Los voluntarios de la tercera edad
Esta semana se ha celebrado el día mundial de las Personas Mayores, un colectivo atacado por la soledad.
Esta semana se ha celebrado el día internacional de las Personas Mayores para conmemorar la labor de este colectivo para con la sociedad. A lo largo del mes de octubre también se festejarán los días del Correo, de la Arquitectura, de la Animación o del Ahorro. No caben en el mismo saco. Mucho se habla de envejecimiento activo, pero poco se comenta el aumento de personas mayores que se ven obligadas a vivir solas durante los últimos años de su vida por abandono familiar. Puede que la tercera edad sea el eslabón de la sociedad que se encuentre en la mayor situación de injusticia, si se compara todo lo que han aportado, y lo poco que se les recompensa.
A pesar de los malos datos y las peores historias, siempre aparece ese rayo de luz que intenta compensar la injusticia, todo ello en forma de personas que con sus testimonios, dejan entrever que la sociedad no lo tiene todo perdido. Esa parte de luz son los voluntarios, que en este caso, dedican su tiempo libre a pasarlo con personas mayores que precisan de algún tipo de ayuda para realizar sus tareas del día a día o estar acompañados en determinados momentos.
Una de las instituciones que cuenta con un mayor número de voluntarios y cuidadores para la tercera edad es Cruz Roja. Programas como el de Envejecimiento Saludable o la Ayuda a Domicilio Complementaria componen un proyecto que, según comentan desde la institución humanitaria, es necesario de cara a eliminar la sobrecarga que sufren los cuidadores diarios. Eliminar parte de esa sobrecarga es precisamente la labor de Antonio Roldán. Este cordobés es voluntario de Cruz Roja y pertenece al sector de apoyo temporal a familias con personas dependientes, conocido como Respiro. Antonio cuida de dos hombres mayores durante cuatro horas a la semana cada uno, repartidos en dos días, para que en ese rato sus esposas puedan liberarse un poco de los cuidados intensivos que profesan a sus maridos. "Es un gustazo, es satisfacción personal y aprendes mucho", asegura este voluntario que decidió entrar en Cruz Roja hace año y medio, cuando se quedó sin trabajo. Los dos hombres de los que cuida Antonio son bastantes mayores, y uno de ellos sufre alzheimer. Por ello, el voluntario de Cruz Roja se ha leído unos cuantos consejos para realizar actividades durante el tiempo en el que se encuentra con ellos, como recordar los días de la semana o los meses del año. Para Antonio, los recortes no pueden afectar a algo tan importante como son las ayudas a la dependencia y asegura que día a día se observa cómo aumenta el número de personas que necesitan ayuda. "Ellas tienen esas dos horas para olvidarse del problemón que tiene, porque es muy duro", asegura el voluntario.
En el lado contrario se encuentra Antonio Adame. Tiene 84 años y es el cuidador de Encarnación, su mujer, que apenas puede andar. "Tengo un auxiliar que me ayuda durante algunas horas al día y por quien tengo que pagar 300 euros, pero hay muchas horas que estoy solo con ella", lamenta este hombre que también cuenta con la ayuda de su hijo en las horas en las que hay que levantar y acostar a Encarnación. Con una pensión de algo más de 700 euros, este cuidador gasta casi la mitad para que su mujer pueda estar bien atendida, y echa en falta algo más de ayuda por parte de las administraciones. Con 15 operaciones a la espalda que lleva su mujer, Antonio ha recibido ahora por parte de la Junta una cama especial para ella. "Ya se me ha caído muchas veces y he tenido que ir a la calle para que me ayudara a levantarla el primero que pasara", lamenta este hombre que día a día trabaja para que su mujer pueda estar lo mejor posible.
Cruz Roja no es la única institución que dedica parte de sus esfuerzos en ayudar a quienes en su día ayudaron a los demás. Hace cinco años nació la ONG Hosjena, vinculada a la congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, Franciscanas. Su presidenta, María de Guía, explica que en la parte dedicada a los mayores trabajan tanto en Latinoamérica como en España. A través de una red de voluntarios, Hosjena acompaña y elabora actividades para las personas mayores que se encuentran en alguna de las residencias de Jesús Nazareno.
Isabel García y Mari Carmen Gallego son dos de esas voluntarias de la ONG, que además trabajan en la residencia de Jesús Nazareno de Córdoba capital. Es decir, trabajan con personas mayores y, además, dedican parte de su tiempo libre a volver a estar con ellas. Isabel comenta algunas de las actividades que realizan con los mayores, como talleres de costura para arreglar las prendas de estas personas y, de paso, estar con ellas. Además, a aquellos que están solos los acompañan al médico o pasan tiempo con ellos. "Yo lo hago de voluntaria y por mi cuenta, con gente que no sólo es de la residencia, sino también gente que vive sola en sus casas", manifiesta Isabel, que se emociona cuando habla de todo lo que llegan a aportarle. "Recibo más de lo que doy, dan muchísimo cariño y me siento llena por dentro", asegura la voluntaria, que también trabaja de auxiliar en la residencia. "Ellos son como niños pequeños, están indefensos ante la vida y nadie debería sentirse así", lamenta Isabel, que achaca el abandono familiar a problemas como las herencias y de ahí a la soledad de muchos mayores.
Por su parte, María del Carmen narra otra parte del voluntariado, que consiste, por ejemplo, en llevar a estas personas a fiestas como las Cruces de Mayo, la Feria o a visitar belenes durante los días de Navidad. El cariño y las vivencias personales son lo que más destaca la voluntaria, que al igual que su compañera asegura que "ellos aportan más de lo que yo les doy".
Una compensación de la soledad que a veces se queda pequeña, pero que forma un mundo para todas aquellas personas mayores que van notando el paso del tiempo y concluyen que la soledad es lo que toca. Los voluntarios le dan una vuelta a ese pensamiento y dedican parte de su vida a que todos estos mayores sigan siendo los que siempre fueron, aquellos que formaron lo que todos hoy viven.
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