Marc Fornell y Martín, a octavos en Pozoblanco
TENIS
El vallisoletano superó al austríaco Moser, mientras el catalán derrotó a Canudas
El vallisoletano Pablo Martín y el catalán Marc Fornell se unieron a Rubén Ramírez en los octavos de final en Pozoblanco. El castellano venció con relativa comodidad a un cañonero como es el austriaco Nikulaus Moser mientras Fornell derrotó a su paisano David Canudas en un partido que comenzó cómodo y estuvo a punto de tener un final dramático.
La mejor noticia de la jornada fue el triunfo de Pablo Martín. El pucelano no lo tenía nada fácil para derrotar a un tenista de un perfil tan apropiado para esta pista. Con un saque poderoso, el austriaco Moser parecía, muy peligroso, pero fue a remolque desde el primer juego, en el que Martín le rompió el servicio y eso fue una ventaja que el español no desaprovechó para anotarse el primer set. Con la tranquilidad de ir arriba en el marcador, Martín siguió manteniendo su servicio y presionando el de su rival, hasta que este le dio una nueva oportunidad para cerrar el partido.
El duelo entre españoles tuvo un solo color desde el primer punto. Marc Fornell dominó de principio a fin ante un David Canudas que parecía estar en otra parte. Dos rupturas en el primer set -de 8 bolas de break y otras dos en el segundo, 6-3, 5-1 y servicio parecían dar por cerrado el partido. Canudas no había presionado ni una vez el saque de su rival y se veía desbordado por el juego de Fornell. Sin embargo, éste se relajó con su servicio, lo perdió en blanco y le dio aire a su paisano. Pudo costarle caro pues, aunque tuvo 5 bolas de partido, Canudas remontó el set y estuvo a un paso de apuntárselo. Fornell renació ahí, forzó y el tie break lo dominó (7-1).
La misma fortuna que Canudas corrió el también catalán Carles Poch, aunque a diferencia del primero, el ruso Konstantin Kravchuk, no le dio ninguna opción. La primera gran sorpresa del torneo llegó con la entrada en juego del cabeza de serie número 4, el francés David Guez. El galo tenía en su contra que apenas llevaba unas horas de adaptación, ya que venía de ganar el Challenger de Arad (Rumanía). Y pagó la falta de adaptación con un Kirillov que lleva en tierras cordobesas diez días, ya que antes había competido en Palma del Río.
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