Pasa el tiempo, sigue la presión
córdoba | málaga
El CCF tiene que ganar ya, ante un rival directo blando a domicilio, para terminar de espantar los fantasmas

El parón ha oxigenado la mente y, a partir de ahí, las piernas pueden dar más de sí. Son factores fundamentales cuando se trata de empezar a andar, de iniciar un camino que llegue hacia la tranquilidad, que conduzca hacia la calma tantas veces buscada y que no termina de aparecer. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero quizás tampoco tan inquietante. El Córdoba no gana y tampoco pierde tanto como para estar excesivamente nerviosos, aunque después de vivir ya siete capítulos, quien más y quien menos ansía una alegría de las de verdad. Las migajas apenas sacian el apetito, pero no son suficientes para alimentarse. El cordobesismo quiere dar su primer gran bocado ya, y ha elegido a un Málaga que lejos de casa se siente más indefenso para iniciar su despegue hacia la zona media. Si lo consigue o no, no se sabrá hasta la medianoche, por aquello de los horarios intempestivos que, al no ir acompañados de relevante fresco, tampoco tienen por qué mermar en demasía la afluencia de espectadores a El Arcángel.
Las dos semanas sin fútbol han servido para que los ánimos bajen más calmados por los llanos de El Arenal. Albert Ferrer sigue teniendo crédito, aunque al final son los resultados los que dictan sentencia en esta caprichosa historia en la que el balón es el gran protagonista. Los encuentros de vestuario y el toque de atención, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, han servido para que el grupo se conciencie de que debe dar un paso al frente para aliviar la clasificación actual. No porque sea grave o inesperada, ya que a fin de cuentas nadie confía que la temporada sea un paseo, pero sí para elevar la dosis de confianza del equipo y ver hasta dónde puede llegar. Porque a día de hoy nadie sabe lo que deparará el futuro próximo... y lejano.
De momento, el CCF ha dado la cara ante todos sus rivales directos, con más o menos dudas. Y eso es lo que se encontrará delante esta noche. El Málaga, a pesar de que viaje en el vagón medio de la tabla, no es tampoco nada del otro mundo. Sobre todo cuando le toca hacer las maletas. Lejos de La Rosaleda se vuelve vulnerable y temeroso. Un caramelo quizás envenenado para los blanquiverdes, que aparentemente tienen la lección bien aprendida y no deben volverse locos. El nuevo estilo, más conservador, pasa por no perder nunca la seguridad defensiva y, a partir de ahí, crecer con la libertad y calidad de los hombres de ataque. Intentando siempre que aquella teoría de la manta no deje agujeros al aire, ni por arriba ni por abajo.
Eso fue lo que pasó con demasiada asiduidad en Getafe, donde el punto fue lo mejor dentro de un encuentro con más lunares en el aspecto defensivo. Pero la lectura de Ferrer parece que ha ido más allá y ya tuvo ayer la primera consecuencia en la convocatoria. Hasta cuatro cambios, si bien hasta tres son por lesión: Crespo, Ekeng y Carlos Caballero; el otro es Fede Vico. En su lugar, regresan a la citación Campabadal, Fidel, Matos y el capitán Abel. Más experiencia, más peso, más saber estar para torear con una situación que no gusta a nadie, pero que tampoco debe incomodar. Es lo que toca cuando uno llega de nuevas a un sitio, aunque de ahí a pasar por tonto y que te las den todas en el mismo lado...
Es algo parecido a lo que ocurre con Fede Cartabia, al que le han cogido la matrícula. El argentino es el jugador que más faltas recibe de la Liga, lo que refleja su notable participación en el juego del equipo. Aunque haya perdido algo del factor sorpresa con el que arrancó el campeonato. Quizás por eso no sería de extrañar que empezara a jugar más por dentro, también influenciado por el excesivo desgaste al que Ferrer obliga a los interiores. Y si el valencianista es tu mejor arma no puedes quemarlo mirando para su propia portería... Porque el principal problema está cuando toca mirar a la contraria, cerca de la que volverá a actuar el argelino Ghilas. Ni él ni el otro par de delanteros, un Xisco asentado en la lista y Havenaar, han visto puerta aún. Pero la sequía no será eterna y, parafraseando a Mate Bilic, siempre después de lluvia, sale el sol. Pasó a lo largo de la semana y ¿por qué no va a pasar esta noche en El Arcángel?
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