrario que las obras, que ni el gobierno de Zapatero ni el de Rajoy -hasta ayer- han querido, sabido o podido poner en marcha. Así, los cordobeses han visto durante casi ocho años ver pasar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) sin ninguna consignación económica y sin perspectiva fiable de que el proyecto pudiera convertirse en una realidad. Eso sí, mucha letra, no pocas declaraciones y poca obra han marcado el devenir en este tiempo.

Así las cosas, incluso se llegó a derivar el debate hasta otros derroteros, puesto que surgieron en la ciudad algunos movimientos en contra de la eliminación de la rosaleda que ocupaba la parcela en la que se edificará la biblioteca. Hasta se solicitó un cambio de ubicación del edificio y hubo quien abogó por un huerto urbano en ese espacio con la única idea clara de que, en el actual contexto de crisis, nadie apostaría por la construcción de la biblioteca. En noviembre de 2009 comenzaron las actuaciones consistentes en la eliminación de la rosaleda de Los Patos. Esta medida disgustó a buena parte de la población al tratarse de una de las zonas más singulares del parque. Se valló el terreno, se realizaron catas arqueológicas y el solar quedó en situación de abandono. Ese es su estado actual hasta que arranquen las obras.

Mientras, cada año se han ido sucediendo declaraciones de dirigentes políticos de todos los signos, aunque como suele ser habitual en estos casos, con un mensaje diferente en función de quien ocupara la Moncloa. La vieja reivindicación del PP a Zapatero para que pusiera en marcha la iniciativa se tornó en silencio cuando llegó a Rajoy al Gobierno, si bien su testigo lo cogieron entonces los partidos de la izquierda para comenzar entonces a reclamar esa inversión para tratar de presionar al PP. Más allá de las disputas políticas interesadas, lo verdaderamente inesperado es que el Ministerio haya optado por rescatar del olvido la que, visto lo visto, puede convertirse en una infraestructura de referencia en la ciudad.

Ahora se abre una nueva etapa, en la que tal vez se pretenda vincular esta decisión del Gobierno con la cercanía de un proceso electoral o haya quienes discutan si es la obra que más necesita Córdoba en estos momentos. Pero ese será ya otro debate.