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El misterio sube a la escena
El técnico del Área de Cultura del Ayuntamiento Juan Carlos Limia dirige, junto a Alicia Reguera, la 12ª edición de la Bienal Internacional de Fotografía, que se inaugura esta tarde en la sala Vimcorsa y que lanza una mirada hacia Oriente. La cita, que ocupará 13 espacios de la ciudad con 15 exposiciones, exhibirá la obra de más de medio centenar de cordobeses junto a la de las artistas turcas Ilke Veral Coskuner y Zülal Ersen, el chino Wang Qingsong, el francés Julien Dit Khanh o el surcoreano Han Sungpil.
-A la hora de programar esta edición de la Bienal, ¿qué objetivo se planteó la organización?
-El principal era acercar a Córdoba una fotografía muy poco vista y muy inusual en el panorama español en general. El segundo de los objetivos tiene que ver con ese capital simbólico que habitualmente adjudicamos a Córdoba de cruce de culturas e interculturalidad. De alguna manera esta fotografía y en particular alguno de los proyectos que hay en la Bienal nos permiten hablar de esta conexión.
-¿Por qué se han centrado en artistas orientales?
-No fue ningún motivo especial, creíamos que era una fotografía que está en auge y que era una ocasión de acercar un gran desconocido a Córdoba.
-La fotografía contemporánea domina en la Bienal; sin embargo, la muestra Jardines de arena se basa en imágenes del siglo XIX. ¿Qué podrá ver el público en esta exposición?
-En efecto, la fotografía contemporánea predomina clarísimamente en la Bienal. De hecho sólo Jardines de arena es de carácter historicista. Es una colectiva de fotógrafos europeos y también nativos de los países del Magreb. Es una muestra muy entendible y se puede ver cómo esos viajeros y los lugareños trasladaban a la fotografía los grandes iconos de la cultura de Oriente Próximo.
-En esta edición tiene un lugar destacado la ciudad de Estambul...
-Aparece en dos exposiciones y es precisamente el punto perfecto que hemos encontrado para simbolizar este encuentro, esta relación entre Oriente y Occidente, entre Oriente y Córdoba. Hay dos proyectos expositivos dedicados a la ciudad del Bósforo. Por un lado Imagine...Imagine Istanbul, de dos fotógrafas turcas. Es una muestra llena de onirismo e incluso alguien puede ver alguna reminiscencia de una de las técnicas que utilizaba Julio Romero de Torres, que era plantar un objeto o persona en un primer plano mientras que el escenario de la ciudad que retrataba quedaba detrás. Para que la imagen de Estambul se completara y tuviera relación con Córdoba se monta ex profeso el proyecto Estambul-Córdoba, de Paco González, que es una proyección de fotografías que actúan como un díptico buscando las similitudes entre estas dos ciudades milenarias.
-¿Cómo ha sido la evolución de la Bienal a lo largo de sus 12 ediciones?
-Estamos hablando de 25 años casi desde que se hizo la primera Bienal y trazar un hilo argumental resulta complicado. En las primeras seis o siete ediciones el Ayuntamiento actuaba con absoluta autonomía pero también con absoluta soledad. No era un proyecto que despertara entusiasmo a las demás instituciones públicas. Afortunadamente en las últimas ediciones esta posición se ha revertido y ya la Bienal seduce y es capaz de concitar la colaboración de las instituciones, como por ejemplo la Fundación Rafael Botí o el Centro Andaluz de la Fotografía.
-¿Qué objetivos se han alcanzado?
-El fundamental ha sido aumentar el cariño por la fotografía en Córdoba. No sólo la Bienal sino también el premio Mezquita y otros premios, además de las casi 200 exposiciones que se hicieron en su día en la Posada del Potro, han creado un poso suficientemente atractivo para los profesionales, aficionados y el público.
-¿Qué retos quedan por conseguir?
-Hay varios. Uno de ellos es una mayor implicación de las instituciones públicas y privadas y un segundo reto sería que la Bienal se estableciera como un festival con carácter propio y estuviera dotado de medios humanos, económicos y materiales más fortalecidos.
-¿A qué aspira la Bienal?
-A asentarse como uno de los grandes eventos culturales de la ciudad y a ser un referente en el campo de la imagen en Andalucía.
-¿Por qué en esta ocasión se ha cambiado la fecha de celebración de diciembre a enero?
-Evaluaremos al final de la Bienal si esta fecha es más propicia que la anterior. Diciembre tenía varias dificultades, unas de carácter administrativo y económico; además, algunas de las salas en las que se exponía eran de institutos y cerraban por vacaciones; y finalmente, la Navidad como tal inunda demasiadas cosas y quitaba atractivo a la Bienal. Vamos a probar este año, vamos a ver los resultados que tenemos y decidiremos si mantenemos la fecha de final de año o la pasamos a principios.
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