De presente y de futuro
El encuentro ante el Lugo debe clarificar el camino a un conjunto blanquiverde que está ahora mismo a cuatro puntos del 'play off'. Una victoria mantendría viva la esperanza.
El partido de este domingo no será uno cualquiera. Para bien o para mal, el duelo ante el Lugo (El Arcángel, 17:00) marcará el devenir del Córdoba en lo que queda de competición. Es el encuentro más presente que tendrá el conjunto de Albert Ferrer, pero también será el que marque el futuro. Un futuro incierto y donde no se ve claro el camino final de los blanquiverdes.
El Lugo, un rival amable cada vez que ha visitado El Arcángel, debe ser el equipo propicio para levantar el vuelo, pero hay que andarse con ojo. Los lucenses son capaces de lo mejor y de lo peor, ya que han ganado a Las Palmas, Tenerife, Ponferradina o Numancia a domicilio, aunque sin embargo perdieron en casa del colista, el Girona, que le metió ni más ni menos que seis goles. Toda una debacle.
El mayor problema está en el Córdoba, que debe recuperar el fortín de El Arcángel. Los blanquiverdes no han ganado en los últimos cuatro partidos en casa y además acumula ya 371 minutos sin marcar un gol. Unos números que lo han alejado de la zona de privilegio, situándolo a cuatro puntos del play off, la mayor distancia de lo que se lleva de temporada. Aunque lo peor de todo son las sensaciones que ha trasmitido el grupo a una grada que anda desencantada por cómo se está desarrollando la campaña y que empieza a asimilarse en ciertos aspectos a la pasada.
El encuentro del próximo domingo debe marcar el camino definitivo del equipo cordobesista. Una victoria del CCF lo acercaría de nuevo a la zona de elegidos, unos puestos que ha tenido muy cerca e incluso ha estado gran parte de la temporada. Los tres puntos ante los lucenses, además de adelantarlos en la clasificación, deben ser básicos para mirar más allá y ver la luz al final del túnel. Con 38 puntos actualmente en el casillero y a falta de 13 jornadas por disputarse, aún hay tiempo para mejorar las prestaciones y mirar hacia el objetivo real: estar entre los seis primeros. Otra cosa es que se pueda. Al menos hay que intentarlo y que la afición vea a un equipo volcado en cumplir ese requisito impuesto por la entidad desde principios de campaña.
Un nuevo revés supondría el desencanto definitivo y lo peor dejaría al equipo en una tierra de nadie, colocándose incluso más cerca de los puestos de descenso, que actualmente están a cuatro puntos de diferencia. El objetivo está claro. Ya se ha ido viendo a lo largo de estos días en sala de prensa, lo primordial es ir partido a partido. Desde que llegó Ferrer, este discurso ha ido calando en sus jugadores. Incluso, tras empatar ante el Jaén (0-0) y ganar en Montilivi al Girona (0-1), con cuatro puntos de seis posibles, parecía que el equipo cogía la onda que quiere el técnico catalán. La derrota del pasado sábado ante Las Palmas (0-1) dejó al conjunto cordobesista tocado y sin una clara respuesta. Es verdad que su juego mejoró en algunos momentos, pero las sensaciones que dejó no fueron del gusto de la grada.
Ahora, el Chapi, que ha tenido que planificar sus onces respecto a lesionados y sancionados, tendrá en principio a todos disponibles, salvo a Carlos Caballero. Al madrileño se le sigue buscando un recambio, que le de al equipo un plus en ataque. El técnico catalán ya ha probado con 21 futbolistas y sólo queda Juan Carlos sin jugar un solo minuto. Es la hora de que Ferrer de ya con la tecla y lo haga ante el Lugo. Un partido vital para el CCF si quiere optar al play off de ascenso, ya que hay equipos que han levantado el pie del acelerador y se han alejado en demasía de los cordobesistas. Es la última bala para meterse en la pomada. Hay que ganar para seguir con opciones y esperar que Ferrer encuentre la solución definitiva a un juego que no cala mucho en la afición. Un revés haría cambiar el rumbo inicial, un camino que iría encaminado a lograr la permanencia y no pasar grandes apuros. Todo dependerá de lo que suceda este domingo ante el Lugo. Será un partido de presente, pero también de futuro. Un futuro que se podría clarificar para bien o para mal ante los lucenses.
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