Hallados un plato romano y una 'sigillata' en las termas de Torreparedones

La cerámica hallada.
La cerámica hallada.
Sara Núñez Baena

08 de abril 2016 - 05:00

Las excavaciones que se vienen realizando desde hace ya algunos meses en las termas romanas halladas en el Parque Arqueológico de Torreparedones continúan dando sus frutos. Concretamente, en los últimos días han salido a la luz un plato romano para cocinar de gran diámetro y una cerámica marmorata cuyo colorido recuerda al mármol.

El arqueólogo municipal, José Antonio Morena, explicó ayer a el Día que "el plato se ha hallado en el basurero localizado al oeste de las termas, una zona en la que continúa apareciendo mucho material, ya que junto a las cerámicas de lujo encontramos otras piezas más comunes que se empleaban para cocinar".

Asimismo, Moreno detalló que "una de las de mayor relevancia es esta fuente o plato de gran diámetro (50 cm.), de pared baja y ligeramente curva, cuyo fondo está decorado con series de círculos concéntricos incisos". "La base está quemada por estar expuesta directamente al fuego, mientras que la parte interna está cubierta de una gruesa capa de barniz rojo oscuro, grasiento y de brillo mate que impedía que la comida se pegase", subrayó.

Se trata de un plato cuyo color del barniz es similar al rojo de las pinturas pompeyanas, de ahí que estas piezas se denominen "cerámicas de barniz rojo pompeyano". Tiene una cronología amplia pero los ejemplares de mayor tamaño son propios de la época augustea y se usaban para cocinar pasta o pan.

De otro lado, dentro de la vajilla de mesa selecta romana se ha encontrado una cerámica marmorata, una sigillata de procedencia sudgálica que debe su nombre al aspecto que presenta su superficie, de color amarillo con veteados o aguas de color rojo, que recuerdan al mármol. Dicha técnica fue utilizada única y exclusivamente en los talleres de La Graufesenque durante un corto y concreto espacio de tiempo entre los años 14 y 80 después de Cristo.

En este sentido, el arqueólogo explicó que "la marmorata se importó a casi todos los rincones del Imperio pero no son muy abundantes quizás por su alto coste, por dificultades para su importación o porque simplemente no gustasen". "Este fragmento se ha recuperado en un basurero situado al oeste de las nuevas termas romanas y corresponde a una copa forma Drag. 35 con decoración a la barbotina de hojas de agua en el borde", sentenció.

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