El espejismo de los años 80
Reportaje
Descaro en las letras, euforia en el escenario y vestimentas variopintas eran las características de los grupos musicales que se formaron en la ciudad
Los 80 fueron años en los que se respiraba libertad, la libertad tan ansiada en épocas anteriores. Euforia, deseo de experimentar cosas nuevas, innovadoras ideas, ganas de crear y de comunicar, de ser escuchado. La música llenaba los programas de radio y en los pubs se reunían los grupos que iban surgiendo en la ciudad. Jóvenes que amaban la música y que, a pesar de que no podían sobrevivir dedicándose a ella, gastaban horas y horas de su tiempo ensayando los temas que ellos mismos componían.
En Córdoba también hubo movida; no se puede comparar con la madrileña, pero en esta ciudad también se desarrolló una amplia cultura musical, en gran parte desarrollada por Radio Córdoba, Radio Popular y Radio Cadena Española, además de la cadena independiente Radio Lupa.
Uno de los programas que destacaron en Radio Córdoba fue Hecho en España, donde se entrevistaba a grupos locales. Las primeras maquetas que se grabaron en los pequeños estudios con los que contaba la ciudad, como los estudios RAC, que más adelante se convirtió en Paco Record, se emitían en él. "Los ochenta se resumen en la radio, los locales de ensayo y los pubs", explica Ramón Medina, locutor radiofónico y componente de La Reserva y Corazones Estrangulados.
La Reserva, Yacentes, Tarik y la Fábrica de Colores, Religión, Pabellón Psiquiátrico, Colectivo Paralelo, Tocamadera, Mezquita y Jaleo, sin olvidar a Medina Azahara, que tuvo más suerte en este panorama musical y pronto marchó a Madrid fichada por una multinacional, fueron las formaciones locales que tuvieron más repercusión.
Pero el verdadero ambiente se respiraba en la calle, y sobre todo al caer la noche. Los locales eran los puntos de encuentro de los grupos y amantes de la música. "Aunque todos íbamos a todos -explica Medina-, había dos vertientes: la más gótica tipo Yacentes y Tarik, que se reunían en el Varsovia -un local emplazado en el barrio de la Judería-, y los grupos más rockeros como El Último Puente y La Reserva, que íbamos a El Billar". Había otros lugares intermedios como Tendido 7 y Feeling.
En la ciudad también se hablaba de tribus, grupos de gente que se clasificaban y unían por su forma de vestir, además de seguir un estilo musical determinado. Punkys, siniestros, los rockeros, estilo glam… "Nosotros teníamos un estilo más americano, con guardapolvos, sombreros, mientras que Yacentes y Tarik tenían el pelo escardado", recuerda Medina. Había muchas ganas de aprovechar la situación política y social. "Se respiraba cierta libertad respecto a lo anterior, había optimismo, que se combinaba con el hecho de frecuentar locales como el Varsovia, que era un templo de la modernidad", explica Álvaro Muñoz Tarik, miembro de Yacentes y de Tarik y la Fábrica de Colores. En este lugar se reunía gente que tenía ideas en común, lo que provocó "ganas de romper los moldes", añade.
La Facultad de Filosofía y Letras fue otro de los centros promotores de grupos y artistas cordobeses y de bandas que venían de fuera, ya que organizaba actuaciones en su patio interior.
La vida se hacía de noche, se salía casi a diario y se aguantaba hasta las 5.00 o las 6.00 de la mañana, porque entonces los pubs no tenían horario restringido. Y el aspecto importaba. Aunque algunos parecieran desaliñados y descuidados en su imagen, todo se integraba dentro de un estilo. "Todo el mundo resaltaba las ojeras, la delgadez, porque todos éramos noctámbulos a tope, la vida se vivía de noche", relata Medina. "A veces las ganas de hacer música superaban a la calidad y hacían que no tuviéramos complejos, no nos cortábamos nada", reconoce Tarik.
A Córdoba la movida llegó más tarde, a mediados de los 80 empezaron a surgir los grupos más importantes del panorama local. "Los grandes grupos empezaron a sonar a partir de 1984, que fue cuando la ciudad pegó la subida musicalmente", explica Medina.
Respecto a las tendencias musicales, cada grupo tenía un estilo. Muchos de ellos hacían rock, pero unos se acercaban al rock americano, otros al rock gótico, otros se dedicaban al pop… Medina explica que Religión tenía un sonido más épico, pero no dejaba de ser mezcla de rock y pop, porque "casi todos hacíamos rock ya que era un sonido más duro, pero luego las melodías eran pop". Dentro del panorama musical había grupos muy diferentes cuyas letras estaban dedicadas a temas muy diversos. "Pabellón Psiquiátrico era el grupo más gamberro, eran letras muy golfas, que hablaban de sexo sin tapujos, eran tremendos, tenían mucho morro", indica Medina. "No era una época homogénea. Yo estaba en la corriente más alternativa; Yacentes apostaba por una corriente bastante gótica", recuerda Tarik. La música más comercial estaba representada por Tocamadera, grupo enmarcado dentro del pop, estilo que los más alternativos despreciaban.
Aunque todos se respetaban, existía competitividad, con fans seguidores de un grupo y fans seguidores de otras bandas. "Dentro del mismo estilo había muchos celos y a nivel local había muchos desencuentros", recuerda Tarik. "Había rivalidad, más creativa que otra cosa. No éramos muy amigos pero todos nos relacionábamos", afirma Medina. Había una complicidad entre la ciudad, la gente que hacía programas musicales y la gente que hacía música. "Era todo un círculo, había una complicidad tremenda", añade.
Desde esta época muchas cosas han cambiado. Las oportunidades para grabar un disco no son las mismas. "Ahora se trata de que cuelgues tu vídeo en Internet, que tenga aceptación y que una discográfica te descubra. Antes la lucha era que los temas surgieran a base de ensayo, a base de mucho trabajo, grabar la maqueta y luego irte a Madrid a venderla", explica Medina.
De los grupos cordobeses que nacieron en esta época sobreviven Medina Azahara y Tarik, ahora en solitario. Religión se plantea reunirse tras la actuación que ofreció el pasado año con motivo del 20º aniversario de su único disco. Y muchos son los seguidores de otras bandas que desean rememorar estos tiempos a la vista de que algunos de los grupos del panorama nacional han vuelto los escenarios. Pero cada uno tomó su camino tras sus disoluciones y ahora viene lo difícil: dejarlo todo por volver a los viejos tiempos.
Una oportunidad para promocionarse: la Muestra Pop-Rockera. La forma de promocionarse para los grupos cordobeses, además de la radio y actuando en los pubs y ferias, era la Muestra Pop-Rockera. Este acontecimiento musical estaba organizado por el Ayuntamiento y se celebraba durante dos meses. "En aquella época había suerte", asegura Ramón Medina. El sitio donde se organizaba era el Teatro de la Axerquía. Los grupos que querían participar presentaban sus maquetas en un plazo establecido por la organización y un jurado integrado por miembros de grupos más veteranos y gente que escribía en prensa o trabajaba en radio evaluaba las maquetas. Las actuaciones se llevaban a cabo los viernes y los sábados y normalmente cada día tocaban dos grupos. Más tarde la muestra se convirtió en un concurso.
"Por otra parte, nos contrataban los ayuntamientos de pueblos, sobre todo de la zona norte, y la Diputación también ayudaba a través de acuerdos con otras ciudades para hacer giras por Andalucía, pero sobre todo se tocaba en la provincia", añade Medina. Otra forma de conseguir actuaciones era ofertando la banda a través de una especie de representante que formaba parte del grupo y se ponía en contacto con los dueños de los locales. "O venían a buscarte o tú ofertabas". Actualmente podría decirse que el equivalente a la muestra es el ciclo Sound' Aquí.
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