El debate de la marca blanca

Los productores cordobeses defienden la calidad de los productos de distribución, aunque difieren de los beneficios que puede tener a largo plazo su expansión en los mercados

Una mujer mira un producto en el supermercado.
Una mujer mira un producto en el supermercado.

Las marcas blancas han adquirido en los últimos meses un protagonismo concedido por la crisis económica. Las familias no han tenido más remedio que acudir a los tradicionales consejos sobre la economía doméstica para llegar a fin de mes y las marcas de distribución han ganado terreno a las firmas. La política de muchos supermercados de apostar por este tipo de productos en detrimento de los fabricantes también ha abierto el debate sobre esta estrategia comercial. La propia consejera de Agricultura, Clara Aguilera, hizo esta semana unas declaraciones al respecto que no dejaban en buen lugar a la industria agroalimentaria andaluza, pues puso en duda la calidad y el precio de algunos de estos productos. Esta frase ha suscitado la polémica en el sector, pues son muchas las empresas cordobesas que destinan parte de su producción a las llamadas marcas blancas. "Hacer esta valoración tan general es aventurado y está totalmente infundado", dijo el gerente de la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias (Faeca), Rafael Sánchez de Puerta.

En esto están de acuerdo todas las personas consultadas por El Día y que tienen relación con el sector. Es el caso del director general de Covap, Miguel Ángel Díaz Yubero, quien defendió que "todo producto responde a la calidad que el mercado impone". El presidente de Hojiblanca, Antonio Luque, aseguró por su parte que "no se puede generalizar" y que es muy "aventurado" descalificar algunos productos. En todo caso, lo que tendría que hacer la Administración es "hacer mejores controles para garantizar la calidad de todo lo que llega la mercado". El gerente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), Rafael Navas, coincidió al admitir en que "hay que saber diferenciar y no incluir todos los productos en el mismo saco".

Lo que sí es cierto, es que las marcas blancas han suscitado un debate en el que hay varias posturas y, algunas de ellas opuestas. Calidad sí, pero no a cualquier precio. El equilibrio perfecto sería, para el presidente de Hojiblanca sería "un oferta en la que el consumidor pudiera elegir". El problema está en que muchas cadenas están utilizando en exclusiva los genéricos y eso está repercutiendo en las ventas de los fabricantes y en muchos sitios es difícil encontrar marcas propias. Hojiblanca destina en la actualidad un 10% de su producción a las marcas de distribución. En opinión de su presidente, Antonio Luque, destinar más parte a este formato comercial "generaría problemas de empleo y se invertirá menos en I+D+i".

Esta visión es completamente opuesta a la que mantiene el director general de Covap. Díaz Yubero aseguró que las marcas blancas representan "la realidad del mercado", que en estos momentos busca ofrecer precios competitivos al consumidor. La Cooperativa del Valle de los Pedroches fabrica en estos momentos leche bajo su firma y también para Hacendado. "Esta es nuestra posición y no al vamos a cambiar porque es beneficioso para la economía de nuestro territorio", aseguró. Covap "no ha reducido gastos en veterinario, ni en otro apartado muy importante como es el precio que pagamos a nuestros ganaderos".

Díaz Yubero aseguró que, en los últimos tiempos, se está produciendo un "falso debate en el que parece que las marcas de fabricantes son las únicas que tienen derechos". Además defendió que los productos económicos se incluyen en todos los sectores, como el del textil.

Y mientras Díaz Yubero considera destaca su posición de liderazgo en Andalucía gracias, entre otras cuestiones, a su acuerdo con Hacendado, el gerente de Asaja arremete contra las cadenas como Mercadona o Eroski porque "confunden al consumidor". En su opinión, mientras que el cliente identifique la marca blanca con el fabricante "no hay problema", pero es que "cada dos por tres están cambiado de proveedor y no todos los productos tienen la misma calidad".

Desde Faeca, Sánchez de Puerta aseguró directamente que "no nos gustan las marcas blancas" porque un abuso de ellas "se puede volver contra el productor".

La presión por bajar las precios hasta unos márgenes muy escasos puede "deja en una situación complicada a los agricultores". Este es, en su opinión, el principal riesgo de convertir a la marca blanca en los productos mayoritarios en los mercados.

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