Picasso, un pintor para una época

arte Una vida dedicada a la creación

Mañana se cumplen 130 años del nacimiento del malagueño, referente de la modernidad y que es el artista que cuenta con un mayor número de obras en museos · Marcó nuevos rumbos para la pintura

'El escultor', una de las obras de Picasso incluidas en una exposición inaugurada el pasado lunes en Shanghai.
'El escultor', una de las obras de Picasso incluidas en una exposición inaugurada el pasado lunes en Shanghai.
Mila Trenas (Efe) / Madrid

24 de octubre 2011 - 05:00

Con siete años pintó su primer cuadro, El pequeño picador, y desde entonces Picasso, de cuyo nacimiento se cumplirán mañana 130 años, no abandonó los pinceles, convirtiéndose en uno de los genios fundamentales del siglo XX. Pintor, escultor, dibujante, ceramista, grabador, Pablo Picasso es el artista español más influyente del siglo pasado y uno de los grandes genios de la historia del arte.

Maestro de la modernidad, revolucionó y marcó un nuevo rumbo de la historia artística cuando pintó en 1907 Las señoritas de Avignon, hito y un punto de referencia para el desarrollo de las vanguardias artísticas posteriores. Por primera vez se planteaban nuevas concepciones formales revolucionarias que dieron paso al cubismo, movimiento que creó junto a George Braque.

Nacido en Málaga en 1881, la familia se trasladó a La Coruña y de allí a Barcelona, donde se formó en un estilo académico, aunque pronto contactó con grupos modernistas que le hicieron cambiar su forma de expresión.

Tras su paso por Madrid y como la mayoría de los artistas del momento, Picasso tenía su mirada puesta en París, donde se trasladó en 1900, instalándose en el taller del pintor español Isidro Nonell.

A caballo entre Barcelona y París, en 1904 se instaló definitivamente en la capital francesa, en uno de los talleres de Bateau Lavoir. Este es el punto de partida de su época azul (1901-1904), caracterizada por el predominio de la factura clásica y el azul junto a la representación de personajes escuálidos con expresión trágica.

En su siguiente etapa, 1905-1906, la época rosa, se muestra un Picasso menos trágico que representa escenas de circos y comediantes.

En 1906 conoció a Matisse y un año más tarde terminó Las señoritas de Aviñon. A partir de entonces trabajó sobre dos principios contrapuestos de representación, uno figurativo y otro disociativo de la forma. Un año después conoció a Braque, con el que inició el llamado "cubismo analítico", hasta que en 1913 pasa a un "cubismo sintético".

Cansado de las estructuras geométricas, Picasso retornó a lo clásico, al desnudo monumental, al equilibrio, al dibujo de Ingres.

Abierto a todos los movimientos, en 1925 se alió con los surrealistas de André Bretón, donde combinó lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio máquinas, medio monstruos, de aspecto terrorífico. Esta etapa terminó en 1932.

El 19 de septiembre de 1936, recién iniciada la Guerra Civil española, fue nombrado director del Museo del Prado, cargo que no llegó a ejercer, pero sí ayudó a evacuar a Francia algunas de las joyas más relevantes del museo.

En 1937, el gobierno de la República le encargó un cuadro mural para representar a España en el Pabellón de Exposición Universal de París. El bombardeo de Guernica provocó la realización de la obra más famosa del arte contemporáneo: en ella se critica la guerra y la sinrazón que conlleva un enfrentamiento armado.

La obra regresó en 1981 a España procedente del Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde se encontraba confiada temporalmente por el propio artista.

Con ello se cumplía la voluntad de Picasso de que el monumental lienzo terminara en su país una vez que éste recuperara las libertades democráticas. Pocos acontecimientos como la llegada del Guernica marcaron, dentro y fuera de nuestras fronteras, un antes y un después en la transición política española.

Picasso pasó los últimos años de su vida en el sur de Francia trabajando en un estilo muy personal y falleció en su villa de Notre-Dame-Vie, en Mougins, el 8 de abril de 1973 de un edema pulmonar, cuando preparaba una exposición para el Palacio de los Papas, en Avignon.

El artista malagueño, autor que cuenta con más obra en museos de todo el mundo, tuvo una longeva y productiva trayectoria como lo muestra el hecho de que a su muerte el inventario judicial de sus obras detallara 1.876 cuadros, 1.355 esculturas, 7.089 dibujos, 25.388 grabados, 2.880 cerámicas y 149 cuadernos con un total de 4.659 trabajos.

Seis fueron sus relaciones sentimentales más importantes, que le dieron cuatro hijos. Fernande Oliver, Olga Joklova, María Théresa Walter, Dora Maar, Francois Gilot y Jacqueline Roque fueron sus compañeras.

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