Historia que hace futuro

Tras una profunda rehabilitación que ha supuesto una inversión de 1,2 millones, la antigua Casa de los Mora, de origen monástico, abre al fin sus puertas

Un grupo de visitantes descansa en el antiguo claustro dominico.
Un grupo de visitantes descansa en el antiguo claustro dominico.
Gema Moreno

31 de mayo 2015 - 05:01

Tradicional para los lucentinos era el pasear por la calle San Pedro, en pleno centro de la localidad, sin percatarse de la joya escondida que esta vía ofrecía al ciudadano. Abandonada y ruinosa, la majestuosa Casa de los Mora, tras siglos de historia, primero como convento dominico y después como sede de una de las bodegas más importantes y reconocidas de la Subbética, era relegada al olvido por unos lucentinos profundamente industrializados.

Sin embargo, y gracias a una segunda partida de fondos llegados desde Europa, la corporación municipal que está a punto de disolverse decidía poner de nuevo en valor una casa señorial situada en pleno centro de Lucena y que podía vislumbrarse como un nuevo lugar de esparcimiento para el ciudadano, como un reclamo más para el turista y como un pequeño pulmón para la localidad.

De esta manera, tras casi siete meses de trabajo y con un presupuesto que superó los 1,2 millones de euros, esta casa señorial ha vuelto a abrir sus puertas. Sin inauguración, sin cintas que cortar y sin fotos de políticos porque la campaña electoral mandaba, la Casa de los Mora está ya de nuevo disponible para todos los vecinos de la ciudad y sus visitantes.

Las obras de rehabilitación han sido realizadas por Construcciones Ros Zapata y han sabido conjugar y respetar la modernidad con la idiosincracia y morfología original del edificio, que cuenta con un total de 21 salas que convertirán estas antiguas bodegas en un nuevo espacio social, educativo, institucional y cultural. Además, gracias al trabajo de recuperación de la escuela taller, se han respetado todos aquellos materiales propios de la antigua vivienda, como han sido puertas, rejas, balconadas e incluso el propio escudo familiar que actualmente luce la fachada. El resultado es un edificio polivalente en el que el protagonismo lo adquieren los dos patios que componen el complejo. El primero, antiguo claustro del convento, es ahora para el ciudadano un espacio para la relajación, para el disfrute de la naturaleza, para el encuentro con el frescor bajo las palmeras. La escena la completa el relajante sonido del agua que proporciona la fuente de mármol macizo de una sola pieza.

El segundo patio, con un carácter moderno mucho más marcado, se trata de un espacio más diáfano y abierto, donde la vegetación, plagada de colorido y aromas, cuelga de macetas, como en un típico patio cordobés en el mes de mayo. Son dos zonas diferentes que se han recuperado con el objetivo primordial de otorgar al ciudadano una nueva zona verde en la que relajarse, conversar o sentarse a leer.

Disfrutar de esta construcción perdiéndose por sus patios y pasillos, apreciar las antiguas columnas, pisar el mismo empedrado por el que hace siglos los frailes y monjes dominicos paseaban e incluso recordar el pasado como bodega de este edificio es fácil a pesar de la profunda rehabilitación. Los rincones hablan y, por ello, es fácil disfrutar en la visita de una cripta que los monjes usaban bien a modo de retiro o bien como lugar de almacenaje; o las tinajas que la familia Mora Chacón utilizaban para guardar los caldos de la tierra.

Aunque por el momento sólo se puede disfrutar del paso por estos dos patios, ya se sabe que en la planta baja se instalará próximamente una sala permanente en la que se expondrá la obra de la artista local Isabel Jurado, mientras que en la segunda planta se ubicará una sala como sede del II Plan Estratégico de Lucena.

A pesar de que el recinto no ha contado con una inauguración oficial y que aún se encuentra falta de contenido, esta Casa de los Mora ya comienza a dar sus primeros pasos dentro de la oferta turística y cultural de Lucena. De esta manera, ya ha recibido la visita de una treintena de alumnos de Grado y Máster de Patrimonio de la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla, acompañados de tres profesoras de la misma institución académica. Durante el recorrido por el edificio recién rehabilitado, tanto alumnos como profesoras demostraron el interés de la Casa debido a la relación adquirida con la arquitectura contemporánea.

Y el propio concejal de Obras y Urbanismo en funciones y alcaldable de IU, Miguel Villa, no dudó en utilizar este escenario para realizar las fotografías de la candidatura integradas en el programa electoral. Además, durante sus primeros meses de nueva vida, los patios han participado en el primer certamen provincial de patios y rincones de la provincia organizado por la Diputación y por la Fundación Viana, así como en el de la Subbética. Toda su Historia está ya al alcance de lucentinos y visitantes

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