El ex presidente de Invercaria se querella contra el director que destapó el caso

Tomás Pérez-Sauquillo, ex presidente de Invercaria que este lunes se sentó en el banquillo de los acusados por las ayudas a Aceitunas Tatis, ha presentado una querella criminal por falso testimonio y estafa procesal contra Cristóbal Cantos, el ex directivo que destapó el caso. Afirma que la “dificultad de localización de la documentación completa de los expedientes” que custodiaba Cantos ha generado una “extraordinaria confusión procesal”.

Cantos “pudo cambiar, ocultar o extraviar toda la sensible documentación que componen las inversiones” de Invercaria y cometió “un cúmulo de falsos testimonios faltando a la verdad procesal, contradiciendo al resto de empleados de Invercaria”, según la querella a la que ha tenido acceso este periódico.

Todo ello contrasta con el “trascendental hecho” de que durante los seis años en que Cantos fue director de Proyectos de Invercaria “nunca dijo nada”. Y se da la circunstancia de que los procedimientos penales de Invercaria empezaron en junio de 2011, cuando este ex directivo fue despedido.

Entonces empezó a denunciar la “absoluta falta de rigor en la documentación necesaria para aprobar dichos proyectos”, según la querella que ha correspondido al juzgado de instrucción 12, que aún no se ha pronunciado sobre su admisión a trámite.

Entre otros, la querella de Pérez-Sauquillo expresa sus sospechas sobre la “íntima relación” de Cantos con el PP, que ejerce la acción popular en el caso Invercaria. El PP “ha prestado cobertura a Cantos” y le ha exculpado en todas las piezas del caso, pese a que era el directivo encargado de analizar la documentación, mientras que sí que ha acusado al resto del personal de Invercaria.

La actuación de Cantos “es sencillamente escandalosa”, sostiene el abogado Javier Vidal en la querella porque el ex directivo “niega ahora sistemáticamente haber tenido conocimiento de la documentación de los proyectos cuya inversión fue aprobada, negando haberse reunido con los promotores".

Se trata del testimonio de un “empleado despechado” que pasó de “felicitar a sus compañeros por los éxitos extraordinarios obtenidos” a denunciar la falta de rigor y la arbitrariedad de las decisiones. Y esto es lo peor, según la querella, pues se está “creando un muy perjudicial e incontrolable precedente”.