Se abre la era italiana

Ya está hecho. El Córdoba CF iniciará una nueva etapa de su historia con dueños italianos. Un signo de modernidad que tiene su raíz en una cuestión de pura necesidad. Económica, porque la situación de la tesorería resultaba inviable, y deportiva, porque cuatro décadas sin llegar a la élite son algo inaguantable. Toca revolución con otros protagonistas. Antonino Pulvirenti, empresario y presidente del Calcio Catania, club que milita en la Serie A, cerró ayer la adquisición del 98,8 por ciento de las acciones blanquiverdes a través de la sociedad Augusta Business Capital. Son todas las que tenía en su poder el Grupo Prasa, que a partir de este momento queda totalmente desvinculado del proyecto futbolístico que abanderó, solo o en compañía de otros, durante el último decenio. Ayer se decretó un final para poder fijar un principio.

Después de un proceso que se llevaba gestando desde el verano y que se aceleró en las últimas semanas, ya bajo un foco mediático permanente, las últimas incógnitas terminaron por despejarse en una intensa mañana en la sede de Prasa. El accionista mayoritario, José Romero, accedió finalmente a traspasar todos los títulos a Augusta Business Capital sin quedarse con un 20%, tal y como se había especulado hasta el último instante, y sin percibir ninguna contraprestación económica. Las únicas pinceladas cordobesas en el club las pondrán, tras la retirada absoluta de Prasa, los miembros del grupo residual de pequeños accionistas.

Los nuevos propietarios se asumen la deuda histórica del club y la que se generará en el presente curso, con sus intereses añadidos, una cantidad que asciende a 8'5 millones de euros. Con Romero estuvieron el presidente José Miguel Salinas y los vicepresidentes Antonio Prieto y Fernando Peña, por la parte vendedora, mientras que Pietro Lo Monaco -director general del Catania y mano derecha de Pulvirenti-, Alessandro Gaucci y Enrique Rodríguez Zarza, que fueron acompañados por algunos colaboradores -Antonio Manzano y Guido Polverini-, integraron la parte compradora.

Poco después del mediodía, Salinas salió de la sede del grupo de empresas y, ante la presión de los medios, les instó a aguardar unos minutos para desvelar el resultado final de una reunión de la que trascendían detalles que indicaban un desenlace ya cantado. Mientras el presidente comparecía ante los periodistas, los italianos se marchaban esquivando a los medios. Llevan ya tareas por hacer y una hoja de ruta.

Lo Monaco, que ya en la jornada previa se desmarcó de la prensa, cerró en menos de 24 horas la negociación y volvió a su país para seguir reestructurando el plantel del Catania, que atraviesa una delicada situación en el Calcio y busca refuerzos. Es seguro que esos movimientos afectarán también al Córdoba, al que puede considerarse desde ya un club vinculado a la formación siciliana al estilo del Granada con el Udinese. Salinas calificó como un "ejemplo certero" esa relación entre equipos. La nueva situación societaria acarreará un vendaval de cambios en el organigrama y en el modelo de gestión. A la espera de que esas cuestiones se vayan desvelando, el club realizó su primer movimiento oficial publicando en su web un comunicado con cinco puntos que inauguran la era del cambio.

Al margen de explicitar que el "principal interés" del Grupo Prasa ha sido "garantizar la continuidad del club y potenciar el proyecto deportivo", que Augusta Business Capital "asume la deuda y asegura la viabilidad financiera de la sociedad" y que la parte compradora asume "un compromiso total con la ciudad de Córdoba", el comunicado llama la atención por un punto sorprendente y revelador del riesgo que asume Pulvirenti. "Augusta BC garantiza el desarrollo de un proyecto deportivo serio y competitivo que se fija como objetivo el ascenso de categoría en tres años (...). En garantía de ese objetivo se establece una penalización económica a favor del Grupo Prasa si no se produce el ascenso en ese tiempo". Queda claro a qué vienen los italianos.

El relevo en la propiedad se escenificará el próximo día 29 con una conferencia de prensa en la que se espera que José Romero, el último superviviente de aquel triunvirato local que abanderó el renacimiento del Córdoba como sociedad anónima en el año 2000 -junto a Rafael Gómez y Ángel Marín-, ofrezca su versión sobre un episodio crucial e histórico en la ciudad.

Salinas, desgastado por unas jornadas frenéticas pero tremendamente aliviado por la solución al grave problema económico de la entidad, explicó que Augusta BC "asume todas las obligaciones financieras del club, las actuales y las pendientes", entre las que se encuentra la deuda de 500.000 euros que el club mantiene con el Real Madrid por el traspaso del central Agus y que, tras la denuncia del club blanco, provocó que los blanquiverdes viesen paralizados sus derechos federativos. Esa situación se desbloqueará en breve. Con el mercado de invierno ya en el horizonte más cercano, los nuevos dueños del Córdoba realizarán movimientos para reforzar la plantilla. Tanto Alessandro Gaucci, que ejercerá como director deportivo y se establecerá en Córdoba, como Pietro Lo Monaco, que dirige las operaciones en el Catania -en adelante, la entidad nodriza de los cordobesistas-, tienen ya en cartera una serie de jugadores que se incorporarían en breve.

"Van a hacer un club potente y van a presentar un proyecto deportivo con una doble aspiración: subir a Primera División en el mínimo plazo posible y asentarse", explicó el presidente, que recalcó que Nino Pulvirenti pretende calcar en España lo que ya hizo en Italia con el Catania. "Hemos estado hablando durante muchos minutos sobre el peligro de los clubes que se forman un poco de aluvión, suben y el descenso prematuro de nuevo hace peligrar la viabilidad de un proyecto deportivo y económico. Por tanto la estabilidad del club es un objetivo que va de la mano del ascenso de categoría. Ellos han puesto especial énfasis en este tema", indicó el mandatario. Subir y permanecer. El sueño queda abierto.