Martínez Aguayo reconoce la dificultad para colocar una emisión de deuda de 3.000 millones
Hacienda entiende que el Gobierno central está cerca de aprobar los 'hispabonos'
Con independencia de que el Plan Económico y Financiero de la Junta pase el examen del Gobierno central y, en unos meses, pueda llevar a las cuentas andaluzas a un déficit del 1,5%, la comunidad autónoma tiene otro problema, y no menos grave: la colocación de la deuda. En estos momentos, la Junta tiene autorización del Gobierno para solicitar prestados en los mercados 3.000 millones de euros con los que nutrir su funcionamiento, pero los mercados o están cerrados o piden tan altos intereses que la operación es casi imposible por cara. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, admitió ayer "la grave dificultad" para colocar esta deuda, algo que también les pasa a la mayor parte de las comunidades autónomas. Éste es un asunto capital: el ajuste realizado ahora de 3.500 millones de euros tendrá que ser ampliado en caso de que la Junta no consiguiese emitir esa deuda. Por ello, la idea de Martínez Aguayo es que el Gobierno central ayude con una suerte de hispabonos, un tipo de bono autonómico que contase con el apoyo del Tesoro español.
A pesar de la diferencia entre ambos gobiernos, Martínez Aguayo y el Ejecutivo de Madrid han comenzado a abordar este asunto con ciertos visos de convertirse en realidad, toda vez que es un problema compartido con la mayor parte de las comunidades autónomas de España. Los casos más graves son los de Cataluña o los de Valencia. En ésta última, el Tesoro ya tuvo que acudir a respaldar como avalista el vencimiento de una deuda.
"Me consta que lo están haciendo", se refirió la consejera al estudio, por parte de Madrid, de los hispabonos o una fórmula de similares características. El problema, sin embargo, es que España, como país, también tiene dificultades para colocar deuda por el alto interés, aunque no tanto como algunas de las comunidades autónomas.
Por otra parte, Martínez Aguayo no se quiso pronunciar sobre la fusión de bancos andaluces. Mientras el Gobierno central trata de forzar una fusión entre Unicaja, BMN -que incluye a Cajagranada-, Liberbank e Ibercaja, la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, se abstuvo ayer de dar una opinión política sobre qué unión le parece mejor a la Junta: si entre las cuatro o entre las dos con participación andaluza. Según Martínez Aguayo, son los consejos de administración de estas entidades financieras, convertidas ya en bancos, los que deben decidir qué fusión les interesa bajo criterios exclusivamente económicos. "Lo importante es que fluya el crédito", aseguró la consejera, responsable ahora del control autonómico de las cajas. Históricamente, la Junta quiso una única caja andaluza o la formación de dos grandes entidades.
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