"Acá el fútbol es más rápido y tengo que sacrificarme más"
El hábil argentino, que se estrenó como titular ante el Cádiz, confiesa que "siempre" se acordará "del cariño de la afición"
Puede que sea muy osado comparar a Lizio con Daniel Onega. El Fantasma llegó en 1974 a un Córdoba con el olor a Primera aún reciente y fue aclamado por mil personas en su presentación. Lizio fue presentado en agosto ante un puñado de jóvenes que, ya desde entonces, acunaron ese cántico que el viernes tronó en El Arcángel con renovada fuerza: "¡Liiisssio, liiissio...!". Todos necesitaban la conjunción que se produjo en el duelo ante el Cádiz. En una acción de habilidad y pundonor, el menudo jugador se recorrió medio campo para dar su primer pase de gol en su primer encuentro como titular. Sí, es posible que aún sea pronto para vestirle de Onega. Pero va por el buen camino.
-Cuentan de usted que es un hombre muy tímido.
-No, no tanto. Con las personas que tengo confianza no.
-Desde luego en el terreno de juego no lo es para nada…
-Principalmente, por mis características. Se dice que soy un jugador atrevido, al que le gusta encarar y, bueno, ése es mi estilo.
-¿Se acuerda de su debut con River Plate?
-Sí, claro, fue en 2007, en noviembre, con Pasarella como técnico. Algo increíble. Un sueño, porque soy hincha fanático de ese club desde chico y me crié en él.
-Una pregunta absurda, claro. Se lo decía porque ya en ese choque contra Huracán hizo un par de acciones similares a las que exhibió en su primer partido como titular con el Córdoba. Sobre todo al gol.
-Sí, es mi forma de juego (en esos momentos Savoia pasa por delante de la puerta de la sala donde se realiza la entrevista y le grita algo irreproducible). Mis cualidades son ésas y trato de aprender día a día elementos que sirven también para mejorar. Acá se corre mucho más que en Argentina. Me tengo que acostumbrar a eso y sacrificarme un poco más.
-En aquel partido, ya lejano, también tiró una falta… y con bastante tino. ¿Cuándo empezaremos a verle lanzar faltas aquí?
-A medida que vaya ganando confianza. Tengo la confianza del entrenador, pero a balón parado también hay jugadores que golpean muy bien el balón como Jorge Luque. El otro día nos fuimos turnando y me pareció muy bien.
-Para un jugador como usted, ¿jugar tan lejos de la portería no es como bailar un tango sin pareja?
-Depende de los partidos. También pasa a veces que estás cerca de la portería, no te llegan balones y tampoco tiras mucho. Puedo aprovechar la banda para hacer un largo recorrido, porque conozco también esa posición y estoy cómodo. Cerca de la portería puede ser otra opción, pero tengo que adaptarme a lo que el equipo necesite.
-Me sorprende que no me dijera aquello de "lo que diga el míster".
-Es la verdad también.
-De cualquier modo, muchos piensan que rendiría mejor como segundo punta.
-Yo llegué aquí como segundo punta. Es mi posición natural, pero puedo variar. En Argentina también he jugado en banda y este cuerpo técnico me ha pedido que lo haga en esa posición. Mis características siempre van a ser más ofensivas que las de otros jugadores en ese puesto, pero si el equipo se vuelca un poco más hacia mi lado también le podemos sacar provecho.
-Greaves, un delantero inglés de los sesenta, dijo: "Tanto deseo los goles que hasta me duele desearlos". ¿Es algo que va innato en todo delantero o usted se sintió igual de realizado con la asistencia que le regaló el viernes a Pepe Díaz?
-Yo disfruto de las dos cosas. Soy un jugador al que le gusta mucho hacer gol. En Córdoba todavía no se me dio pero lo tengo muy presente. También disfruto mucho con las asistencias, más desde mi posición, y sé que puedo dar muchas alegrías de ambas formas.
-No sé si es consciente de que hay quien ha tasado las opciones de este Córdoba para lo que queda de Liga en su recuperación para el equipo.
-Sí, bueno… el panorama es un poco complicado en cuanto al tema de lesiones. Antes me tocó a mí, pero ahora hay varios jugadores que están sufriendo y que son muy necesarios para el grupo. El fútbol es así. Un día están unos, otro día otros. Ahora hay que aprovechar a los que están y los que no seguro que apoyarán desde fuera como hice yo en su momento. El grupo está muy unido.
-Imagino que estará tocando madera cuando habla de todo esto.
-Sí, sí. Trato de ni pensar en eso porque veo a los que están pasándolo mal y es un momento durísimo. Prefiero pensar en jugar hasta el final de la temporada.
-¿Conoce la historia de otro volante argentino que jugó aquí hasta el año pasado, Cristian Álvarez?
-Sí, sí, de Cristian tengo la referencia tanto de aquí como del fútbol argentino. Es un futbolista muy querido y allí está haciendo una gran temporada.
-Lo digo porque ha tardado poco desde que salió de aquí en ser internacional con Maradona. Eso a usted le podría servir de referencia.
-Sí, claro, que Maradona esté al frente del cuerpo técnico de la selección es una motivación extra y más que esté convocando a tantos jugadores, porque siempre te genera una ilusión adicional. Yo soy chico todavía, pero ya tuve la experiencia de vestir la albiceleste y es otro sueño que cumplí. Sé que al ponértela tienes que matarte por ella, así que la ilusión la voy a tener siempre por llegar a ella esté en el club que esté.
-¿Y cuando algún día llegue a eso se acordará de esta afición que le idolatra aunque no sea capaz de pronunciar la "z" de su apellido?
-Sí, siempre me acordaré de este momento que estoy viviendo en el Córdoba más que nada por la gente, por el cariño que me tiene. No me había pasado nunca y es muy difícil que coreen el nombre de un jugador en un equipo. Es increíble. Siempre me acordaré del cariño tanto dentro como fuera de la cancha. Cuando me cruzo con alguien siempre me da su apoyo y confianza.
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