El día grande de la Virgen de Linares
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, oficia la Coronación Pontificia de la imagen mariana con la que hace VIII siglos el rey Fernando III entró en la ciudad y con la que se produjo la conquista cristiana
El cielo azul y el espléndido sol con el que amaneció ayer la capital cordobesa anunciaba que iba a ser un día grande. Y así fue. Todo se desarrolló a la perfección para que la Hermandad de la Virgen de Linares celebrara la Coronación Pontificia de su imagen mariana en la Catedral en una misa oficiada por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.
Cientos de fieles miraban con fervor y devoción a la Virgen situada junto al altar mayor, rodeada por varios ramos de rosas blancas. A este emotivo y esperado acto acudieron distintas personalidades como la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar; el presidente de la Agrupación de Cofradías, Juan Villalba; o el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de Linares, Enrique Moreno.
En cada uno de los rincones de la Mezquita-Catedral se palpaba la importancia de este acto, tan esperado por la hermandad desde hace varios años. Tal y como detalló el obispo en su homilía, hace un año, a su llegada a la ciudad, los cofrades le comunicaron el deseo de coronar a su Virgen. Finalmente, en enero de este año el obispo comunicó a la Hermandad de la Virgen de Linares que su titular iba a ser coronada el 14 de mayo, tras la aprobación del Papa Benedicto XVI.
La imagen mariana tiene un gran significado para la historia de Córdoba. Por ello es adorada por cientos y cientos de sus habitantes. El prelado aseguró que hace ocho siglos el rey Fernando III entró a la ciudad con la imagen de la Virgen de Linares "y gracias a ella consiguió conquistarla en son de paz". Desde entonces, permanece durante la mayor parte del año en su Santuario de la Sierra "desde donde protege a la capital cordobesa".
Siglos de adoración mariana que ayer se concentraron en un solo acto, el de su Coronación. Desde comienzo de mes, los hermanos de la cofradía han trabajado a contrarreloj para que no fallase ni el más mínimo detalle en la celebración del día grande de su Virgen. El día 7 la hermandad trasladó a la Virgen de Linares desde su santuario en la Sierra hasta la iglesia del Zumbacón en la que permaneció hasta el día 10. Su siguiente parada fue la parroquia de San Lorenzo donde los fieles pudieron adorarla durante un par de días. Finalmente, el 12 de mayo llegó a la Catedral donde la imagen ha esperado la llegada del gran día.
Será mañana cuando la imagen mariana vuelva a su atalaya de la Sierra acompañada por todos sus romeros montados en carrozas. A las 08:00 la procesión de alabanza partirá desde la Mezquita-Catedral de regreso al Santuario. Como cada año, aunque este año con un sentimiento especial, la peregrinación dejará una de las estampas típicas del mes de mayo. Durante todo el trayecto, los romeros dedicarán a su Virgen los cantes más típicos de la tierra al son de las palmas y miles de piropos.
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