Noche de miedo en el Maimónides

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El miedo también se puede leer. Al menos, es lo que ayer comprobaron los alumnos del instituto Maimónides en la primera lectura de relatos de terror a la luz de velas, organizada por el coordinador del Proyecto Lector y Plan de Uso de la Biblioteca del instituto, Bernardo Ríos. Vestido de negro y con la cara pintada de blanco, Ríos intentó borrar la imagen juvenil de que el terror es un género exclusivo de las películas.

Para ello, acondicionó buena parte del instituto y lo dejó en tinieblas, para crear el ambiente perfecto. "Es una actividad más", apuntó, y añadió que gracias a este tipo de iniciativas "se fomenta la lectura" entre los alumnos.

La única condición que puso Ríos para asistir a este peculiar lectura nocturna, de 45 minutos de duración, fue la de llevar una vela y mantener el silencio durante todo el acto. Y es que la ausencia de ruidos también es una buena estrategia para provocar miedo y, más aún, en un recinto como el que alberga el edificio del instituto Maimónides, la antigua casa palacio de los Duques de Almodóvar en la calle Alfonso XIII, y cuando la única luz que entra es la de la luna. No obstante, el profesor también brindó la oportunidad de que el público, que incluyó al personal del instituto, acudiera a la cita con algún disfraz terrorífico.

La velada literaria del terror en el Maimónides comenzó con la recepción de los asistentes y una invocación al diablo, en concreto, la que hace la Celestina en la obra para lograr que Melibea se enamore de Calisto. Poco a poco, el profesor los fue guiando a través de las escaleras hasta llegar a la tercera planta del edificio, mientras el tañir fúnebre de las campanas y una música terrorífica inundaban el centro. Y es que es en la parte alta del instituto "donde, según su propia leyenda, vive el fantasma del Maimónides", indicó Ríos.

El miedo ya estaba instalado y fue creciendo a medida que el relato de Ríos iba tomando forma. Para la lectura, el profesor elaboró una pequeña historia con textos terroríficos de grandes clasicos de este género como Edgar Allan Poe, M. R. James o H. P. Lovecraft.

La lectura estuvo acompañada por música de películas de terror, elegidas por Ríos, acordes que lograron poner los pelos de punta a más de uno de los asistentes a esta cita tan original, literaria y cultural, que incluyó algún que otro susto aislado.