Los retos de la agricultura del futuro, Andalucía está llamada a liderar las transformaciones necesarias
La Voz Invitada
El catedrático reclama una inversión productiva, gestionada con solvencia y exigencia.
La crisis mundial como consecuencia de los procesos de cambio en la geoestratégia de las grandes potencias y sus explicitaciones, como es el caso de la guerra en Ucrania, nos dejan entrever un futuro bastante desconcertante y que pone en crisis determinados procesos que han hecho posible la globalización y que afectan a la seguridad alimentaria de los países y a la distribución de los flujos de productos de primera necesidad como alimentos y energía, sin olvidar determinados elementos para los procesos básicos de muchos sectores industriales.
En el caso de nuestro territorio, el reto más importante es asegurar la producción agrícola no solo para el abastecimiento del territorio comunitario, sino que también atender la demanda de los mercados potenciales de alto poder adquisitivo; en ambos casos deberán utilizar las propuestas intermodales que vayan surgiendo en el ámbito de la logística y que hay que ir ensayando, para definir las más eficientes conforme a las características y especificaciones necesarias para al transporte y distribución de nuestros productos.
Con respecto a la producción, las situaciones de variabilidad climática y su afección a los sistemas de producción y cultivos de referencia, obligan a profundizar en las transformaciones estructurales básicas, propiedad, parcelario y técnicas de producción, junto a un enorme esfuerzo en investigación y desarrollo, en orden a dotar al modelo productivo de todo un universo de procesos de control y gestión basado en el conocimiento y disponibilidad de datos agronómicos, que posibiliten el funcionamiento de modelos predictivos de gestión y optimización de los recursos productivos.
En este sentido, el caso más recurrente, es el uso eficiente del agua, que no debe entenderse solo como la capacidad tecnológica de reducir el consumo de agua disponible, caso de la irrigación de precisión; es que debe atender también al desarrollo de la investigación en genómica, para generar plantas menos exigentes en el consumo hídrico y que mantengan la misma productividad, como ya se está haciendo a nivel experimental.
Conocimiento empírico de los agricultores
Resulta sorprendente el nivel de conocimiento empírico alcanzado por los agricultores, con respecto al control de los factores agronómicos que determinan el desarrollo de los cultivos y de sus capacidades productivas y que hoy por hoy constituyen un conjunto de conocimientos de un alto valor de mercado que es necesario preservar y aumentar.
Pero los retos de la agricultura del futuro están también en la valoración de la eficiencia en los procesos productivos y en la forma de control y gestión de dichos procesos.
Las investigaciones en robótica e informática, desarrolladas en la actualidad, han generado productos que permiten el manejo y control de múltiples variables de los procesos de producción, logística y comercialización de manera que, permite desagregar dichos factores y determinar su nivel de eficiencia en cualquier circunstancia de tiempo y lugar con unas aplicaciones muy amigables.
Ello supone un paso de gigante hacia la sostenibilidad de los sistemas de producción agraria y por supuesto, un gran avance cara a mejorar la competitividad de la producción agraria.
Tal vez el reto más importante esté en la generación de conocimiento que posibilite la incorporación de los resultados de la investigación investigaciónpara el desarrollo de la producción agrícola, de la mejora de sus procesos de gestión de la logística de transporte y distribución que permitan mejorar constantemente el marco competitivo.
Para ello es necesario definir mejor las líneas de investigación, sus posibilidades y sinergias; bien es cierto que la iniciativa privada está realizando importantes avances, pero hay que procurar un mayor nivel de producción del sector público, que cuenta con recursos humanos y tecnológicos suficientes, pero que precisa de mejoras en los sistemas y estructuras de coordinación científica y técnica, así como un mayor nivel de integración con las demandas detectadas por los mercados.
Un momento de riesgo
Es un momento de riesgo, pero es un momento de cambios necesarios donde se hace patentes los compromisos de futuro; y un sector como el agrario de Andalucía está llamado a liderar estas transformaciones necesarias.
No se pueden tirar los recursos provenientes de los fondos comunitarios por la alcantarilla de los gastos corrientes innecesarios, es obligada la inversión productiva, gestionada con solvencia y exigencia, para hacer frente a los retos de futuro.
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