¿Existe maltrato a la dehesa?
La Voz Invitada
María Pía Sánchez Fernández afirma que sí, tanto administrativo como legislativo
A la vista de los malos resultados económicos obtenidos desde que se empezó a aplicar la PAC en España (pérdidas de hasta 200 euros/hectárea/año), y de la crisis medioambiental en la que se encuentra (pérdida de hasta 1 árbol/hectárea/año)… se puede decir que sí… y lo malo es que de seguir así corre serios riesgos de desaparición, ya que a la falta de rentabilidad económica se une el consiguiente abandono de las buenas prácticas agrarias que son imprescindibles para su adecuado mantenimiento y conservación.
Hablamos de maltrato económico porque no hay duda de que los ganaderos de extensivo y los de la dehesa, han sido los grandes perjudicados desde que entramos en la UE y España empezó a aplicar la PAC primando siempre la productividad sobre la extensividad, ignorando conceptos básicos como la calidad diferenciada y la conservación medioambiental, e implantando una injustificada distribución de las Ayudas a la Renta, no solo para mantener vivo y activo el campo sino, para primar a aquellos agricultores y ganaderos que realizan tareas extraordinariamente beneficiosas para el Clima y el Medio Ambiente, y que no se ven reflejadas en el precio de venta de sus productos.
Este es el caso, de la dehesa, ya que estos ganaderos actúan más como conservadores medioambientales del ecosistema, que como productores de carne.
Sin embargo, es desalentador observar cómo, se les perjudica en la aplicación de la PAC ya que los ganaderos que más cobran están recibiendo de media, de la PAC unos 100 euros/hectárea admisible/ frente a los demás que reciben de media, unos 275 euros.
Esta injusticia, se ve agravada además por lo que podríamos denominar maltrato legislativo, en normas legales que le afectan muy directamente, elaboradas sin tener en cuenta las características especiales de manejo del ganado en extensivo, ni tampoco la especificidad y valor ecológico de los ecosistemas en los que se encuentran.
Así: 1) El R.D. 4/2014, por el que se aprueba la Norma de Calidad de los productos del Cerdo Ibérico en el que se autoriza a llamar indebidamente cerdo ibérico a un animal que está cruzado (50%) con la raza extranjera Duroc.
Esta situación incita a una competencia desleal ya que bajo el nombre de ibérico se venden productos procedentes de animales cruzados, alimentados con piensos y encerrados en naves, que poco tienen que ver con un cerdo ibérico puro de bellota criado en libertad que solamente puede salir de la dehesa.
El R.D. 1075/2013 sobre la gestión de los Pagos Directos de la PAC en España, hace una interpretación restrictiva errónea del Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP) que daña enormemente a la dehesa, pues administrativamente se ha considerado que debajo de las encinas y alcornoques no hay hierba (¿tampoco bellotas?) y, por tanto, este terreno tienen que ser descontado de las hectáreas que van a recibir los Pagos Compensatorios de Bruselas (hectáreas admisibles). Es decir, a las dehesas incomprensiblemente se les ha quitado, a nivel nacional, de media, alrededor de un 25% de todas sus hectáreas a la hora de percibir los escasos e injustos Pagos Directos que reciben de la PAC.
El Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina (Pnetb), también la perjudica de forma notable.
Este programa tras 32 años de funcionamiento, deja mucho que desear, especialmente por el planteamiento de aplicación erróneo que se ha hecho para la dehesa y la ganadería extensiva, como se puede apreciar perfectamente en la relación abundante de mapas estadísticos de Prevalencia de la Tuberculosis en rebaños, donde queda patente que no da el resultado mínimamente exigido en la dehesa, ya que los porcentajes de rebaños positivos alcanzados en algunas comarcas llega al 40% de las explotaciones.
Esto ha supuesto para la dehesa el sacrificio de alrededor de 150.000 animales, que son más del 50% de todas las vacas sacrificadas en España a lo largo de la aplicación del Programa, con unas pérdidas directas para estos ganaderos de aproximadamente 300 millones de euros.
En el lugar equivocado
La ley 43/2003 sobre aprovechamiento de los montes, es una mastodóntica legislación, varias veces modificada, que condiciona gravemente a la dehesa, pues la encorseta en su artículo dos en la definición de Superficie Forestal junto a montes, eriales o tierras abandonadas, lo que da lugar a que administrativamente se haga una grave tergiversación del lenguaje de los pastos, y deje a la dehesa muy mal situada en la PAC, dentro del grupo de los Pastos Permanentes.
Por lo dicho, no es muy arriesgado afirmar que la dehesa está siendo maltratada, tanto desde el punto de vista económico como legislativo.
Corregir el error
En vistas a esta malísima situación nos dirigimos a todas aquellas instancias con responsabilidad en la elaboración del Plan Estratégico Nacional para la Nueva PAC (2021-2027), con el fin de que corrijan esta grave e injusta situación que lleva muchos años sin ser abordada, y que puede acabar con uno de los ecosistemas más genuinos y valiosos de nuestro patrimonio nacional, dándose además la paradoja de que la Dehesa es sin duda la “joya agraria medioambiental” que España puede aportar al pacto verde de la Unión Europea (Green Deal) y a las dos grandes Estrategias sobre la Biodiversidad para el año 2030 y “De la granja a la mesa”, que son los pilares básicos en los que va a descansar la próxima PAC.
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