Agravios comparativos
Los parcelistas reclaman un trato similar al recibido por el empresario Rafael Gómez para legalizar las naves de Colecor
Hace algo menos de una semana que un comunicado emitido por una plataforma ciudadana golpeó contra los cimientos de las naves industriales de la antigua Colecor con el único objetivo de presionar a las Administraciones públicas para que frenen el proceso de legalización de este inmueble propiedad del empresario Rafael Gómez. Ahora, apenas unos días después de aquel polémico documento que vio la luz a través de las páginas de El Día, son los representantes de algunas parcelaciones de la ciudad quienes alzan la voz para denunciar el agravio comparativo que entienden se ha producido. No ven con malos ojos que Gómez abra su complejo comercial -algunos, incluso, lo apoyan al entender que se trata de una buena oportunidad para generar empleo en la ciudad-, pero critican que, mientras que la legalización de sus viviendas lleva décadas enquistada, el asunto de la antigua Colecor se haya resuelto en apenas cinco años.
La aprobación del Plan Especial de la Carretera de Palma, primero por el consejo rector de la Gerencia de Urbanismo y más tarde lo hará por el Pleno municipal, dará cobertura legal a las naves que Gómez concluyó en 2005. Ésa es la realidad a la que aluden los representantes vecinales de las urbanizaciones de la periferia -legalizables o no-. De una forma u otra, con un horizonte más o menos nítido en este sentido, todos ellos coinciden en que el trato ha sido "diferente" y por ello reclaman que a partir de ahora se analice la situación de sus casas con otro tipo de lupa. "No somos delincuentes y lo único que pedimos es que se regularicen unas viviendas que en su día se construyeron con total persimividad", precisó uno de los ciudadanos afectados.
En total, según los datos facilitados por el vicepresidente de la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, hay 114 parcelaciones en la capital, 90 de ellas situadas en la zona de la Vega y las 24 restantes en diferentes puntos de la Sierra de Córdoba. El hecho de encontrarse en terreno inundable, en las proximidades del yacimiento de Medina Azahara o el Aeropuerto o su ubicación en plena Sierra representa la principal traba que ha impedido que en torno a 9.000 cordobeses legalicen su vivienda -en muchos de estos casos en condición de primera residencia.
1 Antonio Fernández. gorgoja II
La urbanización de La Gorgoja II es, por encontrarse en el entorno de la ciudad palatina de Medina Azahara, una de las parcelaciones que tienen más difícil su regularización.No legalizable, aunque reconducible, este enclave integrado por alrededor de medio centenar de viviendas no escatima esfuerzos para que la Junta de Andalucía acepte la creación de una pantalla vegetal que maquille el impacto visual que impide que los vecinos regularicen la situación de sus viviendas. El representante del colectivo de la Gorgoja II, Antonio Fernández, insistió en el papel de "sacrificados" de estos parcelistas.
Fernández se refirió al "agravio comparativo" que se ha producido al promover la legalización de las naves de Colecor mientras miles de personas esperan una suerte similar con sus viviendas. A pesar de mostrarse muy crítico con lo ocurrido, el representante de la Asociación de la Gorgoja II aclaró que no está en absoluto en contra de la legalización de las naves industriales de Rafael Gómez. "Claro que es bueno que salga adelante, pero pedimos que se nos mida por el mismo rasero", declaró.
El dirigente vecinal no se quedó sólo en el caso de las naves de Colecor. Aludió asimismo a la creación de zonas industriales al otro lado de la carretera de Palma del Río, "a apenas unos metros de las naves de Gómez". Allí, añadió el presidente de este colectivo, "no hay masa forestal alguna y, por tanto, sí existe cierto impacto visual". En relación al "trato desigual", concluyó que "hay muchos factores que benefician a unos y perjudican a otros".
2 Antonio Ramos. Córdoba la vieja
Las situación de Córdoba la Vieja es bastante similar a la de la Gorgoja II en muchos sentidos. Se encuentra en el ámbito protegido de Medina Azahara, su suelo no es legalizable aunque reconducible con un Plan Especial y cuenta con alrededor de medio centenar de viviendas. La opinión de sus vecinos es parecida a la de aquellos y recurren también al citado agravio comparativo que ha generado la legalización de las naves industriales construidas sobre los terrenos de la antigua lechera Colecor. El presidente de este colectivo vecinal, Antonio Ramos, incidió como su homólogo en la Gorgoja II en que este "agravio no debe entenderse como algo negativo ni contrario al futuro de las naves de la Colecor" y recordó que "si es verdad que molestamos, por qué no echaron abajo las viviendas".
Al abordar las similitudes con el caso de las instalaciones del empresario Rafael Gómez, el representante de Córdoba la Vieja destacó que, al igual que estas instalaciones, esas viviendas también se construyeron con total permisividad. Abundó, al igual que Fernández, en la creación de la pantalla vegetal para reducir el impacto visual que se emplea para cargar contra las parcelaciones situadas en el entorno de Medina Azahara. Con todo, y pese al "follón que se ha generado en todo este asunto" al que se refirió el dirigente vecinal, el propio Ramos concretó que "algo se mueve a nuestro favor".
3 Juan Martínez.Las Pitas
En la urbanización de Las Pitas aún no pueden olvidar los cuatro años de "sufrimiento" que llevan desde que se produjo la ampliación de la zona de Medina Azahara declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y dejó a estos vecinos dentro de este ámbito. Así es como califica este periodo el actual presidente del colectivo vecinal de Las Pitas, Juan Martínez, quien agregó que "aquello se hizo a sabiendas de que lo construido aquí fue permitido por las Administraciones públicas". Para el dirigente de esta asociación, el agravio no ha sido sólo con los residentes de parcelaciones como las del entorno de Medina Azahara, "sino con los más de 16.000 que hay en toda Andalucía".
Al referirse a las razones que han llevado a legalizar las naves industriales, Martínez afirmó sin titubeos que "detrás de todo esto seguro que hay un poder económico". Añadió así que "nosotros no tenemos nada que ofrecer y, por tanto, puede decirse que estamos a merced de lo quieran hacer con nosotros". La diferencia de Las Pitas con respecto a las citadas urbanizaciones de la Gorgoja II y Córdoba la Vieja se encuentra en el número de viviendas, ya que estos terrenos tampoco son legalizables -sí reconducibles con un Plan Especial-. Esta parcelación cuenta cerca de 200 viviendas. Martínez finalizó que sigue "sin entender por qué molestamos las personas".
4 María Jesús Luque. alcolea (el sol)
La urbanización El Sol se sitúa en un ámbito muy diferente al de las parcelaciones afectadas por el BIC del yacimiento de Medina Azahara, entre otras cosas porque parte de sus terrenos se han legalizado, otros están en proceso y sólo una minoría están pendientes de una tramitación necesaria para lograr este objetivo. La presidenta de este colectivo vecinal, María Jesús Luque, no quiso dejar a un lado los años de trabajo que han tenido que pasar hasta que iniciarse el proceso de legalización de esta zona enclavada en la barriada periférica de Alcolea. El posicionamiento de esta dirigente vecinal es, en cualquier caso, menos crítico que el de los representantes de las asociaciones que abanderan a otras parcelaciones de la ciudad. Con el caso prácticamente resuelto, la presidenta de esta asociación apenas si vio un agravio comparativo entre la legalización de las naves de Colecor y la situación en la que se encuentra gran parte de las parcelas en Córdoba.
5 Julio Jacobo. ALTEA
"Unos sí y otros nos". Así de concluyente se mostró el presidente de la Asociación de Vecinos de la Altea, Julio Jacobo, al analizar el proceso de legalización de las naves de Gómez en la carretera de Palma del Río. La diferencia de la Altea con respecto al grupo Gorgoja II-Córdoba la Vieja-Las Pitas se encuentra en su inundabilidad, un extremo que niegan los vecinos al considerar -"con papeles"- que se encuentran por encima de la cota que establece la normativa. "Las inundaciones se produjeron en la Altea porque todos las presas abrieron a la vez, pero no porque sea inundable", consideró.
Dejando a un lado los obstáculos con los que se topan para lograr la regularización, Jacobo se apuntó a esa crítica de "agravio comparativo" a la que aludió la mayor parte de los representantes de parcelistas. "No estamos en contra de la riqueza y el progreso que puede generar la legalización de las naves industriales, pero lo que no puede ser bajo ningún concepto es que no se nos permita tener una vivienda digna", declaró el dirigente vecinal, quien añadió que "en la mayoría de los casos se trata de primera residencia". Jacobo criticó así las "trabas que nos ponen a todo y que tantos mareos nos producen sin necesidad".
6 Antonio Sáez. hacienda de san victoriano melgarejo
El presidente de la Asociación de Vecinos de la Hacienda de San Victoriano Melgarejo, Antonio Saéz, recurrió al clásico "quien hizo la ley hizo la trampa" para explicar lo ocurrido en el caso de Colecor. Al igual que el resto de dirigentes, tampoco se mostró contrario a que se haya abierto el camino para para la legalización de esta zona industrial de la carretera de Palma del Río, pero destacó que "claro que nos sentimos agraviados". A pesar de ello, Sáez puntualizó que "también hay que tener en cuenta que no se puede hacer lo mismo con toda la Sierra, porque si no se podría acabar como El Brillante"
7 Juan Cruz. siete fincas
La urbanización de Siete Fincas es una de las zonas en la que sus vecinos tienen más interés en contar con servicios básicos, de ahí que se trata de una de las parcelaciones -ésta se encuentra en la Sierra- de mayor actividad vecinal. Para destacar el trabajo que han realizado para que se normalice la situación de sus viviendas, el presidente de este colectivo, Juan Cruz, aludió a la elaboración de un plan contra incendios y la existencia de un nutrido grupo de voluntarios preparados para las labores de extinción. Cruz recordó que el trabajo de Siete Fincas "es de más 40 años" y concluyó que "debe haber justicia para todos ".
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