José Antonio Griñán, el hombre de la liquidez
Los 5.000 millones de euros de excedente de tesorería que la Junta subasta entre los bancos sirven para generar ingresos, dar liquidez al sistema y acortar plazos de pago
"Al día de hoy, la Junta es la mayor proveedora de liquidez de toda Andalucía". La frase es de un miembro del Gobierno andaluz, pero no del hombre que la gestiona, el vicepresidente económico, José Antonio Griñán. En efecto, además del dinero que la Junta mueve para pagar las nóminas de su personal o hacer funcionar el mastodóntico sistema de salud, la Administración autonómica viene obteniendo en los últimos años un excedente de tesorería de unos 5.000 millones de euros de media. La pasada semana, el PP acusó a Griñán y al PSOE de ser "el partido de los banqueros y no del pueblo" porque ese dinero se coloca en los bancos a corto plazo, previa subasta pública, para generar unos intereses que ayudan a nutrir el presupuesto.
En realidad la práctica es bastante común: sólo consiste en poner a rentar un dinero que, en las actuales circunstancias de sequía crediticia, mejora la situación de bancos y cajas; de ahí que las entidades que lo gestionan emitiesen la pasada semana un comunicado de apoyo al vicepresidente. Griñán volverá a explicarse hoy en el Parlamento en lo que parece un elemento más de la confrontación política que viene marcando la legislatura en las últimas semanas.
En principio, y es obvio, parece mucho mejor tener excedentes que acarrear un remanente negativo. Si no fuera así, sería la Junta la que debería acudir a los bancos para pedir préstamos con los que sortear los desfases de tesorería. Justo al contrario. En el actual ejercicio presupuestario, los ingresos de la Junta están siendo menores que los pagos, dando un resultado negativo de 534 millones de euros. Si no hubiera existido el remanente, la Junta habría tenido que endeudarse para sortearlo. La peor situación se dio en el mes de febrero cuando la diferencia alcanzó los 1.533,4 millones de euros.
Un ejemplo más: el remanente sirve para pagar algunas ayudas de la Política Agraria Común (PAC), porque Bruselas envía los fondos correspondientes tras la certificación del proyecto y su pago.
¿Y cómo es posible que a la Junta -pensarán algunos- le sobre tanto dinero? En realidad no es un dinero sobrante, ni siquiera esos 5.000 millones de euros son los mismos a lo largo del año. Es más, la suma varía según los meses. Esta cantidad obedece a la diferencia temporal entre los pagos que afronta la Junta (los sueldos, por ejemplo) y los cobros de la liquidación del Estado (2.500 millones de euros, la última vez), otros ingresos periódicos, tales como el Fondo de Suficiencia, o la participación de los tributos del Estado, además de algunos más sin fecha predecible.
En el caso de que haya liquidez, como ocurre ahora con la Junta, la Administración coloca el dinero en el mercado para operaciones de muy a corto plazo con lo que obtiene unos ingresos que no van a parar a la Consejería de Economía, sino a otros departamentos u otros usos. Una de las propuestas del PP era que el dinero se enviara al Banco de España para inyectar liquidez al sistema, tal como está haciendo el Tesoro. Sin embargo, la virtud de este último fondo, del que ya se ha producido la primera subasta, es que se presta el dinero a largo plazo, que es de lo que más necesitado están ahora los bancos y cajas.
El remanente, además, ha servido para acortar los plazos de pago a terceros, de los más de siete meses de 2004 a menos de un mes promediado en 2008.
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