Jesús Cabrera

Despedidas de soltero

El fuste

LAS despedidas de soltero se han convertido en un elemento imprescindible en los rituales prenupciales. No todas son iguales, por supuesto, pero se caracterizan por ser un rito iniciático donde el novio y la novia se convierte, con mayor o menor agresividad, en el centro del desahogo de sus amigos. La proliferación de estas celebraciones ha llevado a la consolidación de establecimientos especializados en estas fiestas especiales, valga la redundancia. En Córdoba conocemos varios de ellos y no dejan de ser lugares pacíficos salvo cuando alguien se despide de su soltería. Pero hay sitios que se han erigido en auténticas mecas a las que se acude para celebrar estas fiestas desde varios cientos de kilómetros de distancia, incluso. Uno de ellos es Tossa de Mar, en Gerona, donde su alcaldesa ha decidido poner pie en pared ante los abusos que se producían cada dos por tres. Más allá de los bares o discotecas contratados para estas fiestas, en Tossa salía la fiesta a la calle, afectando a la convivencia con los vecinos que, aparte de ruidos, malos olores y demás consecuencias lógicas de este tipo de celebraciones, asistían a espectáculos como grupos de jóvenes desnudos que paseaban por las calles, a lo mejor llegados desde Francia al reclamo de que esta localidad es la capital de las despedidas de soltero. Ahora, en teoría, todo vuelve a la normalidad y en Tossa convivirán con las despedidas de soltero como con una emergente industria local que sus buenos réditos les deja.

stats