Algo se mueve en Córdoba
cruz conde 12
En menos de un mes se han desbloqueado proyectos como el de la Ciudad de la Justicia y se ha adjudicado la obra de la Biblioteca del Estado: las elecciones están al caer.
ESTÁN pasando cosas en Córdoba, que no es poco. Algo se mueve. No se trata de una trama misteriosa ni nada parecido, sino de asuntos mucho más cotidianos, que deberían ser habituales, pero que se han convertido excepcionales tras una larga travesía. Un servidor se refiere a que por fin empieza a menearse un poco la maquinaria de las administraciones, como si de buenas a primeras los gobiernos hubieran decidido que ya es hora de hacer algo, que se note -o más bien que lo parezca-, que se está trabajando en los asuntos de ciudad pendientes, en esos proyectos que prometieron y que han estado durmiendo el sueño de los justos durante largo tiempo.
¿No se han dado cuenta? En menos de un mes el panorama de Córdoba parece que hubiera cambiado. Han comenzado las obras de la Ciudad de la Justicia -atrancadas y de las que se lleva una década de trámites-, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) ha sacado a concurso las obras de mejora de las estaciones de la periferia que servirán para la puesta en marcha del Metrotrén, se han adjudicado las obras de la Biblioteca del Estado en los Jardines de la Agricultura, el Centro de Recepción de Visitantes de la Puerta del Puente se ha abierto al público, el proyecto de recuperación del Parque del Canal se ha hecho público también y todo apunta a que el centro de ferias en el Parque Joyero sigue dando pasos. Son sólo algunas actuaciones, que han llegado tras un periodo en el que parecía que nada pasaba en esta ciudad, que todo era debate inútil y demagógico sobre si este o aquel perjudican más o menos a Córdoba y que unos gobiernos culparan a otros de lo mal que van las cosas en esta Córdoba nuestra.
¿Qué ha pasado? Pues simple y llanamente que se acercan las elecciones municipales. Nada más y nada menos. Como diría un castizo, el olor a urna ha despertado y desengranado la maquinaria de la administración, cuyos gestores políticos piensan de esta manera que pueden rentabilizar mejor el desarrollo de determinados proyectos y atraer al electorado, tanto a los más fieles como a aquellos que no tienen reparos en cambiar el sentido de su voto y a los que erróneamente se denominan indecisos. Los que saben de encuestas y estrategias en los partidos políticos aseguran que el votante no es capaz de recordar más allá de un año atrás cuando llegan unos comicios y que, por muy calamitosos que hayan sido los tres primeros, lo que condiciona el sufragio es el último ejercicio de cada gobierno y el que va a servir para evaluar una gestión. Seguramente tengan razón, si bien uno siempre tiende a pensar que el ciudadano de a pie tiene mucha más capacidad de análisis y de crítica que lo piensan algunos y que, llegado el momento, sabe poner las cosas en su sitio. Y de eso esta ciudad ha dado algunos ejemplos en los diferentes procesos electorales que se han celebrado en los últimos años.
En cualquier caso, todos y cada uno de esos proyectos citados, con sus defensores y detractores, son infraestructuras que necesita Córdoba y que tenían que concretarse más tarde o más temprano, porque nadie sabe muy bien explicar el por qué aquí las cosas se eternizan y sólo salen adelante a empujones de urna y pavor al descalabro electoral, lo cual dice muy poco de quienes gestionan la cosa pública. Aún así, no seré yo el que les niegue su derecho a reivindicar su gestión ante los ciudadanos y a atribuirse lo que consideran que es un mérito de su gobierno, ya sea de PP, PSOE o IU, aunque con cierto decoro, decencia y sin populismo, si no es mucho pedir.
Porque hay maneras y maneras de explicar las cosas sin tratar al vecino como un necio, ya que la clase política tiene esa habilidad de vendernos como algo extraordinario de su quehacer en el gobierno lo que en realidad debe ser algo común, como puede ser la construcción de un palacio de justicia digno, la gestión correcta de un centro de información turística, la construcción de un centro para ferias y congresos o el adecentamiento de los sistemas de transportes.
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