Luis Alberto de Cuenca apuesta por la cultura como respuesta al caos

El escritor madrileño ingresa en la Real Academia de la Historia para cubrir la baja de Fernández Álvarez

Luis Alberto de Cuenca, ayer, en la lectura de su discurso.
Luis Alberto de Cuenca, ayer, en la lectura de su discurso.
Europa Press / Madrid

07 de febrero 2011 - 05:00

Luis Alberto de Cuenca, que ingresó ayer en la Real Academia de la Historia, subrayó en su discurso de presentación el papel de la cultura como respuesta al caos, como elemento clarificador "en un mundo confuso y oscuro".

El nuevo académico fue elegido el pasado 8 de octubre para cubrir la vacante de la medalla número 28, desocupada desde el fallecimiento de Manuel Fernández Álvarez, quien fue recordado de forma emotiva por De Cuenca durante su intervención.

En su discurso, titulado Historia y poesía, el nuevo académico subrayó, asimismo, que un hombre culto "debe ser capaz de ordenar cronológicamente los sucesos históricos dentro de su cabeza y ubicarlos adecuadamente en el lugar del mapa que les corresponde".

"Antes que nada y sobre todo, somos historia y geografía. Una persona culta debe tener memoria histórica (pero no en el detestable sentido en que ciertos políticos han usado ese término últimamente) y memoria geográfica", precisó el autor de La vida en llamas.

Los hombres, según el escritor, deben "devolverle la claridad" al mundo "confuso y oscuro" en el que les ha tocado vivir. "Sabemos que nuestra empresa es imposible, que la naturaleza [...] es terror y desorden, pero debemos seguir soñando que imponemos el orden", explicó.

Para el filólogo, la vida es demasiado corta para congraciarse con el caos y disfrutar de su compañía: "Cultura es lo contrario de arbitrariedad. Es la respuesta a cuándo y a dónde. Y siempre va referida al ser humano. Sin el hombre, nada tiene sentido".

Durante su discurso reivindicó la relación entre la historia y la poesía, entendida en su sentido épico más que en el lírico. "No puedo estar más de acuerdo con los antiguos a la hora de identificar la verdadera poesía con la épica", indicó.

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