El ídolo nipón que surgió en Pozoblanco
Balonmano
Tras pasar por el Prasa hace seis años, Daisuke Miyazaki ficha por el Alcobendas convertido en una gran estrella mediática

Vuelve a España uno de los deportistas japoneses más mediáticos en su país. Daisuke Miyazaki no compite en ninguna de las ramas de las artes marciales, y tampoco es jugador profesional de tenis de mesa. Es nada más y nada menos que jugador de balonmano, como bien recuerdan en Pozoblanco, y esta temporada formará parte de la plantilla del Alcobendas de la Liga Asobal, la máxima categoría española. Miyazaki es tan famoso en su país que hasta ha llegado a participar en un reality de la televisión, además de que allí donde va no cesan de perseguirle cámaras de televisión.
Pero para conocer mejor la trayectoria tanto mediática como deportiva de este jugador es mejor remontarse a la primera vez que pisó suelo español. Fue en el año 2001, gracias a un acuerdo entre la Federación Catalana de Balonmano y su homóloga nipona. Con esta beca jugó en el filial del Granollers. Por la calidad de su juego y su buen hacer su siguiente destino fue Pozoblanco, convirtiéndose en la campaña 2002-2003 en componente del Prasa en la División de Honor B.
Por ese tiempo, el entrenador del equipo pozoalbense era Rafa Moreno, a quien Miyazaki dejó con la boca abierta desde su debut con la camiseta vallesana. El Prasa se enfrentaba de manera amistosa, en el marco del Torneo Juan Sepúlveda, contra un Celje esloveno que llegaba como campeón de Europa. El japonés salió en la segunda parte y en apenas 40 segundos marcó su primer gol con un espectacular salto, elevándose por encima de las torres visitantes. Jugaba en todas las posiciones, marcó y buscó goles, hizo grandes pases, y con todo eso se metió a la afición en el bolsillo en el primer encuentro. No obstante, la grada tardó en aprenderse su nombre, ya que al principio le llamaban "Tamagotchi". Apodo que, por cierto, no le hacía ninguna gracia.
Pese a su pequeña estatura, 1,74, su gran talento estaba en las alturas debido a sus saltos, que parecían haber salido de una serie animada, a lo Oliver y Benji pero con el balón en la mano.
Sus éxitos le llevaron a jugar con la selección absoluta de Japón, y en uno de los compromisos llegó la pérdida: Daisuke se partió un tobillo y estuvo varios meses de baja, periodo que pasó en su país. Quizás fuese el motivo que le hizo replantearse su futuro en España. La temporada acabó y él dio por finalizada su vida como vecino de Pozoblanco, volviendo a sus orígenes. Y allí fue donde explotó la bomba: llegó como todo un ídolo de masas. Los japoneses le adoraban y lo siguen haciendo.
De esta historia hace ya seis años, pero en el país nipón Miyazaki sigue teniendo el mismo tirón mediático que el primer día. Es tanta la admiración que le profesan que en la presentación como jugador del Alcobendas no faltaron los medios procedentes de Japón. Si tras pasar por el Prasa Pozoblanco, equipo de la División de Honor B, se convirtió en la estrella que es, ¿cómo le recibirán sus compatriotas después de esta temporada en un equipo de la máxima categoría nacional?
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