Con regalos es imposible
El CCF peca de poca mordiente pero sobre todo de candidez atrás

Córdoba/Carrión lo dijo muy claro en la sala de prensa tras el partido: los días en los que el equipo no está fino, conviene al menos no regalar goles al rival. Y eso es lo que le pasó ayer al Córdoba ante el Zaragoza. El cuadro maño desactivó el juego en la medular del CCF, se adueñó del balón en las zonas importantes y además encontró mucha candidez a la hora de defender por parte de los blanquiverdes.
El 4-3-3 con el que arrancó el Córdoba se mostró poco efectivo ante el despliegue de hombres que hizo Natxo González en el centro del campo, con Buff de falso extremo, porque realmente actuó más por dentro, dando a su equipo mucha superioridad en la zona alta. Esa mayor presencia y el trabajo incansable de Borja Iglesias fueron los factores clave del choque.
Carrión quiso reaccionar y variar el esquema, pasando al 4-2-3-1, para desatascar el partido después del empate, pero el gol del Zaragoza apenas le dejó poner en práctica esa idea. De nuevo pasó al 4-3-3 el cuadro blanquiverde y y ya en el tramo final, a la desesperada, el técnico dibujó un 4-4-4 con dos puntas y los extremos muy arriba. Ni aún así mejoró el Córdoba, que ayer cayó por su poca mordiente pero sobre todo por su debilidad atrás.
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