Paco Jémez: "Con un presupuesto bajo se puede intentar jugar bien"

Paco Jémez. Entrenador del Córdoba

"Cuando la disposición económica no es la que nos gustaría a todos, traer jugadores cuesta muchísimo más trabajo", matiza · Asume que el entorno respalda "mientras las cosas van bien; cuando van mal, se acabó"

Paco Jémez (18-4-70, Las Palmas de Gran Canaria) debe exprimir el jugo de la naranja que han vuelto a poner en sus manos. Un fruto por madurar. Más afable que antaño, el entrenador del Córdoba parte de la huelga que ha frustrado el estreno liguero en Elche para repasar un verano estresante. A valiente no le gana nadie.

-Al final no se juega. ¿Y ahora qué hacemos?

-Pues entrenar. Si se puede, entrenar. Más o menos teníamos en mente que podía ocurrir esto, porque la diferencia entre lo que piden los jugadores y lo que la Liga está dispuesta a dar es importante. Sospechábamos que esto podía ocurrir. La idea es seguir trabajando y no perder todos estos entrenamientos que llevamos en la pretemporada. Parece ser que va a haber problemas para jugar partidos, porque tanto la Liga como la AFE han indicado a sus afiliados que eviten jugar amistosos. Si es así, tendremos que seguir entrenando, seguir acumulando volumen, seguir machacando cosas. Y a ver si la semana que viene la cosa está un poco más clara y ya se puede competir.

-La semana pasada ya admitió que el aplazamiento les podría venir bien.

-En cierta forma, sí, para dar un poco más de tiempo a la gente que queda por llegar y al portero (el boliviano Arias), a ver si puede arreglar sus problemas y llega cuanto antes. Y hay algunos jugadores, como es el caso de David Cerra y Prieto, que llegaron un poco más tarde y todavía les falta un poco para coger el ritmo de los demás. Tener una semana o diez días más para poder entrenar con ellos nos va a valer para que ese plazo que teníamos pensado para que empezaran a competir se acorte.

-Son demasiadas caras nuevas. Incluido usted.

-Muchas, muchas caras nuevas. Pero lo que hemos hecho toda la vida es jugar al fútbol, y ya todo el mundo sabe más o menos qué es lo que tenemos que hacer, la forma de trabajar... Cuando tienes tantas caras nuevas que vienen de tantos sitios distintos en un año sí cuesta un poco más que todos cojan la manera de trabajar, de hacer las cosas. Normalmente, cuando estás con un grupo y sólo traes pequeñas cositas, es mucho más fácil, porque los que vienen nuevos se enganchan rápido a la dinámica. Aquí hemos tenido que meter una dinámica nueva, con mucha gente que viene de fuera, pero la predisposición al trabajo de todo el grupo ha sido muy buena. Y a estas alturas estamos a un nivel bastante bueno para empezar a competir.

-Luego está el presidente, un neófito en la materia. ¿Qué tal es su relación con Carlos González a nivel deportivo? ¿Y humano?

-Bien. Es el primer año que está dentro de este mundo. Se ha hecho con las riendas del club en unos momentos muy complicados, sobre todo económicos. Raro es el día que no hablamos, estamos en contacto directo tanto él, como Juan (Luna Eslava, el secretario técnico), como yo. Son muchas cosas las que envuelven a un equipo y él quiere estar enterado de todo, quiere saber de primera mano qué es lo que pasa. Y a mí me parece perfecto que el dueño de la casa sepa cómo van las cosas. Así que prácticamente casi todos los días hablamos, charlamos, cambiamos impresiones. El trato por ahora va muy bien.

-Con Luna Eslava tiene una relación muy especial: de subordinado (fue su segundo en Las Palmas) a jefe que curra las 24 horas del día. No sé si conoce a algún jefe que trabaje más que él.

-La verdad es que Juan ha tenido un verano... Estoy deseando empezar a competir para que él se coja unos días de vacaciones, porque ha tenido un verano muy muy complicado, un verano muy difícil. Sigue estando al pie del cañón porque todavía faltan algunas cositas por traer. Para todos los directores deportivos, es la fecha del año donde más ajetreo tienen, en la que más trabajan, porque tienen que conformar el grueso de la plantilla. Y en este caso, por todas las condiciones que se han dado este año en el club, él ha tenido más trabajo si cabe. Es una persona que ha estado las 24 horas del día con el teléfono en la oreja, preocupado de traer a los mejores jugadores dentro de las posibilidades del club. Y en ese aspecto hay que reconocerle no sólo las horas que ha echado, que han sido muchas, sino que al final ha hecho un trabajo excepcional.

-Los que están por llegar se están haciendo de rogar, pero no hay un duro.

-Hombre, hay pocos duros (risas). Alguno hay, pero pocos. Está claro que esto se está dilatando más porque no queremos traer a gente que sepamos que no vamos a estar contentos con ellos y a lo mejor no nos van a aportar nada. Para traer ese tipo de jugadores, yo particularmente prefiero no traer a nadie. La idea es, que de los nombres que estamos barajando, intentar hacernos con los que nos gustan o creemos que nos pueden ir mejor. Esperemos que en lo que queda de semana ultimemos la plantilla. Cuando la disposición económica no es la que nos gustaría a todos, traer jugadores cuesta muchísimo más trabajo, porque en el momento que hay una puja con otro equipo tienes todas las de perder.

-Además, ha surgido la opción de que se vaya Charles...

-(Interrumpe). No, no, no. Yo se lo dejé muy claro al presidente desde el primer momento: para mí Charles es un jugador que es intransferible, que no se puede fichar. Cuando he oído cosas, ni me lo he planteado. He hablado con el jugador y le he dicho que para nosotros es muy importante; y no sólo este año, sino en el futuro. La idea que tengo es que el club, como así sé que está haciendo, intente renovarlo, y que Charles esté aquí mucho tiempo. Y si algún día tiene que marcharse, que se vaya por la puerta grande y a un buen equipo. Después de ver lo de los últimos días, estaba muy tranquilo, porque yo de este tema había hablado con el presidente y había hablado con Juan. Y las posibilidades de que Charles se vaya son nulas.

-Usted vivió la época de vacas gordas en el fútbol cuando era jugador. Eso ya es pasado.

-Por desgracia, sí. Sigue moviéndose mucho dinero en el mundo del fútbol; el único problema es que ahora hay muchas más diferencias. Los equipos grandes son mucho más grandes y los equipos pequeños son muchos más pequeños. Las diferencias económicas entre unos y otros son abismales. No cabe duda de que las fichas y los sueldos de todos han bajado, porque la crisis económica afecta a todos los ámbitos de la sociedad, incluido el fútbol; sobre todo, al fútbol. Esperemos que vengan años mejores y que se recupere por el bien de todos, y que el fútbol vuelva a tener ese lustre que tuvo hace tiempo. Aunque creo que muchos equipos han cometido muchos errores que a lo mejor no van a volver a cometer en el futuro. Pero el fútbol al final es lo que es, a pesar de que las diferencias económicas son grandes y de que todos los equipos están bajando sus presupuestos. Pero la Liga no va a perder un ápice de calidad ni de talento, porque los jugadores siguen siendo los mismos.

-Ante tal coyuntura, la cantera es un clavo ardiendo al que agarrarse. A usted se le llena la boca hablando de los jóvenes, se ve lo implicado que está en esta filosofía.

-Siempre he creído que a la gente joven hay que darle una oportunidad, hay que sacarlos. Yo he sido joven, recuerdo mi época de joven y recuerdo que hubo un entrenador, hubo un presidente y hubo un secretario técnico que apostaron por mí y me pusieron a jugar, y por eso soy jugador de fútbol. Me da mucha pena ver a gente que tiene posibilidades y no darle esa oportunidad. Yo como entrenador no lo concibo. Sobre todo, cuando el aspecto económico aprieta: ya no sólo por filosofía, sino por obligación. Hay que mirar a la cantera y hay que intentar darle esa oportunidad. Conmigo siempre podrán contar en ese aspecto, porque soy un entrenador al que le gusta rodearse de gente que viene de abajo. Porque son gente que da ilusión al grupo, le da algo que sólo le puede dar la gente joven, gente que viene de abajo. Y lo mismo que le dan los que están ahora aquí, le darán ese poso y esa experiencia que ahora mismo no tienen. Creo que hay una buena hornada de jugadores. A lo mejor no todos están para empezar a competir en Segunda División, pero sí apuntan maneras. Y no sería fiel a mí mismo y a mi manera de pensar si no siguiera trabajando con ellos y si en el momento oportuno no les diera la oportunidad de demostrar si son realmente capaces de jugar en Segunda División.

-No sé si me va a aceptar el hecho de personalizar por si puede resultar contraproducente. De los canteranos, ¿se queda con uno? ¿Uno que va a ser futbolista sí o sí?

-No. Creo que puede ser futbolista más de uno. Unos tienen que cambiar cosas, otros tienen que madurar... Todos tienen que mejorar, porque si no tuvieran que mejorar ya estarían jugando en el primer equipo. A mí me da la sensación de que todos van a tener la oportunidad de competir. Luego, el hecho de que puedan quedarse o no va a depender sólo y exclusivamente de ellos. Pero van a tener la oportunidad de jugar en el Córdoba, si no todos, la inmensa mayoría de la gente que está trabajando con nosotros. Estoy convencido. Luego, si son capaces de mantener el nivel y estar al mismo nivel que los demás, se quedarán, y si no habrá que buscar otras posibilidades.

-¿Y de los fichajes me dice lo mismo? ¿Ha habido un gran acierto de Luna, un jugador que marque diferencias en algún puesto?

-No, yo creo que ha habido un gran acierto en el cómputo global. Este año, al tener tan poco presupuesto para fichar y para componer la plantilla, a lo mejor no hemos podido firmar grandes nombres de jugadores que llamen la atención, pero yo creo que Juan ha hecho un gran trabajo firmando un buen equipo, con muy buenos jugadores, donde no sobresale nadie con respecto a los demás. Creo que es un equipo muy bien conjuntado. Y la mayoría de la culpa la tiene Juan, porque con muy poquito ha hecho mucho. Ha hecho un gran trabajo. Nosotros no podíamos firmar a un jugador de mucho renombre, porque eso vale dinero y no podíamos permitirnos ese lujo, pero creo que hemos hecho un buen equipo, un equipo sólido, que va a ser capaz de competir. Tenemos un reto muy bonito por delante este año: demostrar que con muy poquito se puede intentar hacer mucho. El hecho de que tengamos poco presupuesto no implica que no podamos estar ahí, compitiendo. La idea y el reto nuestro es ése. Se lo dije el otro día a los jugadores: tienen el reto de demostrar a todo el mundo que con un presupuesto bajo se puede intentar jugar bien al fútbol, se puede intentar dar ilusión a tu gente, a tu afición, y se puede intentar competir con cualquiera.

-De la temporada pasada sólo quedan ocho jugadores. ¿Puede resentirse el vestuario a nivel mental si vienen mal dadas?

-No, porque unas de las cosas que hemos mirado también cuando traíamos a los jugadores es el ámbito personal, en el que hemos hecho mucho hincapié. No sólo han venido jugadores por el aspecto meramente deportivos, sino que nos hemos informado muy bien de cómo son. Hay gente más experta, más veterana, y que a lo mejor en momentos de la temporada va a tener que echarse el equipo a las espaldas, tirar para delante y demostrar qué es lo que hay que hacer para salir de los malos momentos. Pero todo el mundo que viene aquí, salvo los chavalitos jóvenes, lleva ya varios años compitiendo y sabe cómo funciona esto. Y en ese aspecto, hemos mirado mucho el aspecto personal: saber que traemos gente que, si por lo que sea vienen mal dadas, van a competir, van a estar ahí y van a hacer su trabajo.

-No obstante, la readmisión de Gaspar y Pepe Díaz le tranquiliza, porque tienen mucho peso en el vestuario.

-Sí, pero no se ha hecho porque tuvieran mucho peso en el vestuario. Si no hubiera contado con Pepe o con Gaspar, no habría contado con ellos, me da igual el peso que tengan en el vestuario. Donde necesito que tengan peso es en el campo. Si luego en el vestuario ellos toman la manija porque son veteranos, saben hacer bien las cosas y se ganan al resto de los compañeros al tener una línea de actuación, me parece perfecto. Pero si yo quiero que Pepe y Gaspar se queden en el Córdoba es porque creo que deportivamente nos van a aportar mucho, no por lo que hagan sólo y exclusivamente dentro del vestuario.

-¿Cree que entre todos han despertado ya la ilusión que pregonaron en su presentación (el pasado 8 de junio)?

-No lo sé. Sé que nosotros vamos a tener siempre a esos siete, ocho o nueve mil, pase lo pase. Más o menos, los que hay todos los años, arriba o abajo. Sé que los tenemos ganados sin hacer nada, porque de hecho ya se han sacado su carné. Pero creo que Córdoba tiene una masa social muy importante como para tener sólo siete u ocho mil. Pero, claro, hay que darle algo para que vengan. Era una declaración de intenciones, no una declaración de hechos. Nosotros vamos a intentar jugar bien al fútbol, vamos a intentar darle algo para que venga al campo. Es fácil decir que necesitamos meter veinte mil personas en el campo, pero para eso hay que darles algo, para que vuelvan. Esto es un espectáculo y la gente quiere venir a ver a su equipo y divertirse; y ya si gana, es la leche, entonces nos vamos contentos todos. Si no le damos nada a la afición, tampoco podemos esperar nada a cambio. La gente quiere ver que su equipo juega al fútbol, que su equipo compite bien, que su equipo se deja el alma en el equipo. Y si han venido ocho mil, que la semana que viene vengan ocho mil quinientos. Y a la siguiente, nueve mil. Y así, poquito a poco, ir ganándonos esa ilusión, esa confianza de la gente. Creo que en Córdoba hay población suficiente para meter más abonados.

-El respaldo del entorno es fundamental para trabajar a gusto. Qué le van a contar a usted.

-Lo que pasa es que el respaldo del entorno normalmente lo tienes mientras las cosas van bien; cuando las cosas van mal, se acabó. Eso es algo que los entrenadores tenemos que tener muy en mente. Llevo cinco o seis años entrenando y me he dado cuenta de ello. Cuando las cosas van bien, todo el mundo está a tu lado y te apoya, y cuando las cosas van mal todo el mundo se separa de ti, porque saben que el primero que cae eres tú. E igual si están muy cerca de ti, también caen. Es como un leproso: cuanto más lejos, mejor, porque sabemos que sólo va a caer él. Eso también está dentro de la profesión, no nos pilla en absoluto de improviso. Cuando las cosas van bien todo el mundo te apoya, pero si por lo que sea las cosas empiezan a rodar mal, empiezas a quedarte solo, solo, solo... hasta que irremediablemente te cuesta el cargo. Eso es parte del proceso de ser entrenador. Por desgracia, sé que es así. Los entrenadores, sobre todo, dependemos de los resultados; si los resultados no son buenos, sabemos que los primeros en caer somos nosotros.

-Sin el Elche en el horizonte, suerte ante el Almería de Lucas Alcaraz. El fútbol es caprichoso.

-Esperemos que juguemos contra el Almería y no se aplace también.

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