Hipocresías, falsedades y miserias
Pierde Griñán. El presidente vuelve a perder el debate contra Arenas sobre los eres irregulares y Valderas le exige responsabilidades políticas por el bien de la democracia
NO hay nada más hipócrita, más falso y más miserable que la vida política de España. Contra esta gente política no hay manera de luchar honradamente. Las frases no son de este cronista, sino de don Benito Pérez Galdós, citado en su Diario de un escéptico por Julio Camba en mayo de 1907. Como ven, no hay nada nuevo bajo el sol. El fantasma de Galdós se paseó ayer por la antigua capilla del Hospital de las Cinco Llagas, en un debate de control al Gobierno andaluz dominado de nuevo por las irregularidades en los eres financiados por la Junta en los últimos diez años. Eso, de manera expresa, porque en la sesión plenaria de miércoles y jueves ha pesado como una losa la derrota del PSOE en las elecciones de 2012, que presagian todas las encuestas publicadas el pasado fin de semana.
No ha habido diputado socialista que tomara la palabra que no se emplease a fondo en atacar al Partido Popular. Ni siquiera el presidente se sustrajo a este síndrome: no pudo evitar terminar su intervención, cuando ya no podía replicarle Arenas, vinculando al jefe de los populares con Correa, el capo de la trama corrupta Gürtel. Fue lo que se llama una bofetada sin manos. Dijo si tuviéramos que dar más credibilidad a un imputado que a una persona honorable, cosa que yo no hago, tendríamos que convenir que el señor Correa entró en el Partido Popular de su mano. Pero usted lo negó y yo le creí, porque creo más en su palabra que en la de un imputado y usted debería hacer lo mismo.
Punto final al debate, pero no a la polémica. Mientras que los diputados socialistas aplaudían a rabiar, Javier Arenas le decía a Griñán "eso es mentira", sin micrófono, a viva voz. En la retransmisión de televisión se pudo ver, aunque no oír, la réplica del presidente: "si yo te creo a ti". Sólo que la mentira, el jefe de los populares se la atribuía a su contrincante, por sostener algo que Correa nunca habría dicho. En todo caso, la argucia le dio muy buen resultado a José Antonio Griñán entre su parroquia, que reía divertida.
Arenas había entonado antes su particular "váyase señor Griñán". Dijo que la entrevista publicada ayer en El País, con el director general de Trabajo de la Junta durante nueve años, que manejó lo que él mismo calificó como fondo de reptiles de ayudas a empresas en crisis, demostraba que las irregularidades de los eres no fueron actos individuales, sino una trama cuyas responsabilidades políticas exigen una comisión de investigación. El líder del PP concluyó pidiendo a Griñán que si no consiente esa comisión renuncie a la presidencia. El presidente descalificó la acusación de Javier Guerrero de que los consejeros decidían las ayudas directas del fondo de 647 millones, porque el antiguo director general de Trabajo está imputado. Y un imputado no tiene credibilidad. Y sobre su renuncia improvisó una réplica contundente: si yo renunciase, el PP podría proponer para sustituirme a un imputado, en alusión a la candidatura de Francisco Camps en Valencia.
Definitivamente el caso de los eres ocupa el norte, sur, este y oeste de la política andaluza. Un asunto que está lleno de hipocresías, falsedades y miserias. Arenas hizo una batería de preguntas al presidente sobre el entramado. ¿No le repugna mantener ocultos los informes de Hacienda de los años 2005, 2006 y 2007, que no entrega en el Parlamento? ¿A usted le repugna que ya sean 70 los intrusos, aunque ahora les llamemos presuntas discordancias? Ayer [miércoles] decía un vicepresidente del Gobierno que esto era cuestión de tres o cuatro pillos. No sabe sumar. ¿A usted le repugna la intervención de comisionistas en los fondos que van a los parados? ¿A usted le repugna que se hayan contratado a aseguradoras sin concurso público?
Pero la letanía no había terminado. ¿Le repugna que la consejera de Presidencia diga en rueda de prensa que ustedes le han enviado los informes de la Intervención de Hacienda al juez y no lo hayan hecho? ¿Le repugna que se den ayudas a empresas de ex concejales con el argumento de "porque sí y ya está"? ¿Le repugna que fondos para empresas en crisis se manden a trece ayuntamientos? ¿A usted le repugna que dinero para la crisis se gaste en arte ecuestre o ferias de artesanía? ¿A usted le repugna que se gaste dinero público sin normas, sin publicidad y sin control? Arenas concluyó afirmando que no es el PP, sino el conjunto de los medios de comunicación, prensa, radio y televisión, quienes se hacen estas preguntas.
La única respuesta de concreta de Griñán fue su alusión a la trama Gürtel. Para el resto, trajo de casa una respuesta genérica bien estructurada: el consejero de Empleo comparecerá la semana próxima en la Cámara y dará todas las explicaciones que hagan falta. Ustedes han establecido una conclusión y luego han buscado las premisas que justificaran esa conclusión. Nosotros lo hacemos al revés. Investigamos y denunciamos. Me repugna lo que se pueda encontrar de ilícito, por eso lo denunciamos, lo llevamos al juzgado y apartamos a quien no se ha comportado lealmente con el partido y con el cargo. Naturalmente que me repugna, por eso estamos colaborando con la justicia. Y contestamos a sus preguntas. No puede haber más transparencia.
No sólo Arenas se hizo eco de las declaraciones de Guerrero. Diego Valderas relató a Griñán su propio resumen, aunque no obtuvo respuesta: el ex director general acusa a su Gobierno de tráfico de influencias, de procedimientos administrativos con absoluta falta de control, de discriminación a la hora de conceder las ayudas, con nuevas irregularidades puestas de manifiesto en esta Cámara. Considera a personas en desempleo como criaturitas en paro. Señor presidente, le exijo que limpie la era, que sea capaz de acabar con estas prácticas, que sea firme, de no templarle el pulso, y que se asuman las responsabilidades políticas por el bien de la democracia.
El fantasma de Pérez Galdós concluiría que nuestros políticos se anulan, se estrellan, no por lo que hacen, sino por lo que dejan de hacer; se parecen a los toreros medianos en que no rematan la suerte. Lo decía el taurófilo Pepe Hillo en Mendizabal. La comisión de investigación ni está ni se la espera.
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