No se ponen de acuerdo

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Zubillaga pide dos o tres años de contrato para seguir como director deportivo, pero Romero, quien no se decide a nombrar al sucesor de Campanero por la posible venta, no quiere hipotecar al futuro presidente

No se ponen de acuerdo
No se ponen de acuerdo

El Córdoba está bloqueado por culpa de una espiral muy perjudicial, que tiene suspendido el proyecto de la próxima temporada. La concatenación de las claves es la siguiente: esta semana acaba el plazo fijado por José Romero para vender su paquete mayoritario de acciones, pero sigue sin concretarse ninguna propuesta; a la espera de esa operación, el dueño de la entidad no se decide a nombrar al sustituto de Rafael Campanero en la presidencia; asimismo, el propietario no quiere hipotecar al nuevo máximo mandatario con una renovación en las condiciones solicitadas ayer por Javier Zubillaga, que para mantenerse como director deportivo pide un contrato de dos o tres años. El riojano, cuya prioridad es entrenar pero no ocupará el banquillo blanquiverde, también tiene en vilo al Pontevedra, que aguarda su respuesta.

Sin efecto dominó, ayer se consumió otro día y no hubo novedades en el frente. Otro día perdido. Campanero y Zubillaga se reunieron en El Arcángel por la mañana y, sin llegar a hablar de dinero, el presidente trasladó el contenido de la cita a Romero. Parece que el dueño del club no está por la labor de aceptar un contrato a medio plazo -algo lógico para planificar toda la parcela deportiva con ciertas garantías- sin que antes haya sido designado el nuevo presidente. Pero ese nombramiento depende de que definitivamente se frustre la pretendida venta de la sociedad anónima deportiva. En ese sentido, Campanero reconoció ayer que "no hemos avanzado nada", a pesar de que hay tres grupos interesados. Sólo ha habido conversaciones, nunca negociaciones.

Campanero, sabedor de que "las fechas apremian", ha pedido encarecidamente a Romero "que nombre cuanto antes al nuevo presidente, y que a su vez nombre el nuevo consejo". Son los requisitos, al margen de que el tira y afloja posterior fructificara o no, para evitar la marcha de Zubillaga, que a día de hoy no sólo es la primera opción para la dirección deportiva; es la única. La renuncia que se intuye obligaría a buscar alternativas apresuradamente. Por todo ello, el propietario debe dar un paso al frente entre hoy y el viernes, quizá mañana.

En esta coyuntura, Campanero ha sido honesto con Zubillaga: "Le dije que si le salía algo que le conviniera, que lo hiciera, porque esto no estaba claro". Y dado que "él quiere entrenar, pero aquí no va a ser, ni por su parte ni por la nuestra", el Pontevedra se relame. El club gallego, un eterno aspirante al ascenso a Segunda, pretende que el de Logroño abandere una nueva tentativa. En Pasarón no sería el director deportivo, pero sí tendría voz y voto en la confección de la plantilla.

El director general del Pontevedra, Fran Crujeiras, admitió ayer que "estamos en negociaciones con varios entrenadores. Zubillaga es uno de ellos". También han sonado Urbano Ortega, Fonsi Valverde, Milo Ratkovic o Luis César Sampedro. ¿Cuándo se sabrá algo? "Probablemente esta semana, a finales de la semana. Si pudiera, lo haríamos mañana -por hoy-, pero no va a ser mañana", reveló. Toca esperar. Aún más.

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