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EL pasado mes de octubre, se celebraba en Sevilla el “Foro Mediterráneo: Producción Ecológica y Cambio Climático”; un punto de encuentro entre investigadores de varios países, de organismos científicos de primer orden y universidades, para exponer los resultados de sus estudios sobre cambio climático, centrándose especialmente en la función mitigadora que la producción ecológica ejerce sobre éste.
La producción ecológica se encuentra en una situación destacada, en comparación con otros sistemas productivos, con respecto a su eficacia en la mitigación de los efectos adversos del cambio climático. Y los motivos, según apuntan los estudios, parecen ser numerosos, destacando el mayor secuestro de carbono y las menores emisiones de gases efecto invernadero, gracias a las prácticas culturales propias de la producción ecológica.
En Ecovalia teníamos bien clara la función mitigadora de la producción biológica, pero para constatarlo con investigadores internacionales, organizamos el pasado día 25 de octubre, junto con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el “Foro Mediterráneo: Producción Ecológica y Cambio Climático’.
El evento fue inaugurado por Javier Maté, subdirector General de Calidad Diferenciada y Agricultura Ecológica del MAPA, que resaltó la importancia del foro, entre otros aspectos, por la necesidad de establecer sinergias y buscar aquello que nos une con otros países, indicando además el lugar que ocupa la producción ecológica en los emblemas a tener en cuenta en la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
Investigadores de instituciones como el CSIC español (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), el IDDRI francés (Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales), el Ciheam italiano (Centro Internacional de Estudios Agronómicos Mediterráneos Avanzados) o Mercator Research Institute on Global Commons and Climate Change han participado en este encuentro internacional. También han estado presentes representantes de las Universidades de Madrid, Barcelona, Castilla La Macha, Andalucía (US, UPO y UCO), Valencia y Basilicata (Italia). En este contexto, se presentó el estudio “Producción Ecológica Mediterránea y Cambio Climático: Estado del Conocimiento”, realizado por la Cátedra de Producción Ecológica “Clemente Mata” de la Universidad de Córdoba.
Sin duda, este trabajo supone el informe más riguroso que se conoce, hasta la fecha, sobre cambio climático y agricultura ecológica. Para realizarlo, los investigadores de la Cátedra de Producción Ecológica de la Universidad de Córdoba han analizado 1.023 estudios y han extraído interesantes conclusiones que identifican a la producción ecológica como una herramienta indiscutible contra el cambio climático. Además, avala, con un rigor científico indiscutible y sin precedentes, que las producciones ecológicas configuran un sistema productivo que mitiga el cambio climático y que aporta soluciones para el futuro agroalimentario español, europeo e internacional.
El informe final, que puede descargarse de forma gratuita a través de la web de Ecovalia, ofrece argumentos de peso para posicionar a la producción ecológica en un lugar destacado en relación con la mitigación y adaptación al cambio climático. Algunos datos reseñables son los referidos a la reducción de la huella de carbono por kilo de producto en diferentes sectores: cereales, subtropicales, cítricos… De entre todos ellos, destaca el olivar, cultivo que, en ecológico, consigue neutralizar completamente la huella de carbono.
El sistema productivo ecológico es el único sistema de producción reglado, o sea, público, que mitiga el cambio climático, con lo cual, debemos apostar por este sistema de producción, avalado por las conclusiones científicas de los estudios presentados en Sevilla, para trazar estrategias que permitan un futuro más sostenible, con producciones de calidad como la eco.
Durante la presentación del estudio, Eduardo Aguilera destacó la necesidad de reducir estas emisiones de GEI ya que, de seguir con los parámetros de aumento de temperaturas existentes actualmente, el patrón de comportamientos ya no sería predecible.
Ramez Saeid, representante del Cihema italiano destacó el papel fundamental de la agricultura ecológica para actuar frente al cambio climático, tanto por la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, como por la posibilidad de aportar soluciones. De acuerdo con lo expuesto, la agricultura ecológica tiene un alto potencial de mitigación del cambio climático, pero es preciso profundizar en cómo optimizar las prácticas. En el caso concreto de los cultivos leñosos, podrían centrarse en adecuados manejos de suelo o incluso en el control de tiempos de poda.
Por su parte, Alessandro Persiani, desde la Universidad Basilicata (Italia), destacaba, en esa misma línea, que la agricultura se ve afectada por los efectos extremos del cambio climático y, al mismo tiempo, insistía también en la importancia de la fertilización orgánica a través del compostaje para aumentar las capturas de CO2. Afirmaba también que, en el caso de los cítricos, el cultivo ecológico es más beneficioso que el convencional para la mitigación del cambio climático.
De agricultura ecológica y mitigación del cambio climático también habló Pierre-Marie Aubert del IDDRI francés. El objetivo de su estudio, centrado en el Proyecto TYFA, es desarrollar un escenario creíble para lograr una Europa agroecológica en el 2050, con un área agraria 100% ecológica, en la que los gases de efecto invernadero se puedan reducir en un 40% gracias, de una parte, a las prácticas puestas en marcha en producción ecológica y, de otra, a un cambio significativo en la dietas y hábitos alimentarios de la sociedad, con un menor consumo de proteína animal.
Estos encuentros sirve para tomar el pulso también a la actividad investigadora, presentar los estudios más relevantes y novedosos que se enfocan en agricultura ecológica y cambio climático, detectar carencias en investigación, señalar los indicadores más adecuados para realizar un diagnóstico fiable en nuestras latitudes y poner en marcha un grupo de trabajo integrado por miembros de la comunidad científica interesados en producción orgánica y cambio climático.
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