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Entrevista a María Jesús Montero
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, supo sacarle provecho a una situación tan negativa como la devolución de su proyecto de Presupuestos Generales. La semana pasada, la militancia socialista andaluza la recibió como quien regresa de ganar una Champion. La entrevista se celebra en la Delegación del Gobierno en Andalucía, en la sede de la plaza de España de Sevilla.
-¿Le gustaría ser candidata en las listas al Congreso de los Diputados en estas elecciones? Por ejemplo, por Sevilla.
-La verdad es que me gustaría representar a esta provincia en el Congreso, no lo descarto, aunque aún no se han elaborado las listas ni se ha hecho una propuesta formal. Lo que sí se conoce es que al presidente del Gobierno le gustaría que los ministros fuéramos en las listas. Me hace ilusión.
-Se queda en la política nacional.
-Sí, en este momento la presencia en el Gobierno me ocupa todo mi tiempo y, claro, aceptaré si me lo propone.
-Supongo que de número uno.
-Bueno, no me han dicho nada.
-Usted conoce a los dirigentes de Ciudadanos, pactó con ellos en Andalucía desde el Gobierno de Susana Díaz. Con motivo de las pasadas elecciones, anunció que no volverían a pactar porque deseaban un cambio después de 36 años. ¿Qué motivo le dan ahora para negarse a pactar en un futuro con Pedro Sánchez? También lo podían haber condicionado al diálogo con los independentistas.
-Ciudadanos en Andalucía no pactó con el PSOE porque recibió una imposición desde Madrid, y se ha visto en la conformación de este Gobierno y en el reparto de áreas cómo han influido las respectivas directivas nacionales. Le pasó al señor Moreno Bonilla y le pasó al señor Marín, porque él recibió la orden de aplicar la estrategia que ahora vemos a nivel nacional, la de establecer un muro o un cordón sanitario, lo mismo da, que se le levanta al PSOE. Ciudadanos ha abandonado la centralidad, se ha escorado a la derecha para disputar la hegemonía en ese lado, busca el sorpasso al PP y por eso se hacen la foto de la plaza de Colón con la ultraderecha. Y eso es lo que va a permitir al Partido Socialista liderar un espacio de cordura, de sosiego, donde pueden ir las personas moderadas, que quieren una mejora de los servicios, una fiscalidad justa y una redistribución de los recursos.
-Una estrategia electoral.
-No, Ciudadanos piensa ahora que, de mayores, quiere ser el PP, por eso dejan el centro. Quieren ser la fuerza mayoritaria del bloque de derechas y están peleando en ver quién dice el insulto más gordo al presidente del Gobierno. Su enemigo no es la desigualdad, que lo es del PSOE, ni los asuntos que atentan contra la igualdad de la mujer, que lo son del PSOE, sino un partido que lleva 140 años con un compromiso inequívoco por las libertades y por los derechos.
-¿El PSOE sí está dispuesto a una alianza con Ciudadanos para formar Gobierno?
-Nosotros salimos a ganar, a poder gobernar solos, pero es verdad que en este contexto es difícil que un partido lo pueda hacer en solitario. Nosotros pactaremos en base a un programa, pero estamos abiertos a todos. No a Vox, porque somos el aceite y el agua. Vox representa los contravalores del PSOE.
-No sé si está siguiendo la política andaluza de las últimas semanas.
-Lo que puedo, pero algo puedo. Yo respeto los primeros cien días de un Gobierno como norma de cortesía, pero se ha desdicho muy pronto, de sus compromisos y de todas las mentiras que han venido contando sobre los altos cargos, las ayudas a las alquileres de las viviendas de éstos y de los miles de enchufados. Y parece que algunos de los proyectos estrellas, como las bajadas fiscales, también se quedan en el camino. Es muy grave las expectativas que levantaron sobre la creación de empleo y ahora se desdigan, eso es jugar con los sentimientos de las personas, comprometieron 600.000 nuevos empleos y ahora dicen que eso es cosa de las campañas electorales. Es mejor decir la verdad, también en campaña electoral.
-¿Hay margen de maniobra para seguir bajando los impuestos en Andalucía?
-Depende de la política de gastos. Si la vocación es bajar el gasto público, disminuir las políticas educativas y sanitarias, pues le puede cuadrar la ecuación, pero a costa del bienestar de los ciudadanos. Por eso dicen ahora que habían sido muy ligeros.
-Su primer sucesor en la Consejería de Hacienda dimitió por un problema cardíaco. Debe ser duro.
-Yo aprecio a Alberto, porque hemos trabajado juntos, el fue director de la Agencia Tributaria en Andalucía y, posteriormente, era el director general de Tributos cuando llegué al Ministerio y lo mantuve durante un tiempo, hasta que él se marchó a otros entornos. La Hacienda Pública es un lugar complejo en los Gobiernos. Lamento el problema que haya podido tener y le deseo toda la suerte.
-El nuevo consejero de Hacienda se ha comprometido ya a tener pronto el Presupuesto autonómico.
-Cuando lo presenten se verá cuál es el proyecto que tienen para Andalucía, si es tan distinto como prometían y si hay una apuesta por las políticas públicas y qué tipo de fiscalidad hacen. Estoy deseando conocerlo, porque ellos se han encontrado unas cuentas saneadas. Eso tienen que intentar cuidarlo.
-Sostienen que se han encontrado un montón de multas sin pagar, hablan de 700 millones de euros
-No sé a que se refieren, de verdad, no sé si es verdad, lo que puedo certificar es que las cuentas están saneadas y que se han cumplido con los criterios de estabilidad. Lo dijo el señor Montoro y la Intervención. Se ha hecho un trabajo, objetivamente, bueno.
-¿Es posible reducir el sector público andaluz, la llamada administración paralela? Que sea más eficiente.
-La eficiencia debe ser una máxima, siempre se pueden explorar nuevas opciones, aunque algunas medidas que iban a adoptar, como la retirada de las subastas de medicamentos, ha sido eficiente.
-¿Cuánto dinero se ahorra al año con eso?
-200 millones de euros, espero que se lo piensen, porque lo que se necesita es justo eso, que aquellos que más tienen, en este caso la industria farmacéutica, puedan aportar más. Eso permite otras inversiones o ampliar a otros medicamentos, como pasó con el de la hepatitis.
-¿Pero hay margen para adelgazar ese sector?
-Para la eficiencia, sí, pero ellos siempre han hablado de recortar, eliminando personal, y la máxima del anterior Gobierno fue mantener el empleo público. Todo lo contrario. Si de lo que hablan es de despedir, lo tendrán que decir, porque las fusiones de entidades no aportan ahorros netos. Nosotros también redujimos el número de entes, pero la verdad es que su plan no lo conocemos, lo mismo también se desdicen o se dedican a fusionar entidades.
-Pedro Sánchez le hizo el encargo más difícil de su mandato, que redactara el proyecto de Presupuestos Generales y lo pactase con otros grupos para su aprobación. ¿Llegó a ser posible o estaba condenado desde un principio?
-El diálogo con Cataluña era obligado, el Gobierno debía abordar el conflicto catalán y era obvio que era complejo y largo, no tuvimos nunca la seguridad de que los grupos independentistas fueran a apoyar los Presupuestos. Sabía que hasta el último minuto no sabríamos si lo apoyarían y, por otra parte, contábamos con la oposición del PP y de Ciudadanos. Sin duda, el inicio del juicio del Procès ha sido clave, porque esto altera los ánimos de los implicados, y además estaba la negativa del Gobierno ha considerar el derecho a la autodeterminación y a no intervenir en decisiones del Poder Judicial, porque hay separación de poderes. Esto es lo que ha provocado que ellos no lo apoyen y, creo, que es un error histórico para estos partidos.
-¿Por qué es un error para ellos?
-Porque era un Presupuesto bueno para Cataluña, porque aportaba más de 2.000 millones de euros, había medidas para la recuperación de servicios públicos y se respetaba el Estatuto en los términos de inversión en infraestructuras. Esto no lo van a poder explicar.
-¿Y para Andalucía?
-Mucho, y esto no es siempre fácil de conseguir en un Gobierno. Pero hay quedan como compromiso las inversiones en los túneles de la SE-40 y en la mejora de la conexión ferroviaria entre Algeciras y Bobadilla o el respeto al nivel de inversión que marca la disposición adicional del Estatuto.
-¿Es un error también porque, como consecuencia del adelanto electoral, haya otro Gobierno que les aplique el artículo 155?
-Nosotros salimos a ganar las elecciones, porque confiamos en que nuestro proyecto es el mejor y que así lo van a entender los ciudadanos, pero, en efecto, ellos han votado junto a PP y a Ciudadanos, que lo único que proponen es un 155 permanente para Cataluña. Que es no decir nada, porque no se puede suspender una autonomía sin límite temporal. Por tanto, se mantiene la pregunta de qué harían, de verdad, Ciudadanos y PP ante la situación de Cataluña. Después del 155, ¿qué?
-¿No ha cometido Sánchez un error al confiar tanto tiempo en ese diálogo? ¿Por qué tantos intentos?
-Es que se ha avanzado en muchos temas: se ha reunido la comisión bilateral del Estado y la Generalitat, se han rescatado cumplimientos de sentencias que estaban pendientes de ejecutar, se ha trabajado sobre los Mossos... se ha trabajado en asuntos que son muy importantes para ambos, el problema es que el diálogo se ha visto interrumpido porque comenzaron a plantear problemas que ellos sabían que era inviable. Desde el primer día, el Gobierno les dijo que ni las tendría en cuenta ni las pondría en un orden del día y, a pesar de ello, plantearon lo de la autodeterminación, con lo cual nos lleva a pensar que creyeron que, electoralmente, les veían mejor no apoyar el proyecto de Presupuestos por la coincidencia con el juicio.
-¿Cómo ha sido de determinante el interés personal de Puigdemont, que sería distinto al de ERC?
-Ahí hay un debate interno, claro. ERC y el PDeCAT son diferentes, aunque les une ahora esa aspiración imposible, pero el sustento social es distinto. Se entiende que ERC es un partido de izquierdas, es quizás el menos entendible, porque han dicho que no a la subida de las pensiones, a la del salario mínimo, a las ayudas a la dependencia, a las políticas de becas, a las ofertas de empleo. Se supone que ERC debe ser más sensible a ello, pero en estos momentos van como un bloque, aunque se observan por el espejo retrovisor porque se están disputando la hegemonía en el campo independentista.
-Se llegó a entender bien con el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragones, que es de ERC.
-Sí, el trabajó con lealtad con el Gobierno, puso empeño en el control del déficit, que es esencial para Cataluña y para España, aunque es cierto que no fue a la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Lo importante es que estos dos grupos se definan, si desean profundizar en el autogobierno o si quieren seguir pidiendo la Luna.
-¿Por qué insiste Pedro Sánchez en el diálogo si han tenido que convocar elecciones porque no quieren dialogar en esos términos?
-Porque no hay otra solución para Cataluña que no sea el diálogo. El planteamiento alternativo de un 155 sine die no es válido. ¿O es que hay partidos que piensan que esta Constitución permite quitar la autonomía a una comunidad para siempre?
-Su proyecto de Presupuesto también ha recibido muchas críticas de diversos organismos porque el nivel de ingresos no es creíble. Iban inflados.
-El presupuesto de ingresos es similar al que calculaba el Gobierno anterior, con un crecimiento del 7,3% en términos homogéneos, a pesar de que el señor Montoro calculaba un 7,1% pero con una rebaja fiscal. Puestos a comparar, es más sólido este presupuesto de ingresos porque incluía una subida de algunos impuestos. Y se incorporaba es el sistema de información del IVA, porque en el año 2017 se había incorporado una modificación en el pago de las empresas, que hace que ahora se esté reclamando 2.500 millones de euros a las comunidades autónomas. Además de no darle las dos décimas más de déficit para los presupuestos autonómicos, porque se rechazó, está este último asunto porque se ha truncado el proyecto Presupuesto. Además, las autoridades europeas hicieron recomendaciones, pero la Comisión dijo que adelante.
-Hay dudas sobre si se sobrepasará, otra vez, la cifra de déficit del 3% porque este Gobierno se ha ido con los gastos.
-No es verdad, no va a sobrepasar el 3%, la Intervención está cerrando los últimos números y la previsión es la misma, la del 2,7%.
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