Andalucía en clave romántica

El Centro de Estudios Andaluces y la editorial Renacimiento reeditan el libro que el hispanista Charles Davillier dedicó a su viaje por la región, ilustrado por Gustave Doré y publicado por primera vez en 1874

La Mezquita de Córdoba.
La Mezquita de Córdoba.
Alfredo Asensi / Córdoba

26 de enero 2010 - 05:00

"No hay ciudad en España que pueda enorgullecerse de un pasado más glorioso que el de Córdoba". Así inicia el barón Charles Davillier el capítulo dedicado a esta ciudad en su libro Viaje por Andalucía, publicado por primera vez en el año 1874 y que acaba de ser reeditado por el Centro de Estudios Andaluces y la editorial Renacimiento. La obra cuenta con ilustraciones de Gustave Doré, uno de los grandes dibujantes de la segunda mitad del siglo XX.

Las principales ciudades andaluzas van configurando las etapas del itinerario realizado por los dos franceses, que también visitaron Gerona, Barcelona, Valencia, Murcia, Toledo, Madrid, Ávila, Salamanca, Valladolid, Burgos y el País Vasco. Asimismo, el texto incluye pasajes dedicados a las tradiciones y las costumbres andaluzas, los toros y los bandoleros, la Semana Santa y la Feria de Abril. Davillier descubre y describe una España y una Andalucía que le sorprenden y le estimulan y que Doré retrata con su ingenio como dibujante. En esta obra, según Alberto González Troyano, autor del prólogo, "hay un aspecto de crónica, casi de reportaje acorde con el nuevo periodismo que surge entonces, pero también responde a la tradición del viajero con mentalidad de anticuario y una sensibilidad aún latente desde la época romántica". Davillier y Doré "prefieren una vieja rutina, que permita una melancólica evocación, antes que opinar sobre los avances que anuncian el telégrafo y el ferrocarril". Sin embargo, continúa, "esa forma selectiva de ver unas cosas y desentenderse de otras debe constatarse pero no indignar". González Troyano cita a Arturo del Hoyo, autor del prólogo a una antigua traducción de este libro, que señaló: "Davillier y Doré, acuciados por el peligro de lo moderno, quieren reflejar e inventariar una España que va a desaparecer".

En el apartado dedicado a Córdoba, Davillier relata con detalle sus experiencias en la Mezquita, cita a algunas de las personalidades célebres en la historia de la ciudad, analiza la etimología de su nombre y dedica apartados a otros monumentos, los conventos, el cuero y la orfebrería. Y finalmente se lamenta: "Cuánto ha decaído Córdoba de su pasado esplendor y qué poca cosa son hoy su comercio y su industria, antaño florecientes". La ciudad "parece que está desierta y abandonada". "Sólo las iglesias no han disminuido en Córdoba", remata.

Jean Charles Davillier (1823- 1883) era hijo de una rica familia de industriales normandos. Su gran fortuna le hizo gozar de una cómoda posición que le permitió dedicarse por completo a su pasión: viajar. Destacó como gran conocedor de la cultura española. De hecho, había visitado en nueve ocasiones este país antes de empezar en 1862 el recorrido que sirvió como fuente principal para Viaje por Andalucía. Para González Troyano la mirada de Davillier "no es la de alguien que se deja impresionar por primera vez, sino la del entendido que no tiene que ceñirse a lo inmediato, ya que puede relacionar, conectar unos mundos con otros y valorar con un conocimiento apoyado en experiencias previas, contrastes históricos y libros bien leídos".

Por su parte, Gustave Doré (1832-1883), artista precoz y casi autodidacta y dotado de una gran imaginación, cultivó su fama principalmente con sus xilografías, destinadas a la ilustración de casi un centenar de obras clásicas, entre las que destacan la Divina Comedia, El paraíso perdido y el Quijote.

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