El viento fresco aparta temores (2-0)

Copa del Rey - Dieciseisavos de final - Ida

El CCF de Carrión se estrena con una reconfortante y merecida victoria que le abre, además, las puertas de la siguiente eliminatoria de Copa

Los blanquiverdes fueron mejores tres cuartos de encuentro y apenas sufrieron

Las imágenes del Córdoba-Málaga
Las imágenes del Córdoba-Málaga / José Martínez
Cisco López

30 de noviembre 2016 - 16:49

Córdoba/La Copa trajo otro Córdoba, un equipo diferente en el entusiasmo y valiente en la concepción de su juego. Y eso se tradujo en una victoria tan merecida como reconfortante para un grupo que venía de tocar fondo, destitución del técnico incluida. Ya no es Oltra el que manda, sino Carrión, que ajustó conceptos sin variar el grueso, pero se encontró con la complicidad de un equipo más liberado que fue mejor que todo un Primera como el Málaga. Mejor en gran parte del primer tiempo, pero sobre todo en un segundo en el que anotó dos goles que, con el valor de la puerta a cero, abren de par en par el pasaje a la siguiente eliminatoria, algo que los blanquiverdes tendrán que confirmar en tres semanas en La Rosaleda. Pero antes habrá otros exámenes en los que fallar está prohibido, el primero este domingo en Reus. Es la Liga lo que da de comer, aunque un brindis nunca es mal recibido, sobre todo cuando la crisis y la angustia aprietan amenazantes.

El relevo en el banquillo y las prisas para cambiar la cara -y el ánimo- del equipo cuanto antes provocaron una puesta en escena muy diferente a la que hace sólo unos días estaba en el guion. El primer once de Carrión sirvió para dar la alternativa a Razak, dibujar una defensa y un trivote (con dos volantes ofensivos y un stopper) con visos de continuidad, y volver a ver en acción a uno de los intocables del técnico en el filial: Javi Galán. Un once inicial a priori competitivo para plantar cara a un Málaga al que Juande dio un lavado de cara sin perder un ápice de consistencia y calidad, las que le otorgan los jóvenes que vienen haciendo carrera en el equipo de la Costa del Sol.

Carrera precisamente es lo que quiere hacer Carrión en el Córdoba. De momento, el equipo mostró un aire muy diferente al de las últimas semanas. Con ambición para pisar campo contrario, fuerza para robar alto, y pausa y ritmo en el juego combinativo a partes iguales según los requerimientos de cada situación, el conjunto blanquiverde ya fue mejor que su rival de Primera durante muchos minutos de la primera parte. Pero acusó lo de casi siempre, nada que a estas alturas pueda pillar por sorpresa a alguien: acierto ante la portería enemiga. Pedro Ríos, el mejor mientras le duró el fuelle, avisó en el minuto 3 al plantarse ante Boyko tras un error de Llorente, pero el meta ucraniano salió airoso del mano a mano.

El Córdoba no tenía prisa y con los ofrecimientos constantes de Caballero y Borja Domínguez por delante de Edu Ramos lograba triangular bien por bajo, sin necesidad salvo en contadas ocasiones de recurrir al balonazo. Sin embargo, fue tras otro robo arriba de Cisma cuando llegó la más clara de los locales, pero Rodri apuró demasiado sin ver la llegada de Ríos a la carrera y acabó hallando respuesta en el pie salvador de Boyko. Fue justo después de un primer aviso del Málaga, con un libre directo de Duda que repelió como pudo Razak. Balón parado, era lo poco a lo que podía agarrarse en esos momentos en cuadro malacitano, bloqueado por medio, con las líneas de pase interior cortocircuitadas. Todo lo contrario que los locales, más sueltos que en tiempos no muy lejanos. Y si a eso se une la gallardía de un veterano con ganas de volver a ser protagonista como Ríos, aparecen opciones como la que Caballero mandó al limbo por su falta de tino.

La sensación de dominio del Córdoba vivía su apogeo, pero faltaba el gol que lo confirmara. Como no llegaba, el Málaga fue poco a poco dando pasitos hacia adelante. Fornals y Duda empezaron a encontrar a los de arriba y Razak tuvo que aparecer de la nada para evitar un disparo a quemarropa de Michael Santos. Esa oportunidad dio más aire a los visitantes en el único momento de ciertas dudas en los hombres de Carrión. Fue un cuarto de hora en el que el meta cordobesista rechazó sendos disparos lejanos de Ontiveros y Fornals, pues tampoco esa fase de empuje azulón fue mucho más allá.

Y ahí se quedó, porque el paso por los vestuarios devolvió de nuevo a un Córdoba incisivo, descarado. Un envío cerrado de Pedro Ríos dio un primero susto a Boyko antes de que el ex del Dnipro supiera que ya estaba el balón rodando de nuevo. La salida fue mejor si cabe que la de la primera parte porque ahora los locales sí encontraban más espacios para hacer daño, para pisar el área enemiga. Rodri lo intentó a la carrera con Llorente, pero se quedó sin fuelle a la hora de la finalización, mientras que el Málaga respondía con una triangulación entre Juanpi, Santos y Fornals y otro intento de Michael desbaratados por Razak y Bijimine. Chispazos de calidad y poco más en los azulones.

Demasiado escaso para lo que ofrecía en esos momentos un CCF generoso en el esfuerzo que por fin encontró el premio del gol a través de la verticalidad, con un balón directo a la espalda de la defensa que Rodri hizo bueno a la segunda. Cierto es que podía haber cedido a Moha para que la empujara, pero el instinto asesino del pichichi se lo impidió. Entró, que a fin de cuentas es lo que importa. Con el marcador a favor y el carrusel de cambios en marcha, el Málaga buscó algo que en un día como el de ayer estaba claro que no iba a encontrar y el Córdoba aprovechó los espacios para generar un par de buenas llegadas más y hacer un segundo gol. Una ventaja importante que con el cero en el meta de Razak abre la puerta al pase a la siguiente ronda. Pero eso se ve hoy muy lejano. Lo primordial es que el equipo dio síntomas de estar vivo para lo que tiene por delante. Viento fresco para apartar los temores.

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