El punto de inflexión de Stop Desahucios
La plataforma muestra los hogares ocupados por familias sin vivienda
"Hemos estado siendo discretos, pero hoy marcamos un punto de inflexión". La rotundidad marcó ayer el discurso de los portavoces de la plataforma Stop Desahucios, que reunieron a muchos de sus seguidores en el barrio del Sector Sur para quitarse la máscara, literalmente. Decenas de personas gritaron las consignas de siempre: Ni gente sin casas, ni casas sin gente, Rescatan al banquero, desahucian al obrero, y otras tantas, pero con un aire distinto. Ayer dieron la cara y avisaron de que lo seguirán haciendo.
Lourdes, Pepi, José Antonio o David fueron la cara visible de todas las familias que se han visto obligadas a ocupar viviendas sin uso que pertenecen a los bancos para poder tener un techo bajo el que vivir. Uno a uno explicaron sus historias, sus razones y se quitaron un antifaz para demostrar que a día de hoy pueden dar la cara y dejaron claro que no volverán a esconderse. Uno a uno fueron abriendo las puertas de las viviendas que han ocupado. En todas ellas colgaba un cartel: "Aviso: inmueble deshabitado". Y uno a uno tacharon el mensaje para sustituirlo por otro: "Stop Desahucios, hogar realojado".
El inicio del camino de los hogares rehabitados partió del número cuatro de la calle Cañete de las Torres. Allí, Paco y Pepi residen con sus dos hijos, de 18 y 19 años. Precisamente fue la edad de estos la que les impidió optar a una vivienda social, por lo que recurrieron a la plataforma antidesahucios. Pero el calvario de esta familia no empezó aquí. El matrimonio poseía un negocio que se vino a la quiebra por la crisis, ante la imposibilidad de pagar el alquiler del hogar en el que vivían, se vieron obligados a marcharse. Todo ello llevó a la depresión a Paco y a una posterior apnea del sueño, que le obliga a dormir cada noche junto a una máquina de oxígeno. Este aparato precisa de electricidad para funcionar, causa principal que llevó a la familia a ocupar la vivienda actual, que en estos momentos están rehabilitando porque no se encontraba en la mejor de las situaciones. "De aquí no me voy, porque si me voy de aquí me meteré en otro sitio, pero no permitiré que mis hijos se queden en la calle", sentenció Pepi.
La historia de este matrimonio y la de tantos otros ha sido el desencadenante del punto de inflexión de Stop Desahucios. "Hasta ahora hemos anunciado que estamos colaborando con los realojos, pero hemos sido discretos, para no acelerar los intentos de los bancos de echarnos. Pero hoy marcamos un punto de inflexión y abandonamos esa discreción", aseveró el portavoz de la plataforma, Rafael Cidres.
El miedo y el pudor de vivir en una casa sin escrituras se transformaron ayer en la valentía de unos pocos que dejaron claro que la vivienda es un derecho. La desobediencia civil volvió a erigirse como el emblema de una plataforma que asegura que no se rendirá, "no vamos a parar".
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