Una verbena en Pucela (4-1)
Valladolid-córdoba cf
El CCF da una pésima imagen y acaba goleado por un Valladolid que tuvo un plácido duelo
La directiva se reunió con Carrión en el palco del Zorrilla y lo ratificó en el autobús

valladolid/Irrisorio, sonrojante o vergonzoso son algunos de los adjetivos que puedan definir lo sucedido ayer en el José Zorrilla. El CCF encajó otro duro revés en un partido en el que se volvieron a ver las carencias de su plantilla. Esta goleada en Valladolid dejaba contra las cuerdas a Luis Carrión. No se quiso perder el partido la directiva cordobesista ni el máximo accionista Carlos González. Tras el pitido y final, el palco del estadio pucelano fue testigo del cónclave blanquiverde. El futuro del técnico barcelonés estaba en el aire. Incluso se sumó el propio entrenador a la reunión, que habló ante todos y expuso su visión. Ahí se ganó mantener su sitio al frente del equipo. Luego fue el turno de la ratificación. Todos se trasladaron al autobús, al que subieron para comunicar la decisión tomada. Allí estaban ya los jugadores y todo el cuerpo técnico. Con el micro del autocar, los González comunicaron que Carrión seguiría como técnico del equipo. El barcelonés tiene aún crédito, aunque todo dependerá de lo que suceda el próximo domingo ante el Alcorcón en El Arcángel.
No ha sido una semana cualquiera en el seno de la entidad cordobesista. La derrota en Granada y la pesima imagen mostrada dejaba a Carrión en una difícil situación. El mensaje desde el club era de absoluta calma pero todos los ojos estaban puestos en lo que sucediese en Pucela. Llegó el día D y el técnico catalán decidió apostar prácticamente por el mismo once que no dio la talla en Los Cármenes. De hecho, la única novedad de la alineación fue la entrada de Caro por Fernández. El lateral cordobés no entrenó con normalidad durante la semana por unas molestias en el aductor. Aunque completó la última sesión y viajó con el equipo, se quedó sin vestir y en la grada. Tocaba dar la cara ante un Valladolid que sólo piensa en el ascenso a Primera. Y así lo está demostrando en este arranque de competición.
Los peores presagios comenzaron muy pronto. Sólo se llevaban 14 minutos cuando el equipo de Luis César Sampedro se puso por delante en el marcador. Un pase de Óscar Plano hacia Ibán Salvador desarboló a todo el entramado defensivo cordobesista. El atacante catalán se deshizo de Josema con facilidad y se plantó sólo ante Pawel, al que batió de tiro cruzado. Lo trabajado en los entrenamientos se fue al traste a las primeras de cambio. Otra vez el mismo problema. Pero todo fue a peor en una primera mitad para olvidar. No hubo intensidad ni ganas. Era todo desidia. El gol sentó como un jarro de agua fría a unos jugadores que están tocados anímicamente. A ello se sumó el segundo tanto pucelano. Óscar Plano aprovechó un grave error de Pawel, al que batió con un gol olímpico.
Con el 2-0, todo siguió igual. No hubo ningún conato de reacción blanquiverde. De hecho, el Valladolid, sin hacer mucho, se aprovechó de nuevo de la debilidad defensiva cordobesista. Un pase de Luismi a la espalda de la zaga lo cazó el artillero Mata para irse de Pawel y marcar a puerta vacía. La dignidad blanquiverde era poca y el escudo de la camiseta -ayer rosa- estaba manchado. Fue una primera mitad penosa, en la que los de verde demostraron poco mientras el cordobesismo sentía vergüenza de lo que estaba viendo. Su equipo era una verbena.
Tocaba reaccionar de alguna manera. Carlos González bajó a vestuarios para arengar y "pedir amor propio" a los jugadores. Luis Carrión tiró de Javi Lara y Jovanovic para cambiar un guión que estaba bastante claro. La segunda mitad tuvo un inicio diferente. Era normal también. El 3-0 dejaba al Valladolid tranquilo y no le molestaba nada que los blanquiverdes tuviesen la pelota para agrandar la herida a la contra. La tuvo Ibán Salvador pronto pero se le fue por escasos metros. Sin embargo, una acción de Jovanovic en la izquierda -dejó tirado a Antoñito- sirvió para que Sergi Guardiola anotase el tercer tanto ya de su cuenta en lo que va de liga. Con el 3-1, los cordobesistas lo siguieron intentado ante un cuadro pucelano que no se asustó en ningún momento. Un centro de Javi Lara lo cabeceó alto Caro. La imagen del CCF mejoró pero ahí apareció Ocón Arráiz para hundir más a los blanquiverdes. El colegiado riojano mostró la segunda amarilla a Edu Ramos y ahí se acabó ya el partido.
Con diez jugadores sobre el verde y atacando a la desesperada, los blanquivioletas encontraron más huecos en la débil defensa blanquiverde. En una de las múltiples llegadas del tramo final llegó el cuarto gol de los de Luis César Sampedro. Toni metió un pase a Mata, éste centro al borde del área y ahí emergió Luismi para batir a Pawel. Quedaban aún quince minutos por delante pero el Valladolid no quiso hurgar más en la herida. Esí, Gianniotas y Toni estuvieron cerca de conseguir el quinto gol local. No hubo más. Todo estaba hecho. Luego llegó la hora del cónclave blanquiverde en el palco del José Zorrilla. Allí se tomó la decisión: todo sigue igual. Carrión sigue pero habrá que ver hasta cuándo. Lo que está claro es que el equipo no va y hoy puede caer en zona de descenso tras el enésimo esperpento.
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