Eres un ser nuevo
A años luz de las rutas comerciales, Felipe Hernández Cava brilla con fuerza en el firmamento del tebeo. Su estrella posee más masa y energía que ninguna otra a su alrededor y su sistema no sólo han engendrado vida sino que es realmente variado en especies y formas. Se diría que la suya es una luz fecundadora, que preña toda la tierra que toca. Y su progenie es hija del misterio y de la belleza, por eso no se parece a nada, ni entre sí.
Tómese por ejemplo El hombre descuadernado, uno de los incontables mundos de Hernández Cava. Se trata de una escritura sobre el terror, ese género que se dice popular, pues ha de saberse que el aislamiento de la citada estrella no es voluntario, sino que son determinados cartógrafos los que la han esquinado en sus mapas, sepa usted por qué. Es una escritura sobre el terror, decía, construida sobre bases literarias y terribles experiencias. O mejor dicho, que parten de la experiencia terrible de ver desintegrarse de Alzheimer y morir a la propia madre y toman luego la forma, los ropajes de literaturas como la de Guy de Maupassant, obviamente El Horla, pero también Memorias de un loco y fragmentos de la vida del escritor, imbricada con la de otros como Flaubert o De Nerval. Y es realmente un libro, un mundo, terrorífico, de locura y escisión interna, de vivos que aspiran a la muerte y muertos que reposan por siempre enredados con sus propios fantasmas.
Un mundo, digo, espeluznante, estremecedor y aun así hermoso, de temblores y centelleos inesperados. Se accede al meollo mediante Sanyú, que es quien captura la luz en el papel, quien ha revelado en el cuarto oscuro de su imaginación las formas ocultas en el aire sin orillas. Y nos las ha traído intactas desde la otra punta del universo.
Felipe Hernández Cava, Sanyú. De Ponent. 84 páginas, 20 euros
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