Un líder espectacular

El Pozoblanco es líder en solitario del grupo X. Ayer, ante el Mairena, volvió a demostrar que ante su afición es inexpugnable: cuatro partidos y cuatro victorias para un total de 18 puntos que le permiten mirar por encima del hombro a todos sus enemigos. Además, ya es el único invicto, tras la derrota del Portuense -su próximo rival- en San Fernando.

La clave del éxito vallesano tiene nombre y apellido: Hugo Díaz. El hermano del cordobesista Pepe lleva nueve goles y los nueve buenos y decisivos. Ayer se llevó una ovación atronadora del público cuando fue sustituido poco antes del final del partido. Dos días antes, la afición de La Línea se levantó también para ovacionarle. Está en estado de gracia y todos los entrenadores rivales que lo padecen no dudan en afirmar que es el jugador que marca la diferencia en el grupo. Mete goles a pares y vuelve locas a las defensas con su pillería, con su pelea y con sus golpeos de balón, pues cuando la engancha, la mete donde nunca puede llegar el portero. Por eso, lo peor de la tarde fue que el delantero de Almodóvar vio la quinta amarilla y no estará el domingo en el Puerto de Santa María. El Pozoblanco tiene un diamante en bruto por el que se pelearían muchos equipos de superior categoría... si lo vieran.

Es difícil entender el partido de ayer sin Hugo Díaz, pero detrás de él hubo un equipo, el Pozoblanco, que se comió a un rival al que despedazó desde el inicio. A los diez minutos ya le hizo el primero en un libre indirecto que Alberto tocó para Alfonso Gutiérrez, que la reventó para dentro haciendo que el balón cogiera un efecto envenenado que desconcertó al meta sevillano. Siete minutos después empató el Mairena en un error garrafal de Díaz, que nuevamente midió mal, lo que habilitó a Suanes, que lo recortó y le cruzó el balón al segundo palo.

El gol no achicó al Pozoblanco, que acosó y atrincheró al Mairena en su área y le tiró desde todos lados. Javi Bermúdez y Alfonso Gutiérrez hicieron que el meta Pablo se luciera. El Mairena, a la contra, tuvo su última ocasión del partido en un cabezazo en el área chica de Víctor Gago a la salida de un córner que Díaz salvó cuando ya se cantaba el gol en las gradas.

En la segunda mitad sólo existió un equipo y ése fue el Pozoblanco. A los seis minutos, un fallo de Ulises lo aprovechó Hugo Díaz para meter casi sin ángulo el balón en la portería. Lo estaba mereciendo el equipo de Rafa Berges, que ya no pararía hasta el final de bombardear la portería de Pablo. El propio pichichi pozoalbense tuvo la puntilla en su pierna, pero se le fue arriba. Antes también la había tenido Alfonso Gutiérrez, y después Quero.

Cuando quedaban diez minutos para el final llegó otro gol de pañuelos de Hugo Díaz, que enganchó de volea una falta de Javi Pérez, empalando sin dejar botar el balón, que entró como un obús por la escuadra de Pablo. El aficionado se fue contento del Municipal, donde no sólo su equipo gana, sino que da espectáculo. Es casi el mismo bloque de la temporada pasada, pero Berges lo ha cambiado de arriba a abajo. Y ya quien piensa que estar tan arriba al final de la temporada no es un sueño tan lejano.