Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Estabilidad financiera y geopolítica
La Voz Invitada
El año 2020 ha sido un año muy complicado para todo el mundo. Un año marcado por la pandemia desatada por el Covid-19, que aún hoy continuamos afrontando y, poco a poco, superando. Un escenario de dificultad que nos ha reordenado prioridades y nos ha hecho valorar, más si cabe, la importante actividad que llevan a cabo nuestros agricultores y ganaderos. Pero, además, también ha supuesto una oportunidad para el sistema de seguros agrarios para demostrar que sabemos adaptarnos a cualquier situación y que tenemos la capacidad de hacerlo.
El sector agrario, por su parte, también ha reconocido el esfuerzo y durante el ejercicio 2020 ha consolidado su apuesta por el seguro agrario como una herramienta eficaz para la gestión de los riesgos, y lo ha impulsado hasta obtener los mejores resultados de contratación de pólizas de su historia, con unas primas totales a nivel nacional de casi 800 millones de euros. Y es que la evolución del pasado ejercicio ha sido muy positiva. Se han contratado casi 416.000 pólizas, que han dado cobertura a una superficie que, por primera vez, se sitúa ligeramente por encima de los 6 millones de hectáreas y a un valor de producción de 15.214 millones de euros, una cantidad nunca alcanzada hasta ahora.
Todas estas cifras suponen un crecimiento de entre un 4% y 6% respecto al ejercicio 2019. La producción asegurada superó los 40,9 millones de toneladas, lo que significó un crecimiento de más de un 13% respecto al ejercicio 2019.
Agricultores y ganaderos andaluces han mostrado el mismo comportamiento y han confirmado la misma tendencia que esbozaban los resultados nacionales, si bien mantienen una contratación muy estable. El número de pólizas contratadas en la comunidad autónoma durante el ejercicio 2020 es muy similar al del año anterior, con más de 36.600 declaraciones de seguros; y la producción asegurada ha aumentado en casi un 7%, hasta situarse cerca de los 4,6 millones de toneladas.
Por su parte, el valor de producción también fue más elevado que en 2019, tal y como ocurría con los datos nacionales, y con cerca de 2.340 millones de euros, ha superado en un 7,48% el resultado alcanzado durante el ejercicio anterior. Todo esto refleja la importancia creciente que el sector concede a la protección de sus producciones. Y es que, ante la posibilidad de perderlo todo en apenas unos minutos, contar o no con el apoyo de un seguro agrario marca la diferencia.
En Agroseguro llevamos algunos años advirtiendo que los fenómenos meteorológicos que sufrimos son cada vez más intensos, violentos y dañinos para las producciones agrícolas. Y es que ya nadie discute la incidencia que el cambio climático está teniendo sobre el sector agrario.
Este fenómeno nos convierte en una región sumamente vulnerable al aumento progresivo de la temperatura, al descenso en las precipitaciones y nos hace más propensos a sufrir inundaciones cuando llegan las lluvias o a que se intensifiquen las tormentas y que generen peores consecuencias. Muestra de esto es que los cuatro últimos ejercicios se encuentran entre los cinco más severos de la historia del seguro agrario en lo que se refiere a la siniestralidad. En 2017 y 2019 la sequía fue el riesgo que acumuló la mayor parte de las indemnizaciones y afectó sobre todo a los cereales de invierno, los pastos y el olivar. Recordamos que, en el caso de los cereales, en 2017 las indemnizaciones ascendieron a cerca de 230 millones de euros, lo que supuso la mayor indemnización de la historia para este riesgo. Aquel año también nos afectó una helada primaveral que arrasó la uva de vino (en total, unos 75 millones de euros en indemnizaciones).
Por el contrario 2018 y 2020 han sido años marcados por la inestabilidad meteorológica. En 2018 el pedrisco se situó como el principal riesgo causante de daños en nuestro campo. El año 2020 resultó de una intensa actividad tormentosa, con reiteradas precipitaciones acompañadas de pedrisco que dieron comienzo en fechas extremadamente tempranas (el primero data de enero), se hicieron recurrentes desde principios del mes de marzo y continuaron sucediendo a lo largo del verano y del otoño. Al final, Andalucía recibió más de 34 millones de euros en indemnizaciones.
Por su parte, el año 2021 ha arrancado con una gran inestabilidad climática. La borrasca Filomena, dio paso a importantes heladas, a continuación, llegaron las tormentas de pedrisco; para después volver a sufrir importantes heladas. En una época en la que alternamos semanas de importantes precipitaciones, con otras de tiempo más seco y cálido, incluso se ha dado el caso, en las últimas semanas, de coincidencia simultánea –en el mismo día- de heladas en el norte y centro peninsular, con tormentas de pedrisco en Levante o Castilla-La Mancha. En total, todo esto supone más de 200 millones de euros de indemnizaciones estimadas por los eventos ocurridos sobre producciones agrícolas en los primeros meses del año, de los cuales 24,40 corresponden a daños ocurridos en territorio andaluz.
Y es que debemos recordar que en esta comunidad autónoma las heladas posteriores a las cuantiosas nevadas de Filomena causaron graves daños en producciones de cítricos, cuya indemnización supera los 15 millones de euros. A continuación, de nuevo una helada, la registrada en gran parte de la Península durante el fin de semana de San José, en el mes de marzo, afectó intensamente al almendro. Una vez realizadas las primeras visitas de los peritos se ha podido confirmar una importante merma en la cosecha, que se terminará de constatar en el próximo mes de septiembre con las tasaciones definitivas.
Por lo tanto, las próximas semanas son decisivas para la seguridad con la que los productores afrontarán la próxima cosecha. La realidad es que en los últimos años se han alternado graves sequías, con fuertes tormentas de pedrisco o nieve a deshora, lo que ha ayudado a consolidar la utilidad, solvencia y solidez del seguro agrario para el sector.
Recordamos que aún se pueden contratar los módulos de pedrisco de seguros de gran relevancia para la región andaluza como es el de olivar, el de cultivos herbáceos (que además incluye también la cobertura del riesgo de incendio) o de otros con una creciente importancia en el territorio de la comunidad como son la almendra y el pistacho. Además, se encuentra con el periodo de contratación abierto el seguro de cítricos y en apenas quince días se comenzarán a poder asegurar las hortalizas bajo cubierta.
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