Baena exhibe las esculturas sedentes de Torreparedones
Los especialistas destacan que las piezas, expuestas en el Museo Arqueológico, son "únicas en todo el Imperio Romano"
El Museo Arqueológico Municipal de Baena acoge desde ayer las tres esculturas sedentes halladas en el Parque Arqueológico de Torreparedones hace unos años y que han sido sometidas a un complejo y completo proceso de restauración en los últimos meses. El catedrático de la Universidad de Córdoba Carlos Márquez indicó con motivo de la presentación de las mismas que en la actualidad presentan "un estado de conservación excepcional".
Asimismo, Márquez insistió en que "a partir de ahora van a brillar en el Museo Arqueológico de Baena tres nuevas piezas escultóricas muy originales porque se han podido aplicar en ellas técnicas que nos permiten conocer el color original que tenían y también porque como consecuencia de diferentes técnicas e investigaciones desarrolladas hemos podido determinar que las dos figuras masculinas son únicas en todo el imperio".
De igual forma, el alcalde de Baena, Jesús Rojano, tildó este día como "histórico para la localidad", ya no solo "por el hallazgo en su día de estas culturas sino porque hoy ya se pueden visualizar con una restauración magnífica y un trabajo muy laborioso y de gran profundidad" con el que "incluso se ha conseguido la detección de las capas cromáticas que consiguen engrandecer el museo con unas piezas que solo podemos encontrar en el museo nacional y en pocos sitos más".
Además, el primer edil hizo hincapié en que "esto demuestra que Torreparedones fue una ciudad muy significativa en su momento, no dejamos de sorprendernos allí y cada vez que investigamos encontramos nuevas sorpresas". "No somos conscientes ni del museo ni de las piezas que tenemos y de lo difícil que es encontrar en el mundo un museo como este, de referencia a nivel internacional", subrayó.
Por su parte, el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, aseguró que "es un hallazgo bastante importante porque son unas esculturas únicas en el mundo ni siquiera encontradas en la ciudad de Roma", e insistió en que nos encontramos ante "un claro ejemplo de la colaboración de la Universidad con su entorno, la sociedad y las administraciones, porque nos trae conocimiento, desarrollo de la cultura y un desarrollo social y económico".
Finalmente, la restauradora, Ana Infante, explicó que "lo primero que se ha hecho es siglar las piezas y después se comenzó con el montaje. Una vez encajadas se procedió con la limpieza y uso del láser para no dañar el pigmento de las esculturas". La especialista detalló que se ha utilizado el microchorro de dióxido de aluminio y se ha montado con varillas de vidrio y acero inoxidable dado el peso de las estatuas. Se ha terminado el montaje con un tratamiento para eliminar las concreciones de microorganismos para limpiarlas y prevenirlas.
Todos los expertos coincidieron ayer en que algunas características hacen únicas estas piezas. Dos de ellas, las dos masculinas, representan a dos emperadores (Augusto y Claudio, este último reelaborado de un retrato de Calígula) togados y sedentes como divinidades tras ser nombrados divi por parte del Senado de Roma. Resulta excepcional su aparición en este yacimiento porque el tipo representado no se ha localizado en ninguna otra parte del Imperio Romano, por lo que son únicas en su género (solamente un relieve del Arco de Constantino y algunas monedas copian dicho tipo). Además, los estudios realizados de policromía permiten obtener una imagen de las piezas con todo el color original que llevaban.
El primero de ellos (divus Augustus) representa el único testimonio en todo el Imperio del tipo divus Augustus Pater, creado en época de Tiberio posiblemente como modelo de la escultura de culto del nuevo dios.
El segundo, cuyo retrato representa a divus Claudius (reelaborado de un retrato de Calígula), resulta excepcional porque el cuerpo togado y calzado con mulleus (bota militar) representa al emperador Calígula, del que apenas se conservan esculturas dado que tras su muerte muchas de ellas fueron destruidas o transformadas.
La tercera, probablemente diva Augusta (emperatriz Livia, viuda de Augusto que también fue ascendida a los altares por parte del Senado en época de su nieto Claudio), aparece como la imagen de unidad dinástica, por ser ella el nexo entre las dinastías Julia y Claudia.
Estas piezas vienen a completar el grupo extraordinario de esculturas de carácter dinástico que tiene el Museo de Baena procedente del yacimiento de Torreparedones y que se puede fechar en la mitad del siglo I de nuestra era.
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