El Centro Andaluz de Teatro actualiza la reivindicación de libertad de Camus
La compañía pública presenta mañana y el sábado en el Gran Teatro su versión de 'El estado de sitio', adaptada con motivo del bicentenario de la Constitución de 1812 y dirigida por José Luis Castro

La obligación del ser humano de derrotar al miedo para conquistar la libertad, la ruptura de esa esclavitud y la proyección de la dignidad en su más íntegra expresión constituyen la médula de El estado de sitio, la obra que Albert Camus estrenó el 27 de octubre de 1948 en el Teatro Marigny de París con dirección de Jean-Louis Barrault, al frente asimismo de un elenco en el que figuraban Madelaine Renaud, María Casares y Marcel Marceau. Ambientada en un Cádiz mítico y atemporal, dirigida por José Luis Castro y adaptada por Juan García Larrondo, la obra ha sido recuperada por el Centro Andaluz de Teatro (CAT) en el marco de los actos conmemorativos del bicentenario de la Constitución de 1812. Celebró su estreno la pasada semana y llega al Gran Teatro mañana y el sábado (21:00).
José Pedro Carrión, Juanma Lara, Esther Ortega y Luis Rallo encabezan el reparto de 18 actores de esta obra coral que cuenta con un equipo artístico "espléndido", en palabras del director del CAT, Francisco Ortuño, en el que figuran los nombres de Antonio Meliveo (música), Giuliano Spinelli (escenografía), Pedro Moreno (vestuario) y Miguel Ángel Camacho (iluminación). La producción, presupuestada en 300.000 euros, llegará a las ocho provincias andaluzas.
El estado de sitio es una denuncia del poder paralizante del miedo y, según Ortuño, un homenaje "a todos los que han dado lo mejor de sí mismos para construir una sociedad más libre, igualitaria y justa". La dirección de Castro, "vigorosa, llena de impactos visuales", carente de retórica, refuerza la idea de resistencia y la necesidad de lucha que presiden el texto original. El pueblo que se retrata, indica Ortuño, podría ser cualquiera en el que "los hombres y mujeres se rebelan contra la tiranía, en una vital y constante lucha por vivir con dignidad". Porque el miedo, que tiene capacidad para infiltrarse de distintas formas y en estructuras de diversa dimensión (el hombre, la familia, la colectividad), anula cualquier posibilidad de proyección en libertad, de desarrollo autónomo. "Hay que estar siempre alerta", advierte el director del CAT, que asevera que "la paz es algo que se construye y se trabaja". La vigencia de la obra es absoluta porque "hoy en día hay eslóganes que casi nos llevan a un estado de sitio".
"Es una obra necesaria", señala el actor cordobés Luis Rallo. El estado de sitio refleja "el peligro de los totalitarismos", los riesgos que implica "cambiar libertad por seguridad" y la tragedia que supone "la deshumanización del ser humano".
Camus, según García Larrondo, "quiso alejar su obra de la estructura teatral tradicional y concibió el espectáculo con la ambición de mezclar en él todas las formas de expresión dramática hasta entonces conocidas". La versión del CAT pretende "respetar al máximo esos anhelos", apareando las palabras del francés y las del adaptador "hasta crear un estilo y un acento que puedan ser comprensibles para los oídos de nuestra época".
El montaje reivindica también la condición del teatro como "espacio de libertad" y "barrera contra la banalidad y la grosería que inundan el mundo", según el gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas, Juan Carlos Limia, que destacó la presencia habitual del CAT en la cartelera cordobesa, circunstancia que también fue subrayada por el delegado provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Ramón López. En este caso, además, la obra llega al Gran Teatro "recién salida del horno".
El montaje, no obstante, no ha escapado a la polémica. La Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Andalucía (ACTA) elevó recientemente la voz para rechazar "de plano" determinadas inversiones "carentes de rédito social y económico" como la realizada por la Consejería de Cultura en esta producción, en torno a 600.000 euros (la mitad, coste de la obra; la otra mitad, gira por los teatros andaluces). "En medio de los continuos recortes en las ayudas al sector privado, un gasto de esta envergadura se nos antoja un disparate. En 2011, la convocatoria de ayudas al sector privado fue de 790.000 euros y se han beneficiado alrededor de 37 compañías en las modalidades de producción y gira. Es decir, en una sola producción institucional se ha invertido prácticamente la misma cantidad que en todo el apoyo a la producción y giras de todas las compañías", manifestó la asociación.
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