Aplausos para Michelle
La esposa de Barack Obama se interesa por las miniaturas en una tienda de artesanía durante su recorrido por las calles del municipio, en el que el sintió el cariño de Marbella
La primera dama estadounidense, Michelle Obama, decidió ayer por la tarde abandonar su retiro en el hotel Villa Padierna para conocer la joya de la corona de la Costa del Sol: Marbella, y sobre todo, su casco antiguo. Sobre las 19:00, rodeada de un amplio dispositivo de seguridad, llegaba la esposa del presidente de EEUU, su hija, amigos, y agentes de la Policía Nacional, Local y del servicio secreto norteamericano. Aún así, Sasha Obama y su madre, amén de sus acompañantes, no dudaron en pararse y entrar incluso en varias tiendas de la calle Virgen de Los Dolores, la mayor parte de ellas de productos de artesanía y bisutería, además de ropa. De hecho, a las más pequeñas les gustó especialmente una de bisutería.
La propietaria del establecimiento Samira, Juana Rueda, explicó que, después de contemplar el escaparate del local, Michelle Obama entró en el mismo y, aunque no realizó ninguna compra, se llevó una tarjeta de visita. Los artículos que más le llamaron la atención de la primera dama fueron las miniaturas, dirigidas especialmente a coleccionistas, algunas de ellas complementos para casitas de muñecas y otras que representan figuras como bailaoras flamencas, guitarristas o toros. Este establecimiento lleva abierto unos 15 años y previamente había tenido entre sus clientes también a un sobrino del rey Fahd de Arabia durante una estancia en Marbella, según señaló su propietaria.
A su paso, la curiosidad crecía. Cientos de personas se agolpaban en las bocacalles que la Policía Nacional cerraba para no interferir en la comitiva presidencial (por mucho que Michelle Obama quiera hacer una visita privada y en la que sea tratada como una persona normal, lo cierto es que las calles eran todas para ellas. Mucho mejor: así no tuvo que ir esquivando mesas o lamentar aglomeraciones en las tiendas), y la mayor parte de ellos tenían en su mano cámaras para inmortalizar el momento, ya fueran digitales compactas o de móviles. Todo valía.
En la Plaza del Puente Ronda, donde se produjo su primera parada, ya surgieron los primeros aplausos hacia la primera dama. No se trata sólo de adular al poderoso: es un agradecimiento de los marbellíes a su presencia en la ciudad. De hecho, uno de los marbelleros más internacionales, el chef Dani García, comentaba a Málaga Hoy que como ciudadano está "feliz, orgulloso y contento. Nos hacía mucha falta que pasara algo así. Marbella es la gran beneficiada de esta visita".
Luego entró en la mencionada Virgen de Los Dolores, donde los comerciantes se veían sorprendidos por la presidencial visita.El recorrido continuó por la calle General Chinchilla (donde la primera dama saludó a los curiosos que se agolpaban en la calle), Carmen y la plaza de la Iglesia. Allí cenaron, a partir de las 20:00, en un restaurante típico andaluz, Restaurante Buenaventura, ubicado en la misma plaza de la Iglesia de la Encarnación, en uno de los rincones mágicos de la ciudad. Así, en este establecimiento se disfruta no sólo de comida tradicional de la tierra, sino también de cocina internacional. Rafael Buenaventura, propietario del restaurante, confió la decoración floral a quien también elaboró el ramo enviado por La Moncloa: Berrocal Floristas. Flores en tonos blancos y verdes, "no ostentosas pero sí exquisitas", decoraron la mesa, en la línea de los gustos de Michelle Obama. Todo para que su visita sea lo más agradable posible, perfecta, y para que recomiende la Costa del Sol.
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