María Lumbreras: “La innovación no es posible sin los programas de mejora”
Entrevista a la mejoradora de trigo duro y de primavera de Limagrain
Destaca que el programa de mejora de Limagrain, con sede en Córdoba, se ha convertido en líder en trigo de primavera y trigo duro de España
Hace muy poco que ha sido reconocida su labor por la revista European Seed al clasificarla en la lista de los 20 breeders más innovadores en el sector europeo de semillas.
–¿Exactamente por qué trabajo o labor consigue esta distinción?
–El desarrollo de nuevas variedades y la innovación no son posibles sin la inversión en los programas de mejora. Y yo, tengo el privilegio de pertenecer a una empresa donde la investigación juega un papel primordial, a la que se dedica el 17% de su facturación anual, por lo que este reconocimiento también es al programa de mejora de cereales de Limagrain Ibérica, y a todo el equipo que trabaja en él. Mi labor como mejorador es cumplir con las necesidades del mercado y del agricultor, desarrollando variedades con alto potencial de rendimiento, con resistencias abióticas y bióticas y de alta calidad para la industria. Dentro de estos objetivos, y no menos importante, es poner en práctica todas las mejoras tecnológicas para dar respuesta a los retos de producción y seguridad alimentaria actuales.
–Un reconocimiento así sitúa a la investigación andaluza en cereales a la vanguardia ¿no?
–El programa de mejora de Limagrain, con sede en Córdoba, se ha convertido en el líder del mercado de trigo de primavera y trigo duro en España. Pero no sólo tenemos actuación en España, registramos y vendemos variedades también a otros países como Italia, Turquía o Marruecos. Esto, sitúa a Andalucía, en la vanguardia de la investigación de cereales.
–¿Cuáles son las prioridades en sus investigaciones ahora mismo?
–En proceso de búsqueda de nuevas variedades es muy importante la sinergia entre la industria, el agricultor y las empresas productoras de semillas, para que haya un flujo continuado de información y conocimiento y que podamos adelantarnos a las necesidades futuras. Las prioridades del investigador y de la mejora varietal en cereales es cumplir con estas necesidades. Variedades que se desmarquen de la oferta actual por una mayor capacidad de adaptación a determinadas condiciones ambientales, mejor rendimiento o resistencia a determinadas enfermedades.
–¿Cómo han cambiado en los últimos años las líneas de investigación? ¿Con qué objetivo se buscaba mejorar las semillas hace diez años y qué se persigue ahora?
–La evolución de los programas de mejora varietal en cereales va hacia nuevas técnicas de manejo que consigan disminuir el tiempo necesario para sacar al mercado nuevas variedades para poder tener una mayor reacción de actuación a las necesidades del mercado. El futuro es una selección basada en el estudio genético de las variedades, que cada vez nos proporcione más información de parámetros, como rendimiento, calidad y resistencia a enfermedades, y que sea una herramienta para la selección temprana de variedades.
–¿Es el cambio climático un estímulo y una guía en la búsqueda de nuevas variedades de cereales?
–En los últimos tiempos se ha tomado conciencia de que el cambio climático es una realidad que afecta a todos los ámbitos, muy especialmente a la agricultura. La variación de las temperaturas está teniendo un impacto negativo sobre los cultivos, lo que está obligando a los agricultores a tomar medidas para hacer frente a la sequía, el calor y las heladas, entre otros fenómenos relacionados. Todo apunta a que serán las consecuencias del cambio climático las que condicionen a futuro la variedad y cantidad de alimentos a producir, en qué emplazamientos y de qué forma. El trigo es el cereal más cultivado en el mundo, es un alimento básico de la población y hay que incrementar la producción de alimentos para abastecer la población creciente. El objetivo de cualquier programa de mejora es obtener variedades adaptadas a las nuevas condiciones climáticas que hagan posible el desarrollo de una agricultura capaz de dar respuesta a los retos alimenticios, actuales y futuros, de la humanidad. La agricultura debe seguir garantizando el abastecimiento y tiene esta responsabilidad social ante el cambio climático.
Un trabajo arduo
–¿Cada cuánto tiempo salen al mercado nuevas variedades de semillas de cereales?
–El proceso de búsqueda de nuevas variedades en cereal es lento, y muy costoso. El lanzamiento al mercado de una nueva variedad lleva entre 7 y 10 años de investigación antes de ser registrada como variedad. Una vez registrada, hay un trabajo de lanzamiento, desarrollo y multiplicación de semilla certificada antes de ser vendida. Cuando ya hemos obtenido una variedad nueva, hay que llevar a cabo una producción industrial para acercarla al agricultor.
–¿Por qué puede haber tanta diferencia en la producción en el caso concreto del trigo en función de la semilla?
–Las diferencias productivas entre las distintas variedades en una misma localidad y con unas condiciones climáticas determinadas radica en la base genética. Por supuesto, también intervienen otros factores, como es la adaptabilidad agroclimática y resistencia a factores abióticos y bióticos.
–¿Los agricultores son receptivos a las novedades?
–Creo que la agricultura en España ha avanzado mucho y los agricultores están cada vez más formados, demandando un producto más avanzado tecnológicamente y por tanto son más receptivos a la innovación en general.
–¿Cree que el consumidor es consciente del trabajo de investigación que hay en los alimentos que tiene en su mesa cada día?
–Contesto a esta pregunta en base a mi experticia y mi respuesta es no; obviamente hay de todo, el que está vinculado de alguna manera a la agricultura, algo conoce. Normalmente se habla de la planta o del producto, pero poco sabe el consumidor de los obtentores y de los importantes esfuerzos en tiempo, trabajo y recursos económicos y humanos que hay detrás del producto que consume. Creo que la importancia de la innovación en semilla no está suficientemente valorada, no solo para el agricultor, sino de manera mucho más especial para el consumidor. En España contamos con Anove, Asociación Nacional de Obtentores Vegetales, que representa al sector de la obtención vegetal y promueve la divulgación y el reconocimiento de la actividad.
–¿Qué supone la investigación para el Grupo Limagrain?
–Limagrain ha apostado por la innovación como forma de lograr su crecimiento y mejorar su competitividad, entendiendo que es el fundamento de la sostenibilidad y la forma de superar los retos presentes y futuros del sector. El progreso es el núcleo de la misión de Limagrain, lo que se refleja en una acción innovadora continuada y sostenible, en aras de un progreso responsable. No es posible una agricultura sostenible sin innovación y es el propósito de la compañía innovar para mantener su capacidad competitiva y contribuir a los retos a los que se enfrenta la agricultura.
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