La Agencia Tributaria lleva incautadas 50.000 cajetillas de tabaco en 2014

La Unidad de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, con la colaboración de la Policía Local y de la Policía Nacional, lleva incautadas en lo que va de año 50.000 cajetillas de tabaco ilegal. Esta cifra sigue la tendencia de los últimos años, en los que se ha experimentado un importante repunte en la venta de tabaco de contrabando debido a la crisis económica y a la subida de los precios. Esto ha provocado a su vez que ya no sean tan sólo unos cuantos los puntos en los que los fumadores puedan comprar una cajetilla de tabaco ilegal, sino que el problema se ha extendido a toda la ciudad, teniendo las fuerzas de seguridad que reforzar la vigilancia y las actuaciones para atajar esta actividad ilícita.

Para entender mejor la envergadura que ha adquirido la venta de tabaco ilegal en los últimos meses tan sólo hay que echar un vistazo a las estadísticas de las que dispone la Unidad de Vigilancia Aduanera. Su responsable en Córdoba, Antonio Sánchez, aseguró a el Día que de enero a octubre se han incautado 50.000 cajetillas, una cifra similar a la del mismo periodo de 2013, aunque se prevé que a final de año el volumen decomisado supere al del periodo anterior. La aprehensión de tabaco viene aparejada con la imposición de actas de infracción (cuando el valor de lo incautado es menor de 15.000 euros) o atestados por delito (cuando el volumen de tabaco supera los 15.000 euros) contra aquellas personas que se han dedicado a la venta ilícita. Sánchez detalló que durante 2014 se ha procedido a la apertura de alrededor de un centenar de actas por infracción -el mayor pico desde el inicio de la crisis se produjo en 2013-, mientras que los atestados por delito hasta el momento ascienden a tres -uno menos que en el periodo anterior.

"La crisis ha provocado una subida del precio del tabaco y por lo tanto que sean muchos los fumadores que no se puedan permitir gastar una media de cuatro euros en una cajetilla. Por ello, ha proliferado la actividad ilegal en este sentido, porque los que son adictos a esta sustancia prefieren pagar dos euros, aunque son conscientes de que lo que fuman no pasa ningún control sanitario", destacó Sánchez. Alrededor del 80% del valor de una cajetilla de tabaco son impuestos. Es decir, que si un fumador paga cuatro euros, 3,20 euros cubriría el arancel estipulado para tabaco, el impuesto especial para la venta de esta sustancia y el IVA. "La defraudación fiscal que conlleva la venta ilegal de tabaco es altísima", insistió Sánchez, que detalló que las 50.000 cajetillas que se han intervenido este año habrían supuesto una defraudación de unos 180.000 euros. "Éste es el cálculo que se puede hacer con todo lo que hemos podido aprehender, pero la cifra de lo que verdaderamente se defrauda es mucho mayor ya que es imposible erradicar todo el tabaco ilegal que circula", aseguró.

En lo que va de año, según las estadísticas de la Unidad de Vigilancia Aduanera, se ha procedido a la detención de 14 personas por dedicarse a la venta de tabaco ilegal. Esta cifra supone ya más del doble de personas arrestadas en los 12 meses de 2013, que se saldó con seis arrestos. Según Sánchez, en su mayoría son personas de la propia provincia que aprovechan la coyuntura económica para que prolifere la venta de tabaco ilegal. En este año también ha sido muy notorio el aumento de vehículos intervenidos junto a la aprehensión de tabaco. Concretamente, según las estadísticas de la Agencia Tributaria, hasta el mes de octubre se han intervenido nueve vehículos frente a los cinco del año anterior.

Los buenos resultados obtenidos en los últimos años, según destacó Sánchez, son fruto de la estrecha colaboración de la Agencia Tributaria con Policía Local y Policía Nacional. Y es que si en 2012 se realizaron 20 actuaciones para atajar el contrabando de tabaco, este año la cifra se ha multiplicado por seis, ya que se han realizado 120 operaciones al respecto. Los agentes encargados en este tipo de delito han tenido que ampliar su radio de intervención, puesto que, tal y como explicó Sánchez, en la actualidad no existen los denominados "puntos calientes" sino que el problema se extiende por toda la ciudad. "Es un problema que se ha generalizado. Ya no es extraño poder adquirir tabaco de contrabando en cualquier panadería, bar o en una tienda de chinos", recalcó Sánchez. Incluso han aparecido nuevas fórmulas de venta en las que los vendedores se sitúan a unos metros de los negocios en los que antes se podían comprar las cajetillas. "Evitan ponerse detrás de un mostrador para así poder escabullirse mejor de las actuaciones policiales", aseguró.