Científicos detectan una bacteria en los ciervos que puede afectar al hombre

La Universidad de Extremadura ha analizado animales abatidos en varias monterías en la Sierra de Hornachuelos · Las zonas donde coexisten venados y ganado doméstico son las más afectadas

Un venado berrea bajo una encina junto a un grupo de ciervas.
Un venado berrea bajo una encina junto a un grupo de ciervas.
El Día / F. J. D.

26 de diciembre 2010 - 05:01

Una bacteria denominada coxiella burnetii, que provoca abortos en animales silvestres y domésticos, y puede afectar a los humanos como agente causante de la fiebre Q está siendo encontrada en algunas poblaciones de ciervos de la provincia de Córdoba, concretamente en la Sierra de Hornachuelos. Ante la posibilidad de que la transmisión entre animales se extienda, investigadores de la Universidad de Extremadura han documentado los primeros casos de la bacteria en tres poblaciones de ciervo ibérico silvestre. Además de en Hornachuelos, los análisis se han realizado en Monfragüe y la Sierra de San Pedro, en Cáceres. Los resultados demuestran que la presencia es aún baja, pero son necesarios más estudios para analizar la dinámica de la enfermedad.

Hasta ahora, los casos positivos de coxiella burnetii sólo se habían descrito en poblaciones de ciervos con densidades muy altas, con una prevalencia "relativamente elevada", un 12%. Los científicos de la Universidad de Extremadura han determinado ahora la prevalencia de la coxiella burnetii en poblaciones de ciervo ibérico salvaje, y cómo los diferentes manejos cinegéticos y las densidades pueden afectar a su extensión. El equipo de investigación analizó 137 ciervos abatidos en monterías de las tres áreas citadas, elegidas por la utilización ganadera, cinegética o mixta, y por sus principales manejos sobre las poblaciones de ciervo. "Obtuvimos una prevalencia media del 3,64% y encontramos por primera vez casos positivos en dos de las tres áreas estudiadas", señala Leticia Castillo, autora principal e investigadora en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura.

Según la científica, la mayor prevalencia (es decir, un 11%) se obtuvo en las zonas que tenían un uso mixto, cinegético y ganadero. "A pesar del uso mixto, el contacto entre la población silvestre y doméstica es escaso, por lo que el contagio puede producirse por vía indirecta a través de garrapatas", aclara Castillo.

En la región con uso exclusivamente cinegético la prevalencia en las poblaciones salvajes fue del 2,3%, lo que muestra una afección de esta bacteria patogénica intracelular "aún baja" en individuos silvestres. "La presencia de la coxiella en las poblaciones de ciervo parece mantenerse en baja prevalencia a pesar de que puedan encontrarse en densidades relativamente altas en estas zonas", manifiesta la investigadora.

Los científicos encontraron indicios de abortos tempranos con reabsorción en los ciervos salvajes, como ocurre en los vacunos, contrariamente a los pequeños rumiantes, que presentan abortos tardíos.

La coxiella burnetii es una bacteria que puede producir patología en animales silvestres y domésticos. La transmisión de este microorganismo se realiza de dos maneras diferentes: una directa (sobre todo en especies domésticas, a partir de residuos de abortos, de secreciones infectadas o vía aérea), y una indirecta a través garrapatas en animales silvestres). En humanos, algunos estudios indican que la fiebre Q debería considerarse "un problema de salud pública en muchos países, sobre todo en España". En personas con un contacto directo con los animales (veterinarios, trabajadores de matadores, o granjeros) la fiebre es una amenaza. Por ello, "son necesarios nuevos estudios para determinar la dinámica de esta enfermedad en las poblaciones de ciervo mediterráneas", concluye Castillo.

stats