Los pecados de la juventud
córdoba b | melilla
El Córdoba B cae frente al Melilla en su debut en Segunda B tras cometer dos errores y no contrarrestar la experiencia visitante en los últimos minutos
Como si de una mascletà se tratase, al Córdoba B le explotó en las manos la pólvora que debía haber adornado su estreno en Segunda B. La fiesta del debut, que fue cogiendo tono con el tanto de Rafa Gálvez en la segunda parte, acabó convirtiéndose en una pequeña pesadilla con la remontada de un Melilla que tiró de lo que más tiene: oficio. Los norteafricanos -26 temporadas consecutivas en la categoría de bronce- explotaron toda su veteranía y experiencia para tumbar a un filial que pagó los pecados de su juventud.
El B sólo pudo completar tres de las cuatro fases que suele tener la más conocida fiesta popular levantina: inicio, cuerpo, terremoto y parte aérea.
El himno comenzó a sonar para recibir a los 22 gladiadores que desde el pitido inicial iban a dejarse la piel con el objetivo de vencer. La función estaba puesta en marcha. Primera parte, completada.
Con el paso de los minutos, el Córdoba B fue asentándose en el terreno de juego. Bien plantado en todas sus líneas, no concedió ocasiones a los melillenses. Por contra, la presencia ofensiva blanquiverde en el área rival llegaba cada vez con más peso. Entrando por las bandas, con los laterales subiendo constantemente, encontrando huecos en el eje de la zaga, chutando desde media distancia... El partido se fue decantando de lado de los locales ante un Melilla que sólo inquietó para pedir penalti de Sillero a Guille Roldán. No lo consideró así Gálvez Rascón, que decretó el final del primer tiempo después de que Miguelito probara a Munir. El delantero, dentro del área y escorado a la izquierda, fue perfilándose hasta lograr chutar a la escuadra del segundo palo e hizo lucirse al meta.
El partido continuó con el mismo guión durante los primeros minutos tras el receso. Néstor -impecable en defensa y prodigándose en ataque durante los 90 minutos- robó el esférico y abrió al costado para la internada de Zafra, que disparó por encima del arco. Segunda fase (cuerpo: aumento de la intendidad) completada.
Después, el Melilla avisó. Fran González, tirándose al césped, cortó un centro raso de Sufián que buscaba la llegada de Migue Montes dentro del área. El error en la salida del balón podía pagarse caro, y así se demostró al final.
Fue el preludio a la superación de la tercera fase (terremoto: los petardos más grandes impactan en el suelo). Y como un masclet supersónico se elevó Rafa Gálvez para cabecear un córner y mandar el esférico a la red. La estrategia funciona también en el filial.
Y hasta ahí cumplió el Córdoba B. La cuarta fase, la de la traca final, queda reservada para futuros encuentros. Porque tras la alegría de haber conseguido el primer gol del filial en la categoría, el Melilla no tardó en resarcirse.
Mahanan logró la igualada tres minutos después del tanto de Gálvez. Fue el primer error clave de los cordobesistas. Entre Sillero, que se quedó a media salida, y los defensores -que no supieron imponerse al central melillense- le sirvieron el tanto en bandeja de plata, o mejor dicho, de bronce.
Fran González tuvo la ocasión de poner otra vez al B con ventaja, pero al asistente decretó fuera de juego tras el saque de una falta. Fue todo un presagio de lo que estaba por llegar, porque el visitante Chota -en su primer contacto con la pelota- culminó con el segundo tanto melillense un contragolpe provocado por una pérdida de Pedro Santos en línea de tres cuartos. Dos fallos, dos goles. Así de duro.
A partir de ahí, la veteranía del cuadro norteafricano se impuso claramente. La tónica del partido se transformó en continuas pausas que evitaron que el ritmo fuera fluido. Los cordobesistas se desesperaron y los melillenses aprovecharon esa ansiedad.
Juan Guerra perdió los nervios ante las provocaciones de Pepe, un maestro en el arte del desconcierto. El colegiado entendió que le dio un pisotón y el sevillano vio la roja directa cuando el partido agonizaba.
Como en El día de la marmota, pareció que el tiempo se paralizaba en El Arcángel. Un bucle en el que una y otra vez se repetía la misma escena: el B con un hombre menos. El equipo volvía a reincidir en ese aspecto que trajo de cabeza a Pablo Villa en sus inicios como técnico del B. De hecho, el protagonista volvió a ser el mismo, Juan Guerra. Si bien es cierto que en aquella jornada inaugural de la pasada campaña, Javi López acompañó al sevillano a los vestuarios antes de tiempo. Milagrosamente, ese día el filial consiguió traerse un punto de Conil (0-0).
Sin embargo, los jugadores de Puche no lograron rescatar ese punto de un partido en el que habían conseguido adelantarse. Y no lo hicieron porque los errores se pagan caros, vaya que si se pagan. Dos jugadas aisladas provocadas por fallos puntuales permitieron al Melilla darle la vuelta al marcador. La veteranía se impuso a la juventud. El debut soñado no lo fue tanto, y el Córdoba B se quedó sin poder realizar el final más ruidoso de su particular mascletà.
Árbitro: Gálvez Rascón (madrileño). Dejó que el Melilla paralizara constantemente el juego y se ahorró alguna amonestación visitante por reiteración.
Tarjetas: Amarillas Nando (39'), Fran Miranda (57'), Bolaños (68'), Migue Montes (70), Rafa Gálvez (82') y Amarito (82'). Rojas Juan Gerra (86').
Goles 1-0 (60') Rafa Gálvez. Aprovecha un saque de esquina botado desde la derecha por Zafra y con un gran giro de cuello cabecea al segundo palo. 1-1 (63') Mahanan. Toca el balón en la frontal del área tras una falta y aprovecha la media salida de Sillero para batirle por arriba. 1-2 (76') Chota. Pedro Santos pierde el balón en tres cuartos de campo y el delantero culmina con su tanto un contragolpe de libro.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del grupo IV de Segunda División B disputado en El Arcángel ante unos 400 espectadores.
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