Sin Hugo, el Pozoblanco es terrenal
Fútbol l Tercera División
El cuadro de Berges encaja su primera derrota en El Puerto y pierde el liderato
El encuentro entre dos gallitos lo decidió un golpe magistral. Suele ser virtud de los equipos grandes, o de aquellos que aspiran a serlo, contar en sus filas con un matarife en la suerte denominada balón parado, un ejecutor que acostumbra a conceder al cuero el efecto y velocidad suficientes para superar la barrera y buscar con decisión el destino inexorable de la red. Los goles que consiguen tienden a desatascar partidos difíciles, contiendas en las que la defensa rival se muestra diligente y los delanteros propios algo romos.
El Racing dispone de la fortuna de incluir a Lolo Prado en sus filas, un jugador que comenzó la temporada en la suplencia, pero que con tres dianas (precisamente, las tres últimas de los suyos), se erige ya como el principal anotador.
La crónica ha de reflejar que cuando el choque frisaba el ecuador de la segunda parte, Piñero, un interior que no deja de crecer, cogió la bola en la medular y se marcó una carrera en la que se emplearon a fondo para detenerle los defensas José Gutiérrez (que le agarró con ganas, pero ni así) y Germán, que optó por zancadillearle, ganada la frontal. Ambos se llevaron como trofeo sendas tarjetas amarillas (más tarde el joven jugador cargaría a otro zaguero, Acaíñas) y, lo que es más importante, permitieron que Lolo Prado gozara del lance de rubricar un lanzamiento directo de falta en un ángulo, ligeramente esquinado, que se inscribe entre sus favoritos. Como es habitual, el estadio enmudeció, estallando después en aplausos al contemplar cómo el Portuense, con la ausencia de cinco titulares (los defensas Mere, Paquito y Luis Castillo, el medio Peces y el delantero Pedro Curtido) se ponía por delante de un Pozoblanco que llegaba con dos aureolas, la del liderato y la imbatibilidad, que posteriormente acabaría añorando.
Los cordobeses, que hasta ese momento sólo habían protagonizado un espléndido cabezazo de Aguayo a centro de Quero que Edu Villegas, en brillante acción, desvió a córner (23'), se sumieron aún más en la confusión (únicamente firmarían una ocasión más, un fuerte lanzamiento de Quero, cercano el fin, al que también respondió Edu).
El Portuense mereció el segundo gol en una rutilante acción de José Antonio quien, tras varios quiebros, se encontró el rechace de Díaz, disparando Alberto a las nubes, pero el triunfo, en cualquier caso, se reviste de un valor especial: disputado casi un cuarto del campeonato, los rojiblancos (que ayer, mermados a priori con especial saña en la zaga, doblegaron a una escuadra que viajaba con números temibles) son cuartos, a cuatro puntos del primer clasificado, que desde ayer es el Jerez Industrial.
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