Nada nuevo bajo el sol de la Junta
cruz conde 12
Presupuestos. Las cuentas de la Administración autonómica vuelven a caer en la misma dinámica, con partidas sin provincializar, algo que parece que no interesa al gobierno andaluz.
QUÉ pena que los augurios de muchos se hayan cumplido y que lo que se presumía sobre los presupuestos de la Junta de Andalucía para Córdoba se haya cumplido. Es decir, más de lo mismo, casi nada, mucha palabra y poca acción. Para resumirlo en un titular basta decir que las cuentas de la Junta de Andalucía vuelven a pasar de largo en Córdoba.
En esta ocasión le tocó el marrón -si se me permite la expresión- de presentar los número del presupuesto autonómico para 2015 a la consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, María Jesús Baena, y a la delegada del Gobierno en Córdoba, Isabel Ambrosio. Ambas trataron de defender un proyecto que vuelve a caer en los mismos defectos de años anteriores y recurrieron al mismo juego de palabras de que las personas son lo importante. En cualquier caso, las cuentas del gobierno andaluz de PSOE e IU, que nadie se le olvide que aquí hay dos socios, repiten la misma trampa de otros años, es decir, no se provincializan las inversiones, con lo que difícilmente se puede establecer una comparación ni con otros territorios ni con ejercicios anteriores. De hecho, la propia Ambrosio habló de "cantidades similares a las de 2014", aunque tal vez no reparó que en ese año tampoco se ofrecieron los números totales para la provincia, con lo que el intento de toda comparación se queda en eso, en una mera declaración de intenciones.
¿Y por qué no se provincializan los presupuestos? Pues parece evidente que no interesa, porque sería dar la posibilidad a quien quisiera de cotejar las cifras de unos años y otros y a buen seguro que a los gestores de la Administración andaluza no les gustaría el resultado. Es así de fácil. Este recurso los puso en práctica el presidente José Antonio Griñán cuando gobernaba en solitario y lo ha vuelto repetir el PSOE de la mano de Susana Díaz en los años de acción conjunta de socialistas e IU, grupo éste que criticó duramente este procedimiento y que, sin embargo, ha asumido luego desde que está en el gobierno de la Junta de Andalucía.
Aunque parezca un chascarrillo fácil -pero sin gracia-, da la sensación que la Junta de Andalucía ha querido emular al Gobierno central y dejar para mejor ocasión el desarrollo de infraestructuras en Córdoba. Y encima, el ciudadano tendrá que soportar de nuevo el discurso facilón y oportunista de que es el Estado el que no da dinero para inversiones a las autonomías, mientras que el Gobierno central señala que son las directrices europeas respecto al déficit las que obligan a recortar y recortar. Así nos va, mientras unos y otros se echan la culpa.
En cuanto a proyectos con nombre y apellido, lo dicho, casi nada de nada. La Autovía del Olivar sigue sumida en el olvido hasta no sabe cuándo, al igual que la Ronda Norte de Córdoba o el otrora ambicioso plan de modernización del Reina Sofía. Algo, pero poco, se avanzará el año que viene en depuración de agua, mientras que el problema de la pista aérea de Los Villares continúa atascado, si bien es verdad que Córdoba contará con un helicóptero más el año que viene para combatir la lucha contra los incendios. Vuelve a contabilizarse de manera inexplicable los 322 millones de euros de las ayudas europeas para la agroalimentación y en Educación apenas se habló de poco más de un millón de euros para sendas ampliaciones en dos institutos de Enseñanza Secundaria.
En cuanto a lo que sí se acometerá, presuntamente, a través de estos presupuestos de la Junta de Andalucía en 2015, hay que tener en cuenta además otras consideraciones. En primer lugar, que bienvenidas sean esas actuaciones. Sin embargo, algunas de ellas llegan con excesivo retraso o después de numerosos contratiempos. Es el caso de la Ciudad de la Justicia, que ya tocaba después de años de paralizaciones y demoras. Algo parecido ocurre con el Espacio Andaluz de Creación Contemporánea de Córdoba -al que todos conocen como C4-, que va camino de convertirse en uno de los proyectos con más incidencias de Andalucía y al que también era hora de acometer en las cuentas para adecuar todo el entorno. Lo mismo puede decirse de la travesía de Villarrubia, mientras que otras iniciativas sí parece que van más o menos en plazo, como es el caso de la remodelación del Palacio de Congresos de la calle Torrijos. Pero si hay una partida que evidencia esa apatía de la Administración autonómica hacia Córdoba es la de la Orquesta, con apenas un millón de euros, la misma cuantía del año pasado y que condena a esta agrupación musical a un futuro incierto. Una pena para una de las señas de identidad cultural de la ciudad, con mayúsculas.
Al final, la provincia podrá ganar algo más en el periodo de enmiendas cuando llegue el trámite parlamentario, pero sin grandes cambios, porque parece evidente que se mantiene la filosofía de otros años, con datos farragosos y tratando de justificar lo injustificable, en la misma línea que ya hiciera el Gobierno central hace apenas unas semana con los Presupuestos del Estado. Al igual que se dijo entonces del Estado, Córdoba necesita más, mucho más, de la Junta de Andalucía. Por lo visto hasta ahora, no hay nada nuevo bajo el sol del gobierno autonómico.
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